MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 59   AGOSTO DEL AÑO 2003    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Reestructuración en entidades públicas de salud
En el Manifiesto Democrático de 100 puntos que enarboló como bandera en su campaña al primer cargo de la Nación, el hoy presidente Álvaro Uribe Vélez prometía en el punto 60 del Capítulo 'Salud para los pobres': “Necesitamos salvar al Seguro Social porque la opción pública es esencial en el esquema de Empresas Promotoras de Salud”.
Si bien ha mantenido el argumento de “salvar al Seguro Social”, nadie esperaba la acción del gobierno con una escisión de sus negocios de salud, pensiones y riesgos profesionales, precisamente la medida que más temían el Instituto y sus defensores, porque rompió la unidad de empresa que se consideraba la fortaleza principal del más grande organismo de seguridad social del país. Además, luego de debilitarlo de esta forma, el gobierno lanza al ISS a la arena de competencia abierta con el sector privado, lid en la cual no es muy ducho.
A Cajanal, el gobierno le separó el negocio de pensiones del de salud, dando a la nueva Cajanal EPS S.A. la oportunidad de sobrevivir como empresa de capital mixto, al poder recibir inversionistas privados; a Caprecom, se le conserva la estructura pero se le determina la reducción de tamaño y operatividad; al Invima en vez de fortalecerlo, se le anuncia liquidación para devolver sus funciones al Ministerio y a la Supersalud, en un proceso regresivo para sus vigilados y el sistema de salud; a Fonprecon se le expide partida de defunción en salud, pero se le conserva en pensiones para velar por el pago de las mesadas a los parlamentarios y empleados del Congreso; y como toda regla tiene su excepción, luego de la división de Ecopetrol, a sus empleados se les conserva sin alteración el servicio de salud, considerado uno de los mejores del país.
Así las cosas, se percibe como la composición del mercado de la salud creado por la Ley 100, en sus inicios dominado por el sector público como producto del monopolio estatal que hasta entonces lo caracterizaba, ahora casi ha cerrado el círculo, con la mayor parte del aseguramiento en salud en el sector privado y la prestación de servicios orientada casi ineluctablemente hacia él también, ante el marchitamiento de la oferta pública.
La expectativa está en cómo funcionará el mercado de la salud de ahora en adelante, sin la fuerte regulación de un poderoso agente público como el Seguro Social. ¿Será que en un país donde la mayor parte de su población vive en la pobreza, agobiado por la violencia y con poca esperanza de empleo y crecimiento económico, la única opción sea que el acceso a los servicios de salud esté abierto para quienes puedan pagarlos, mientras que los demás, las mayorías más pobres y vulnerables, deban esperarlos en calidad de subsidiados o de mendigos del sistema como vinculados?
Lo que sí queda claro es que al debilitar el sector público, el Estado se desprende cada vez más de sus responsabilidades con la salud de sus asociados, dejando las mieles del mercado de la salud para el capital privado, cuando acoge obedientemente las políticas dictadas desde afuera en reformas de administración pública y de seguridad social, en una globalización que no mejora la calidad de vida pero que sigue apostando al “desarrollo” a través de un modelo desgastado en otros países, incluso en el poderoso país del norte con la crisis del “managed care” o modelo de gerencia de la salud.
Colombia cumple reforma neoliberal de administración pública
Cuenta Víctor Manuel Durán en su trabajo Estado Social de Derecho, democracia y participación, que en 1990 John Williamson hizo la primera formulación del “Consenso de Washington” (lo que Washington quiere decir en reformas de políticas económicas, siendo Washington el complejo político-económico-intelectual de organismos multilaterales -FMI y BM-, el Congreso de EU, la Reserva Federal, altos cargos administrativos y expertos).
El principal problema del Consenso es que excluye el tema de la equidad, más cuando la práctica neoliberal enfrenta al Estado Social de Derecho con Programas de Ajuste Estructural PAEs, conocidos como “paquetes económicos o neoliberales”. Estos disminuyeron el tamaño y las funciones del Estado en América Latina, y las reformas de "segunda generación" o la Reforma del Aparato del Estado que viene ahora del norte, se centra en 4 sectores clave: Administración Pública, Salud, Justicia, Educación y Finanzas.
En salud se hacen grandes esfuerzos para descentralizarla, ya que la mayoría de los sistemas de salud en Latinoamérica se han deteriorado o mejor dicho, los han deteriorado para privatizarlos, y sufren de alzas en los costos, baja cobertura, operación ineficaz y descontento de los pacientes. Además, se fortalece la competencia en los servicios para obligar a hospitales del Estado a competir con los privados por fondos gubernamentales para atención en salud; en Colombia el conflicto es entre privatización y descentralización.
Ahora los técnicos del Banco Mundial señalan que es posible que se requieran más cambios en la función del sector público, incluidos una mayor participación del sector privado en la prestación (aunque no en financiamiento) de la atención de salud y un cambio en el enfoque del financiamiento del gobierno, pasando de aportes a resultados.
En el documento "Más allá del centro: La descentralización del Estado", del Banco Mundial (1999), el organismo prevé que hay elementos que impiden las reformas: los “poderosos” sindicatos y la protección reglamentaria. En Colombia sin embargo, no parece que estos elementos hubieran tenido la suficiente fuerza para impedir las reformas que se dieron aceleradamente, en medio de “facultades presidenciales extraordinarias”.
Reformas al Estado en cifras
Según el gobierno nacional, con el Programa de Renovación de la Administración Pública se ahorrarán cerca $448.000 millones en este cuatrenio, que se invertirán en programas sociales y planes de empleo. Este balance del director de Planeación Nacional, Santiago Montenegro, indica que con las facultades extraordinarias concedidas por la Ley 790, se han liquidado 23 entidades, fusionado 7 ministerios, otras entidades redujeron su nómina y modificaron su estructura, y se crearon 8 empresas. Hasta ahora, las reformas han implicado el despido de 1.664 empleados y no renovación de 2.845 contratos de prestación de servicios, lo que equivale a un ahorro de $95.901 millones. La meta para los 4 años es recortar 10.142 cargos y no renovar 6.542 contratos de prestación, que en términos monetarios significa $448.442 millones menos de gastos en el presupuesto.
Por liquidaciones e indemnizaciones, serán pagados $293.571 millones a 7.510 personas. En reconocimiento económico para pagar durante 12 meses del 50 al 90% del salario básico que tenían, más la mitad del aporte a la EPS, se han girado $9.070 millones. En el retén social, se ha invertido $69.583 millones para cobijar a 7.758 personas, entre madres cabeza de familia, discapacitados y empleados a quienes les falten 3 años para jubilarse.
El funcionario también informó que la Renovación del Estado seguirá por medio de facultades ordinarias, y en los próximos meses serán reestructuradas superintendencias, comisiones de regulación de servicios públicos y algunos ministerios, como el de Defensa.
Solución a pensiones y mejor calidad en salud busca el ministro en el nuevo ISS
Para el Ministro de la Protección Social, Diego Palacio, la reestructuración del ISS era un paso urgente y absolutamente inaplazable, tanto por el enorme problema pensional como por la calidad y el manejo en la salud para los usuarios, asunto prioritario frente a la permanencia o no de la institución, según dijo en Medellín el pasado 22 de julio, invitado por el periódico El Colombiano a un foro sobre la situación de la seguridad social.
Indicó que en pensiones para el año 2004 habrá un déficit de $800.000 millones, pero no se mostró preocupado: “los pensionados pueden estar tranquilos, se les cancelarán sus pensiones. Y el impuesto a las pensiones está en discusión”.
Sobre el avance de la fusión de las Superintendencias de Salud y Subsidio Familiar, manifestó que hacia mediados de agosto podría estar lista, para reforzar el sistema de inspección, vigilancia y control que maneje recursos de 23 billones de pesos con un buen seguimiento a la óptima utilización de recursos y sin corrupción.
Frente al caso Invima, señaló que “este gobierno no esta ni por liquidar ni por privatizar, sino que está buscando la optimización de instrumentos y sistemas, y que en ese caso, nos interesa mucho la inspección, vigilancia, control y regulación, y ahí trabajamos”.
“Rentabilidad económica primará sobre rentabilidad social”
Para el economista José Roberto Chamucero Castro, representante de los trabajadores activos y de los usuarios en el Consejo de Seguridad Social, las reformas del Estado en el sector de la salud están orientadas desde la Ley 100 a que el Estado tenga cada vez menos intervención en el área de la seguridad social y que ésta a su vez sea asumida por los sectores privados. En cuanto a la reestructuración del ISS, Cajanal y Caprecom, opina que puede posiblemente garantizarse su viabilidad institucional, es decir la permanencia en el mercado de la salud, pero que se no toma en cuenta el impacto negativo que estos cambios tendrán en los usuarios de los servicios. Chamucero explica que si estas instituciones antes funcionaban bajo el criterio de la rentabilidad social, ahora lo deberán hacer pensando en la económica, lo cual repercutirá en la atención adecuada de enfermedades de alto costo y en el abandono de programas de promoción y prevención.
En el caso Cajanal, aseveró que marcha aceleradamente hacia un proceso privatizador, a raíz de que los prestadores de servicios particulares pueden capitalizar la empresa; en cuanto a Caprecom, opinó que al reducir el tamaño de la institución al retirarle las 17 IPS que tenía, esto conlleva a la contratación de servicios con el sector privado. En estas circunstancias es difícil que sobreviva sin privatizarse, ya que debe tenerse en cuenta su alto volumen de afiliación de más de un millón de personas del régimen subsidiado.
Con respecto del ISS, afirmó que la escisión conducirá a las nuevas empresas regionales a entrar en la dinámica de privatización, lo cual va a generar el proceso de desmonte, ya que primará el criterio de la rentabilidad económica sobre la social, en el sentido de que las entidades viables financieramente se mantienen, y las que no, pueden ser liquidadas.
“Políticas reformistas del gobierno arrasan con la seguridad del pensionado”
“El pensionado es el que más necesita, por su edad requiere una atención más oportuna, más eficaz, porque el pensionado entregó su vida, su fuerza de trabajo aportando al Seguro, a Cajanal, a Caprecom, y ahora es cuando se sienten más abandonados, se les están violando sus derechos constitucionales y fundamentales” Fortunato Lozano Duarte, Presidente de la Confederación de Pensionados de Colombia
Para el dirigente de los pensionados, las políticas de reestructuración que adelanta al gobierno nacional en entidades como Cajanal, Caprecom o el Seguro Social están orientadas a debilitarlas y a favorecer el sector privado, afirmación que a su juicio corroboran cifras como los 400.000 afiliados que en los últimos 3 meses se han retirado del Seguro. En estas circunstancias, la situación para los pensionados es grave, máxime cuando la mayor parte de ellos con una pensión de salario mínimo no están recibiendo sus medicamentos, no se les están practicando las cirugías ni exámenes a tiempo, tanto que según Lozano Duarte, han muerto pensionados por falta de prestación de servicios.
Agrega que la reestructuración es preocupante, porque estas entidades creadas con los aportes de quienes hoy son los pensionados, están siendo entregadas por el gobierno a administradores para que trabajen sus políticas privatizadoras y cumplan sus objetivos.
“Bienvenida la reestructuración que beneficie al usuario”
Para la Directora del Instituto Municipal de Salud de Pereira, Claudia Mónica Arias, la reestructuración de Cajanal, Caprecom o el Seguro Social, se justifican con el aumento de beneficios para los usuarios y el mejoramiento operativo y financiero de las instituciones.
Ante el latente peligro de que las reestructuraciones no arrojen los resultados esperados, con lo cual se afectaría gravemente la atención de ancianos y enfermos de alto costo, opina que el Ministerio está tratando de equilibrar las cargas para que la empresa privada no quiebre a las entidades públicas, y en el caso del ISS, para que las EPS privadas no hagan esa afiliación negativa de absorber solo las personas que les convienen, mientras las personas con enfermedades costosas que necesitan el sistema de saludse van al Seguro.
En su jurisdicción, las reestructuraciones no afectaron el normal funcionamiento, toda vez que en Pereira luego de muchas dificultades, con Caprecom se terminaron los contratos y se distribuyeron los afiliados a otras EPS, y con Cajanal no había contacto ya que no maneja régimen subsidiado, y los problemas presentados se transfirieron a la Supersalud.
Usuarios del sector rural no fueron muy afectados
Según Luz Elena Izquierdo, directora de la IPS Dusakawi y representante de los usuarios del sector rural en el Consejo de Seguridad Social, “la reestructuración de EPS públicas afecta en el régimen contributivo pocas áreas del sector rural debido al escaso desarrollo del agro industrial, aunque podría haber problemas en zonas como Urabá y posiblemente en el sector de la palmicultura, pero es posible que el aseguramiento lo asuma otra EPS”.
Señaló que en el caso de Cajanal, el principal impacto en caso de una posible liquidación en las áreas rurales sería bajo, ya que la población afiliada de estos sectores es baja. Y frente al caso Caprecom, indicó que “la desaparición de la ARS sería una gran pérdida del Estado en su capacidad de intervenir en el régimen subsidiado, generando un desplazamiento de su función social hacia los particulares, sin resolver el problema de base que generó la crisis de Caprecom ni garantizar el pago de los contratos oportunamente por los entes territoriales y las necesarias investigaciones y juicios fiscales a los alcaldes que desviaron los recursos para el financiamiento del régimen subsidiado”.
“Reestructuración del ISS no modifica mala administración central”
Como una medida agresiva que toca a fondo la estructura del ISS, considera el director de Cosesam, Julio Alberto Rincón Ramírez, la decisión de escindir las funciones de aseguramiento y prestación de servicios. Con respecto de la venta de servicios, plantea que si las Empresas Sociales del Estado, ESE, se crearon con patrimonio del ISS, preocupa la total ausencia del ISS en su funcionamiento, ya que deberán competir en iguales condiciones por contratos de servicios del Instituto después de 3 años, cuando debería existir una salvaguardia para que el ISS no las abandone. Tampoco se entiende como se adscriben estas ESE al Ministerio de la Protección Social, cuyas funciones no son de prestación de servicios, y no queda claro de quien son las nuevas ESE, no hay un verdadero doliente, ya que en su Junta Directiva se nota la falta de relación de sus miembros con la propia empresa, lo que hará muy difícil defender estas empresas de las arremetidas de la corrupción, politiquerías y mala administración a que se somete el ISS.
Concluye el directivo, que no se modifica uno de los factores más influyentes en la crisis del Seguro, como es la mala administración central, porque no se debe olvidar que el propio gobierno nacional no cumplió con sus compromisos financieros, como el aporte tripartito que nunca pagó y que fue abriéndole un gran boquete financiero a la institución.
“Es privatización dentro del Estado que deja más pobreza y desesperación social”
En concepto del experto Eduardo Sarmiento Palacio, los procesos en las entidades públicas de salud no son de privatización en forma explícita porque no se entregan estas empresas directamente a las multinacionales sino que al ISS por ejemplo, le transforman una parte que debe operar como un ente privado. “En el fondo es una privatización dentro del Estado que obviamente preparará el camino para la privatización directa con el sector privado. Se ponen unas instituciones a dar ganancias, pero no se da apoyo estatal ni presupuesto, entonces es muy difícil organizarlas con ingresos de prestación de servicios; por definición, eso casi implica la exclusión de la salud de los pobres, la más onerosa. En esta privatización por dentro, dentro del Estado estas entidades funcionan como si fueran privadas; de allí se pensará que si esto funciona, finalmente estas instituciones pasarían a manos del sector privado, pero lo más probable es que todas estas reformas no funcionen, que no eliminen los déficit de las instituciones, que cada vez ellas se vean obligadas a prestar menos servicios a los sectores menos favorecidos, y en el fondo tenemos es un marchitamiento de la seguridad social que debe brindar el Estado”, indicó.
“La idea del gobierno de hacer grandes ahorros despidiendo trabajadores, encontró que lo ganado no era mucho, porque ahí no estaba el problema. Entonces hace reformas debilitando instituciones, porque su gran problema es que luego de la Ley 100 fueron sometidas a una competencia con los organismos privados, no sostenible. Si usted pone de un lado una institución pública y de otro una privada con ánimo de lucro, la pública acaba desmontándose porque no puede soportar la competencia con otra institución que no tiene funciones sociales, siendo este el gran error de la Ley 100. La reforma del Estado para reducir ahora el déficit fiscal fracasó, al punto que culminada la reforma, al gobierno le toca aceptar el gran hueco fiscal y pensar en conseguir los recursos por otro lado”.
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