MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 266 NOVIEMBRE DEL AÑO 2020 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter

Antioquia en la contrarreloj para activar camas UCI

Por: Redacción EL PULSO
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Hacia finales de octubre Antioquia decretó alerta roja hospitalaria, con lo cual la gobernación ordenó medidas tendientes a liberar la presión en las unidades de cuidados intensivos (UCI) para permitir la atención de pacientes con coronavirus que lo requirieran. La medida se tomó una vez superado el tope de ocupación establecido en 80%.

La implicación inmediata fue la suspensión de los servicios no urgentes en centros de salud para atender a pacientes con Covid-19 o con situaciones graves de salud, que de alguna manera pudieran terminar en una UCI.

Para ese momento el gobernador Aníbal Gaviria explicó que el departamento contaba con 1.185 camas UCI (el doble de las que había en el inicio de la pandemia) y que se esperaba un aumento paulatino que ayudara a reducir esa presión. “Iremos aumentando gradualmente: 5, 10, nuevas camas. Le iremos informando a la opinión pública”, dijo.

Pero entre toda esta problemática hay un asunto que preocupa a varios expertos consultados por El Pulso: las cifras de camas UCI no concuerdan entre Medellín, Antioquia y la Nación.

El desfase en las cifras

Al consultar la información de disponibilidad reportada por la Secretaría de Salud de Antioquia para el 3 de noviembre en el departamento aparecían 1.231 camas UCI, de las cuales 991 estaban asignadas a la atención de pacientes con Covid-19, de ellas 659 estaban en Medellín (que registraba un 81,74 % de ocupación).

En el Registro Especial de Entidades Prestadoras de Salud que aparece en el Ministerio del Interior, Medellín solo contaba con 524 camas de cuidado intensivo, distribuidas en 31 hospitales y clínicas.

Sin embargo, para esa misma fecha la Alcaldía de Medellín ya reportaba 1.011 camas UCI habilitadas solo para pacientes con coronavirus, de las cuales 584 estaban ocupadas. Es de recordar que el 18 de octubre el alcalde Daniel Quintero ya celebraba el cumplimiento de la meta de las mil camas UCI, pero aún no aparecían reportadas ante ninguna autoridad.

“Medellín ha logrado administrar la curva de contagios gracias al uso de tecnología, la cultura ciudadana y la capacidad de anticipar: fue la primera ciudad en hacer obligatorio el uso del tapabocas, esto nos dio tiempo para fabricar ventiladores y cumplir el plan mil de UCI”, señaló Quintero.

El Pulso conoció que pocos días antes de que se declarara la alerta roja, el ministro de salud, Fernando Ruiz Gómez, tuvo una reunión con algunos representantes de la gobernación y de la alcaldía, allí se enteró de la verdadera ocupación de UCI y “regañó” a los funcionarios de Medellín por haber ocultado la información a la Nación. Durante semanas la Alcaldía no le reportó información al Ministerio.

“Aquí hay un engaño, a finales de octubre Medellín ponía como disponibles camas que no existían todavía, 200 estaban pendientes de aprobación del Invima porque los respiradores de Inspiramed no han cumplido los requisitos y al menos 170 camas estaban listas para ser activadas pero no contaban con el recurso humano necesario, sin contar con las 67 camas que estaban bloqueadas por falta de personal, sea porque no hay o porque están en aislamiento”, explicó una de las fuentes que pidió no ser citada para este artículo.

Quintero explicó que la diferencia consiste en que “Medellín cuenta con mil camas UCI, entendidas como camas en un hospital con toda la tecnología necesaria para atender un paciente que requiera le salven la vida, en especial, que requiera un respirador artificial mientras logra superar la etapa infecciosa. De estas mil, 780 están activas, quiere decir que están reportadas en el Sistema Nacional de Salud (estas son las que reporta la gobernación) y 220 más que serán activadas en el momento en que el Covid-19 así lo requiera. Teniendo en cuenta el incremento actual activaremos 26 más para atender las cirugías retrasadas”.

Lo que implica habilitar una UCI

Como explicó Eduardo Guerrero, presidente de la Sociedad Colombiana de Salud Pública, habilitar una cama UCI va más allá de tener una cama y un respirador, que es con lo que dice contar la Alcaldía: “se requiere un recurso humano especializado, que dadas las condiciones actuales escasean en todo el mundo”.

“No sirve de nada tener una cama con respirador si no hay mínimamente intensivistas, anestesiólogos, enfermeros y auxiliares de enfermería, por eso el discurso de que las UCI se irán activando a demanda no es verídico”, añadió Guerrero.

Precisamente en este punto hizo hincapié Andrés Aguirre, gerente del Hospital Pablo Tobón Uribe: “Habilitar una cama de cuidados intensivos no es solo conectar un ventilador. Esto, con todo respeto, no es para novatos. Además, el personal está cansado, la gente se conmueve cuando un paciente fallece y si no hay condiciones, desertan”.

Por eso llegaron el 1° de noviembre 18 profesionales de la salud desde Barranquilla para atender el pico de la pandemia en el Hospital La María, de carácter departamental. De acuerdo con Lina María Bustamante Sánchez, secretaria de Salud de Antioquia, este equipo humano llega a cubrir la habilitación y prestación de servicios de las unidades de cuidados intensivos: “vamos a abrir 12 camas, con esto ratificamos que los médicos y el personal asistencial son prioritarios para la atención. No solamente necesitamos ventiladores, necesitamos ese recurso humano que cuide y garantice la seguridad del paciente. Estos profesionales llegan a Medellín y a partir de mañana (2 de noviembre) estaremos prestando el servicio a Medellín y Antioquia”.

Otro factor importante es que para activar esas camas de cuidado intensivo se tendrán que quitar del servicio camas de hospitalización, porque los establecimientos de salud no cuentan con más espacios para habilitar, con el agravante de que ya están llenas, lo que hace que los servicios de urgencias hayan empezado a colapsar.

El Hospital San Vicente Fundación, la IPS Universitaria y el Hospital General de Medellín, han reportado sus salas de urgencias a topes que llegan al 200 % de su capacidad.

“Estamos volviendo a tener una presión importante en el servicio de urgencias, el hospital había acabado de hacer una ampliación, pero igual ha estado totalmente copado”, señalo Aguirre. Tanto así que tuvo que habilitar 900 metros cuadrados que utilizaba como área de facturación para habilitar 29 cubículos individuales de atención de urgencias.

Y es que, como explicó una de las fuentes, la problemática cae como un castillo de naipes, si se llenan las UCI los pacientes se quedan en hospitalización, por lo que colapsan las urgencias, ya que no hay camas disponibles en hospitalización, pero con el paso de los días ocurre a la inversa: los pacientes que se van recuperando en cuidado intensivo no pueden pasar a hospitalización porque no hay camas, y así se va dando un círculo vicioso de nunca acabar.

Además, hay que tener en cuenta que muchos pacientes se agravaron por la falta de atención oportuna que se dio durante la cuarentena y la primera alerta roja hospitalaria ocurrida en julio.

Se requieren medidas más estrictas

Lo primero que piden los prestadores de salud es que el Gobierno y las EPS paguen todo lo que se les adeuda para que puedan pagar las nóminas que se deben, para que el personal de salud esté más motivado y no deserte, justo cuando el trabajo se hace mucho más extenuante. Además esa inyección de recursos les permitiría pensar en adecuaciones para ubicar nuevas UCI sin sacrificar los demás servicios disponibles, aclaró Aguirre.

Y los expertos piden que se dicten otras medidas para prevenir el contagio y así disminuir la presión sobre el sistema de salud.

“Ya estamos en mora de reducir la movilidad en todo el departamento, especialmente en Medellín y el Área Metropolitana. El gobierno local puede implementar medidas como los toques de queda nocturnos, la estrategia 4/3 que son toques de queda los fines de semana, los cierres por grupos y hasta la cuarentena estricta”, explicó Guerrero.

Y el viceministro de salud Alexander Moscoso reiteró que más allá de las medidas administrativas la mejor medida preventiva es el uso del tapabocas, el lavado de manos y el conservar el distanciamiento social. Invitó además a mantener la conciencia colectiva: “Si no tomamos acciones; si no tenemos la conciencia clara, precisa, de que esto se controla con estas medidas; molestas e incómodas, pero necesarias, vamos a tener mayores dificultades”.

La solidaridad entre regiones

Finalizando octubre y a inicios de noviembre, Medellín trasladó pacientes graves hacia Urabá y el Oriente Antioqueño, donde aún no se da la presión sobre las salas UCI. Esto después de meses de recibir a pacientes de otras regiones del país, especialmente Chocó.

Incluso la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ofreció el sistema de salud de la capital para atender a pacientes con Covid-19 que desde Antioquia lo lleguen a necesitar. “Antioquia y cualquier ciudad cuenta con nuestra solidaridad y apoyo para enfrentar los momentos difíciles por Covid-19”.

Así mismo, Bogotá puso a disposición del departamento los cursos virtuales para capacitación del personal de salud que atiende la pandemia y el directorio de profesionales que aún no han sido contratados en la capital.

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