MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 266 NOVIEMBRE DEL AÑO 2020 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter

La Covid-19 evidenció la necesidad de reformar los sistemas de salud

Por: Redacción EL PULSO
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El New York Times publicaba el pasado 13 de octubre un análisis donde llamaba la atención de los países de América Latina para aprovechar las falencias dejadas a la vista por la pandemia para reformar los sistemas de salud pública, a los cuales califica estar al borde del colapso. Pablo Peña y Miguel Lago, expertos en salud pública de América Latina, señalaban en el artículo que la subregión vive la mayor crisis sanitaria de su historia reciente, y las más de 350.000 muertes (hasta esa fecha) causadas por la Covid-19 representaban un tercio de las muertes globales aunque la cantidad de habitantes solo fuera el ocho por ciento de la población mundial.

Y es que la pandemia ha evidenciado que América Latina, incluida Colombia, necesita transformar sus sistemas de salud, y señalan los articulistas: “La evidencia es clara: si queremos sistemas más accesibles, equitativos y eficientes, debemos reforzar la sanidad pública. El modelo predominante en la región no satisface el derecho a la salud que los Estados garantizan por la ley. Urge actuar pronto: el avance de la sanidad pública desde principios de siglo ha sido desigual”.

“Los modelos sanitarios de América Latina reflejan y refuerzan la desigualdad de la región. Por lo tanto, los pobres enfrentan mayores esperas para servicios peores. Este fenómeno lastra su productividad, reduce sus ingresos y alimenta el ciclo de desigualdad”, indica el NYT, y agrega: “Los gobiernos de la región no deben desaprovechar la oportunidad presentada por la epidemia del coronavirus para reforzar su sanidad pública. La recompensa valdrá la pena: no solo alargará y aliviará millones de vidas, sino que ayudará a romper el ciclo de injusticia social y pobreza. La desigualdad económica con la que hemos nacido no puede seguir determinando que la salud de uno valga cinco veces más que la de otro”.

Casi en el mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud se pronunció en el mes de septiembre afirmando que la salud pública es la piedra angular de la estabilidad social, económica y política y que por lo tanto se debe invertir en servicios orientados a la población para prevenir, detectar y responder a las enfermedades, además de preparar a los sistemas de salud para muy posibles pandemias que se darán en el futuro. Tedros Adhanom Gebreyesus afirmó: “durante los últimos años muchos países han hecho enormes avances en medicina, pero han descuidado sus sistemas básicos de sanidad pública” y agregó: “hay que continuar invirtiendo en salud pública y en atención primaria mientras se lucha contra la Covid-19. La salud es una necesidad y un bien humano y no un artículo de lujo para los que puedan permitírselo. La salud pública es la base de la estabilidad social, económica y política. Eso significa invertir en servicios orientados a la población para prevenir, detectar y responder a las enfermedades”.

Tedros Adhanom Gebreyesus se refirió también a los sistemas de salud de América Latina colocando de ejemplo a Uruguay: “Aunque América ha sido la región más afectada, Uruguay ha notificado el menor número de casos y muertes en América Latina, tanto en total como por habitante. Esto no es un accidente. Uruguay tiene uno de los sistemas de salud más sólidos y resistentes de América Latina, con una inversión permanente basada en el consenso político sobre la importancia de invertir en la salud pública”.

No resulta entonces extraño que Colombia por iniciativa del gobierno nacional haya emprendido una nueva reforma al sistema de salud, sin embargo, en lo que han coincidido los analistas, es en que el proyecto que se comenzó a discutir en el mes de octubre, no parece responder, más allá de algunos apuntes generales, a una respuesta útil ante las debilidades evidenciadas por la pandemia.

El proyecto de Ley tiene 68 artículos de los cuales, 34, es decir el 50%, se dejan pendientes para reglamentar, lo que parece ser ya una tradición en estas reformas. Sólo 20 artículos se pueden considerar nuevos ya que los restantes están plasmados en otras normas (Ley 1122/07, Ley 1438/11 y la Ley estatutaria 1751/15). Se reviven estrategias como el MIAS y se trata de reglamentar de nuevo al talento humano en salud, desconociendo que en el Congreso ya se tramitan por lo menos dos proyectos con ese mismo objetivo.

Durante la primera audiencia virtual organizada por el Congreso para iniciar la discusión del proyecto, el doctor Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, pareció coincidir con los análisis internacionales al indicar: “la pandemia por Covid-19 ha hecho una verdadera evaluación al comportamiento de los diferentes agentes del sistema de salud. Yo levanto la mano y doy el paso al frente por los hospitales y las clínicas de este país y por el talento humano en salud, que hemos cumplido la tarea y estamos orgullosos de estar enfrentando esta dificultad con tanta entereza. No puedo decir lo mismo de muchos actores que han puesto las manos atrás, que han tratado de hacer lo mínimo posible o que ni siquiera a decreto limpio han cumplido con las obligaciones que tenían con el pueblo colombiano. Aquí en este espacio (Congreso de la República), es donde se debe dar la evaluación y la reforma se debe convertir en realidades y en cambios”.

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