MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 264 SEPTIEMBRE DEL AÑO 2020 ISNN 0124-4388
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Cortesía Federación Nacional de Cafeteros
Ante la llegada de la población flotante de recolectores de café en el país, es posible que se generen casos de contagio en cantidades significativas en los municipios productores del grano, lo que ha generado alarmas y la toma de medidas especiales por parte de las autoridades. La cosecha cafetera supone un gran desafío en salud en época de pandemia, lo que ha generado un trabajo coordinado entre gobernaciones y alcaldías, para tomar todas las medidas de prevención posibles.
La Federación Nacional de Cafeteros definió un protocolo de bioseguridad para las fincas cafeteras, que contempla entre otros, especificaciones para traslado de recolectores, alojamiento, alimentación, controles dentro de la finca, medidas de limpieza y desinfección, aislamiento en caso de contagio y acciones de promoción y prevención. El Protocolo está avalado por el Ministerio de Salud y Protección Social (Resolución 678 de 2020).
“La salud y la economía no puede ser una disyuntiva, si no se complementan puede ser una pandemia mayor a la del Covid-19”, así lo afirma Carlos Armando Uribe, director de asuntos gremiales de la Federación Nacional de Cafeteros, y enfatiza en la importancia de la cosecha en un momento difícil por el que atraviesa el país. En Colombia hay 16 mil veredas y el Covid-19 está en menos de 400.Para Carlos Armando es una cifra positiva, sin embargo, asegura que hay que tener disciplina para el cuidado de todos.
El director de asuntos gremiales de la Federación Nacional de Cafeteros, espera que con el buen comportamiento y respetando los protocolos de bioseguridad, al finalizar el año se pueda sumar la recolección de siete millones y medio de sacos, en la segunda cosecha del año, con un costo de 5 billones de pesos, sin contar la dinámica que se activa en las áreas de la alimentación, elementos de bioseguridad: “estas actividades mueven la economía del país, el primer semestre fueron 3.7 billones de pesos el costo de la cosecha, en general son cerca de 9 billones de pesos al año”.
Los recolectores tienen riesgos como cualquier persona del mundo.
Según Leopoldo Giraldo, Gerente de Covid en Antioquia, en el peor y mejor de los casos, entre 2.000 a 6.000 personas podrían quedar infectadas en la cosecha cafetera.
Existe un protocolo para todos los procesos de la actividad cafetera, los recolectores, el distanciamiento social, para los cuarteles, en este último elemento, por ejemplo, antes utilizaban varios camarotes en un espacio, ahora están ubicados de una forma estratégica y a dos metros de distancia aproximadamente para evitar los contagios, además el protocolo para la alimentación establece que ahora todos deben utilizar el tapabocas y el lavado de manos constante, son algunas de las estrategias
Las medidas de bioseguridad están enfocadas en los centros de aislamiento, en donde las personas que resulten afectadas por Covid-19 entrarían en cuarentena. Estos espacios donde estarán monitoreados todo el tiempo por el personal especializado. “Si son tercos como una mula contagian a todos, hay que convencer a los recolectores que entiendan la importancia de cuidarse”. indicó el director de la federación. para lograrlo emprendieron la campaña “No sea terco como una mula”.
Según el director de la Federación, en los canteros hay una población adulta mayor, a quienes les estamos diciendo: “evite bajar al pueblo y mande a otra persona a vender el café. No pongamos en riesgo esa población mayor de 60 años, son 160 mil cafeteros mayores de 60 años de 540 mil. Lo importante es que esta población no se ponga en riesgo y delegue funciones”.
El gobierno nacional se reunió con las agremiaciones de cafeteros y avaló el protocolo de bioseguridad, “es un protocolo tan interesante, que muchos países productores de café lo están solicitando a Colombia; entre los interesados están Guatemala y Costa Rica”.
Para la Federación, Antioquia es un ejemplo de cómo se debe realizar y ejecutar un protocolo de bioseguridad: “este departamento tomó las riendas y comenzó a responsabilizarse en esos centros de aislamiento, hay un trabajo en conjunto entre las alcaldías para no cerrar la cosecha y se permita la movilidad, de no ser así nos tiramos la economía de este país”.
A un recolector que llega de la Terminal del Norte en Antioquia, se le toma la temperatura, hay una especie de filtro, le ponen una manilla y lo envían al municipio requerido. Cuando llega al lugar, encuentra otro protocolo, se inscriben en unas bolsas de empleo ubicadas en la parte urbana del municipio y lo transportan hasta donde lo necesitan.
En la finca también realizan un protocolo: al recolector le entregan los elementos de bioseguridad, el objetivo es que esos recolectores no salgan, también hay protocolos para los cuarteles de los trabajadores, en el lote de café y en la entrega del café.
La manilla tiene colores diferenciados, y es una forma ordenada de llegar al municipio, así identifican de dónde viene, se realiza un seguimiento y se mantiene un control de la cantidad de personas que llegaron al departamento y en qué finca están.
“Uno se preocupa por el número de contagiados, pero aquí hay que ser muy claros en que el gobierno ha dado buen tiempo y ha tomado unas medidas que han servido para el sistema de salud, también con los cafeteros se actuó a tiempo y de manera oportuna, porque desde que empezó la cuarentena nos reunimos con todos los comités departamentales a escuchar sus peticiones, protocolos y conectividad, para facilitar la cosecha” informó Giraldo.
Cortesía Federación Nacional de Cafeteros
En Antioquia, por ejemplo, La cosecha inició en la última semana de agosto y se extiende hasta mediados de diciembre. Se espera recoger el 70% de la producción total del año en Antioquia, equivalente a 1 millón 500 mil sacos. La cosecha de Antioquia está avaluada en 1.5 billones de pesos. Se recoge en los 94 municipios cafeteros del departamento, pero el plan prioriza los municipios con mayor producción.
Para la Federación, es posible que eso pase. Sin embargo, para evitarlo, el protocolo de bioseguridad controles y tamizajes diarios dentro de las fincas. Adicionalmente, habrá un grupo de vigías de salud haciendo recorridos, tamizajes y controles en todas las veredas cafeteras.
La Federación de cafeteros de Antioquia ha pedido al gobierno nacional apoyo económico para los centros de aislamiento y para fortalecer la capacidad hospitalaria de la región y de Medellín. Asimismo, el acompañamiento habitual del Estado en temas de seguridad y prevención del delito.
Según Leopoldo Giraldo, Gerente de Covid-19 en Antioquia, El Ministerio de Salud publicó en la Resolución 678 un protocolo específico para el sector agrícola cafetero, el cual fue adaptado por la Federación de Cafeteros, pero en esencia las medidas son las mismas: uso de tapabocas, lavado de manos, distanciamiento físico, no compartir elementos de uso personal, no asistir a sitios concurridos, cerrados y que obliguen a estar cerca de otras personas.
Las fincas tienen una persona con el rol de vigía de la salud, los administradores y propietarios y en última instancia, todos son responsables de identificar a los sintomáticos para poderlos aislar tempranamente.
En Santander esperan recoger cerca de 55.710 sacos en 26 municipios que beneficiarán a 32.400 familias cafeteras. Rosmery Mejía, Secretaria de Agricultura de Santander informó que trabajarán cerca de 40 mil personas con todos los protocolos de bioseguridad. El objetivo es sacar la cosecha sin inconvenientes, además de reactivar la mano de obra. El gobernador de Santander también informó que aportará apoyos económicos a las fincas que generen sitios de aislamiento en caso de que algún recolector se infecte.
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