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Instalación del MHiA en la sede central de la Universidad de Antioquia. Foto cortesía de Construhigiénica SAS.

El aporte de las universidades colombianas para enfrentar la Covid-19

Por: Jessica Serna Sierra
elpulso@sanvicentefundacion.com

Han pasado seis meses desde que se confirmó el primer caso de coronavirus en Colombia y aunque la dinámica de ciertos sectores se ha ralentizado, la academia continúa trabajando en iniciativas para hacerle frente a la pandemia.

La UCI portátil, en espera de apoyo

Una de las mayores necesidades que ha evidenciado el SARS-Cov-2 en los sistemas de salud, es el déficit de unidades de cuidados intensivos para atender la magnitud de una pandemia. Un grupo de docentes y egresados de la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional sede Medellín, en alianza con Construhigiénica e Industrial Conconcreto, desarrolló un prototipo de UCI portátil denominado Módulo Higiénico Adaptable (MHiA), que promete ser una alternativa para fortalecer la infraestructura médica.

La iniciativa comenzó a gestarse hace cuatro meses y contó con la participación de 18 personas. A principios de agosto construyeron el módulo demostrativo financiado con recursos de la industria, el cual se encuentra instalado en el campus de la Universidad de Antioquia para el proceso de demostración.

Juan Carlos Amaya, jefe de Investigación y extensión de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias de la U. de A. y uno de los líderes del proyecto, explica que el prototipo mide 6 metros de largo por 3 de ancho y 2,5 de altura, y cuenta con capacidad para 2 camas UCI, aunque “se puede escalar fácilmente para hacer 1, 2, 5 o 10 módulos. Tiene áreas específicas de manejo de residuos y de circulación de personal, lo que evita la contaminación. Es un proyecto hermético que tiene toda la garantía de seguridad para el paciente y el personal médico”.

El desarrollo contó con la experiencia de este centro de estudios en el sector farmacéutico y alimentario, donde se requiere un manejo higiénico e inocuo de las condiciones físicas. El investigador explica que se trata de “módulos tipo lego, que se pueden armar muy fácilmente en las instalaciones de una empresa y después trasladarlos al lugar donde se van a atender médicamente a los pacientes”.

Los Módulos Higiénicos Adaptables tienen una infraestructura tipo sanduche, es decir, están hechos de varias capas que permiten unas condiciones higiénicas. El docente detalla que el piso está hecho de un material antibacterial y los paneles son de poliuretano. Estos componentes son de larga duración y cumplen normativas que garantizan su inocuidad.

La producción de uno de estos módulos tarda alrededor de 10 días. Una de sus ventajas es que puede ser instalado en cualquier municipio del país y, en un momento posterior, trasladarlo para darle un segundo uso.

La forma en que China, Japón e Italia trataron la pandemia sirvió de referente para esta propuesta, aunque el docente Amaya aclara que “ellos, por lo menos en lo que vimos, crearon hospitales. Nosotros lo que estamos haciendo es ampliación de la infraestructura”.

Por ahora los investigadores tienen una alianza con Innspiramed (iniciativa de varias instituciones para producir ventiladores mecánicos de bajo costo) y están a la espera de que su proyecto llegue a oídos del gobierno y de empresas que quieran apoyarlos. “Estamos buscando una solución articulada, es decir, que se pueda entregar a la comunidad o a los centros hospitalarios tanto el ventilador, como la unidad, así como una capacitación al personal médico”, anuncia Amaya.

Para este docente, el aprendizaje más grande que ha tenido “es que juntos podemos brindar soluciones mucho más integrales, por ello es necesario que no solo la academia se vincule con todo su conocimiento, sino que se integren la industria y el estado, de esa manera es más fácil dar solución a los problemas de la sociedad”.

Ponen a prueba la efectividad del plasma de convaleciente

¿Es seguro y eficaz usar plasma de convaleciente en pacientes con coronavirus? Esa es la pregunta que busca resolver el grupo PC-Covid-19, que se conformó desde mediados de marzo para evaluar si este tratamiento centenario es útil para esta nueva enfermedad y por qué.

En él participan cerca de 35 investigadores provenientes del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (Crea) de la Universidad del Rosario, de la Universidad CES, del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud de Bogotá, de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Los Andes y de la empresa Servicios y Asesoría en Infectología.

El 28 de mayo obtuvieron la aprobación del Invima y en julio incluyeron el primero de 10 pacientes con Covid-19 que formaron parte del estudio piloto. El tratamiento consistió en tomar el plasma de personas que ya se habían curado de la enfermedad, evaluarlo en el laboratorio para verificar, entre otros, que tuviera altos niveles de anticuerpos y, finalmente, transfundirlo a pacientes con Covid-19 que se encontraban hospitalizados, pero no en cuidados intensivos.

Juan Manuel Anaya, director del Crea, explica que este estudio “correspondió a lo que se conoce como ‘prueba de concepto’ es decir, se verificó que todo el proceso terapéutico del uso del plasma de convaleciente se podía llevar a cabo en el país para, posteriormente, llevar a cabo el estudio controlado y aleatorizado” que se encuentra en curso.

“Los resultados fueron favorables en el 80% de los casos. Desde el punto de vista clínico, en las personas recuperadas se observó mejoría en los síntomas respiratorios, osteomusculares y digestivos, a partir del tercer día. La cefalea y la fatiga persistieron en algunos pacientes hasta el día 28”.

En esta primera fase, señala el investigador, se evidenció la reducción en los parámetros inflamatorios, como la proteína C reactiva y la velocidad de sedimentación globular. También disminuyeron la ferritina y la deshidrogenasa láctica, “marcadores cuya reducción indica mejoría clínica”.

Además, continúa Anaya, se observó que el plasma de convaleciente tiene una actividad antiviral (demostrada por la disminución de la carga viral) y contiene proteínas conocidas como interferones y citoquinas antiinflamatorias, que ayudan a restaurar el sistema inmune.

En contraste, “en dos pacientes no se observó mejoría; por el contrario, ingresaron a la unidad de cuidados intensivos y fallecieron. Lamentamos mucho este desenlace. El análisis cuidadoso de estos pacientes dejó lecciones importantes”, aclara el médico y doctor en Biología.

El estudio permitió poner a punto los procesos de obtención y administración del plasma, además de la evaluación a los pacientes en los días 4, 7, 14 y 28. Y aunque esta fase no permite evaluar la eficacia del tratamiento para esta nueva enfermedad, Anaya advierte que los resultados preliminares, sumados a los de otros estudios de otras partes del mundo, indican que, además de ser seguro y bien tolerado, tiene dos variables que se asocian a la eficacia: los altos niveles de anticuerpos en el plasma de convaleciente y su uso temprano en pacientes severos pero no críticos.

Actualmente los investigadores desarrollan el estudio controlado y aleatorizado en el que incluirán a 90 pacientes, de los cuales 45 recibirán plasma y tratamiento convencional, mientras que la mitad restante solo será atendida con tratamiento convencional.

La investigación tiene un costo directo de 1.500 millones de pesos. Hasta el momento ha sido financiada por la Universidad del Rosario y el Grupo ISA, pero se espera que más empresas se vinculen a ella.

Aunque en el mundo hay más de 100 estudios similares en curso, el director del Crea señala que el desarrollado por el PC-Covid-19 tiene algunas particularidades. “En primer lugar la escogencia de los superdonantes (aquellos que solo tienen altos títulos de anticuerpos) y la escogencia de los pacientes a quienes se les aplica el plasma (tempranamente a pacientes severos)”. Además del estudio controlado y aleatorizado que permitirá recomendar o no su uso; “entre tanto, paciencia y prudencia”.

En el caso de que este grupo interinstitucional compruebe que el tratamiento ofrece una mejoría a los pacientes con coronavirus, “se espera hacer de los resultados de este estudio una apuesta institucional, ya avalada por secretarías de salud de Medellín y Bogotá, con repercusión nacional”.

El director del Crea indica que los beneficios serían enormes, “pues se podría instituir como tratamiento inicial a pacientes hospitalizados no complicados con Covid-19, reducir la morbimortalidad de la enfermedad, promover la cohesión social y la estancia hospitalaria, el uso de personal médico, ventiladores, unidades de cuidados intensivos y, no menos importante, facilitar la paulatina reincorporación laboral”.


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