MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 274 JULIO DEL AÑO 2021 ISNN 0124-4388
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Los sistemas de salud, y los asistenciales, son imprescindibles para el funcionamiento de cualquier sociedad bajo cualquier modelo económico, y esta es una de las conclusiones del doctor Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, ACHC, al evaluar los aprendizajes dejados por el COVID-19. “Se demostró que sin un sistema de salud funcionando, no hay economía, no hay educación y eso demuestra que hay que tener sistemas de salud sanos, funcionales y preparados para todas las eventualidades”. Y el doctor Giraldo va más allá, y reconoce que dentro de los sistemas de salud lo más importante, también evidenciado con la pandemia, es el talento humano en salud: “esto debe llevar a una reflexión sobre los cambios que debemos hacer en la relación, en el fomento, formación y el estar del talento humano en salud; es una asignatura pendiente para los debates que se siguen con miras a una reforma de salud”.
Pero así como el talento humano es primordial, el director de la ACHC resalta un tercer elemento a tener en cuenta en una próxima reforma, y es que los hospitales deben tener fuentes ordinarias y extraordinarias para poder funcionar: “la disponibilidad de una demanda asistencial es fundamental independiente de los funcionamientos del mercado, ya que hay que garantizar la existencia de soluciones las 24 horas todos los días, durante la pandemia se logró el pago por disponibilidad, y esta es una de las lecciones que abre la puerta grande a los subsidios a la oferta para lo público y lo privado”.
Y agregó otros elementos importantes a tener en cuenta: “El COVID-19 es como una máquina del tiempo porque nos trajo conceptos del pasado, olvidados y para algunos anacrónicos, por ejemplo que la atención primaria en salud es la base de cualquier sistema de salud sano, todo lo que estamos viendo de extensión a la comunidad de salud poblacional, tiene que ver con la resolutividad de la APS, pero en esa misma idea de máquina del tiempo nos acercó a cosas que muchos se habían resistido a aceptar, la telemedicina, la asistencia domiciliaria, el cambio del teatro de operaciones hacia el domicilio, nos llegaron del futuro y hoy se integran a las formas tradicionales”.
Un punto adicional sería contar con una estrategia de carácter nacional para contar con disponibilidad continua de todos los insumos que garanticen la atención eficaz y oportuna: “no seremos capaces de tener soberanía ni seguridad sanitaria, y ese es uno de los grandes aprendizajes que nos tienen que llevar a una conversación de país para que podamos tener el auto abastecimiento necesario que garantice la asistencia oportuna”.
Desde la mirada de los prestadores públicos, Olga Lucía Zuluaga, directora ejecutiva de Acesi, llama la atención sobre la necesidad de que exista una gobernanza desde el ministerio de salud en compañía de las entidades territoriales, para lo cual es necesario que las entidades se fortalezcan no para apagar incendios sino para que en su accionar diario tengan un mayor protagonismo: “ellas son las que conocen la realidad de los territorios, y no es lo mismo lo que ocurre en La Guajira, en Bogotá o en el Chocó, y por eso se requieren entidades territoriales fortalecidas administrativa y económicamente”.
La doctora Zuluaga coincide en la importancia de repensar el talento humano en salud y una formalización laboral que garantice el trabajo digno y decente, con vinculación directa, “hay que recordar que desde el 2000 para buscar sostenibilidad se retiró casi todo el personal de planta y ahora estamos en tercerizaciones que no agregan valor e impiden garantizar continuidad en los procesos”.
Finalmente se hace necesario tener una red pública hospitalaria fortalecida incluso más allá de la infraestructura y dotación, con garantía de sostenibilidad en el tiempo: “esto se lograría, y confluye con el tema de talento humano, si la financiación de los hospitales públicos no es por venta de servicios, y más cuando en un 70 u 80 % de los municipios somos único prestador porque no hay mercado; por lo tanto se debe sacar a las ESE de ese mercadeo inexistente y financiar su operación para dar respuesta a las necesidades de la comunidad y no como hoy que la contratación del talento humano depende de los pocos recursos que se recaudan”.
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