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Innumerables
temas de discusión generó la reciente declaratoria
de emergencia social. Al cierre de edición aún
desconocíamos qué decisión tomará
la Corte sobre su exequibilidad ó derogatoria, pero en
cualquier caso, el tema ya ingresó a los terrenos del
Congreso de la República. Incluso, varios equipos políticos
trabajan febrilmente en propuestas de ley sobre salud y es seguro
que el próximo gobierno tendrá que dedicarse a
ello. |
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Uno de
los aspectos más importantes que deben retomarse es el
de la regulación y el papel que debe tener la Comisión
de Regulación en Salud -CRES-, una vez que la declaratoria
de emergencia social dejó en entredicho su papel y su
verdadera importancia. |
Es alarmante observar que mientras se creaba y sesionaba
esta Comisión, otra comisión muy distinta, compuesta
por consultores, orientaba y definía medidas tan importantes,
que equivalen a una reforma de fondo del sistema de salud,
mediante la citada emergencia social. Vale decir que aparte
de las excelentes calidades de este grupo de consultores,
éstos no estaban investidos de la responsabilidad política,
ni estaban a cargo de las inhabilidades e incompatibilidades
que sí tenían los miembros de la CRES, por ejemplo.
Para entender mejor esta cuestión, es oportuno citar
al presidente Virgilio Barco, cuando se consolidaba la idea
de convocar una Asamblea Nacional Constituyente: El
empleo cada vez más amplio de facultades extraordinarias
debe modificarse, para hacer esta institución más
un procedimiento de excepción -suficientemente bien
delimitado en la Constitución misma- que lo que paulatinamente
ha llegado a ser en nuestros días: una cómoda
manera de que el Congreso se despoje de su vital función
legislativa y una peligrosa costumbre de inflar, año
tras año, el poder de producir decretos gubernamentales
con fuerza de Ley. Lo grave es que por esta vía las
leyes pasan a ser obra de personas, en algunos casos expertos
y en otros burócratas desconocidos, que no tienen responsabilidad
política y que redactan las disposiciones a puerta
cerrada sin que las personas interesadas ó afectadas
por las futuras normas puedan opinar y defender su posición.
Es más, este procedimiento legislativo, claramente
antidemocrático, ha sido en ocasiones utilizado para
favorecer, a espaldas del pueblo, a unos pocos privilegiados.
Virgilio Barco, Discurso presidencial, 20 de mayo de 1988.
¿Técnica o política?
Pros y contras
Fue mucho lo que se discutió -cuando se creaba
la CRES-, si convenía tener una institución
políticamente fuerte, representativa de los diferentes
actores, ó si era preferible una organización
de perfil técnico, conformada por investigadores y/ó
expertos. Ambas cosas tienen sus ventajas y peligros, porque
una comisión muy técnica para asumir decisiones
-que son fundamentalmente de política pública-
puede terminar cooptada por el poder dominante, y si es muy
política nos veremos con los problemas de agendas ocultas,
intereses partidistas, gremiales y politiquería.
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La declaratoria
de emergencia social
dejaver que existe un vacío muy grande de
poder, que ese vacío no lo está subsanando la
CRES, y que el Ejecutivo se adueñó
completamente de la partida.
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Conrado Gómez
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Sin embargo,
siempre he considerado preferible que el sistema de salud esté
regido por una comisión con carácter principalmente
político, sin que esto impida que disponga de un organismo
técnico asesor y/ó investigador, por 4 razones:
1) Los expertos también tienen intereses y también
son susceptibles de tendencias y favoritismos; 2) Los técnicos
a veces se inclinan por medidas que pueden parecer correctas,
pero que al final resultan en comportamientos fundamentalistas
y temerarios, sobre todo cuando se ignora la realidad del otro
y la de la población; 3) Un grupo de personas sin poder
político, por carecer de éste, puede terminar
subsumido por el gobierno, ó por los intereses dominantes;
y 4) La experiencia en el Congreso me ha enseñado que
la discusión en varias vueltas tiene su sabiduría
y su virtud, sobre todo para evitar errores, porque es muy difícil
sabérselas todas. No obstante, comprendo
que a muchas personas la política no les gusta, pero
especialmente para ellos, lo que le pasó a la CRES es
una muy buena lección.
Hace algunos meses, cuando se definían los integrantes
de la Comisión y se proyectaba su desarrollo, mucho se
dijo y tanto más se esperaba de esta entidad, presidida
y conformada a gusto del Ministerio de la Protección
Social. El papel de la Comisión de Regulación
se mostraba como algo retador, especialmente frente a la Sentencia
T-760 de la Corte Constitucional, que exigía el cumplimiento
eficaz de la Ley en aspectos como cobertura y el desarrollo
de los derechos de salud. |
Mucho se discutió,
cuando se creaba la CRES,
si convenía tener una institución políticamente
fuerte,
representativa de los diferentes actores, ó si era
preferible una organización de perfil técnico,
de investigadores y/o expertos.
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Conrado Gómez
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Mientras
tanto, la declaratoria de emergencia social deja ver que existe
un vacío muy grande de poder, que ese vacío no
lo está subsanando la CRES, y que el Ejecutivo se adueñó
completamente de la partida. El sistema de salud perdió
una instancia de deliberación como era el Consejo Nacional
de Seguridad Social en Salud, que tenía muchos problemas,
pero que por lo menos permitía algún nivel de
participación en las decisiones.
Por la rectoría y la regulación
Finalmente, ante esta grave situación de la CRES,
se impone ver que son muchos los temas que llaman a fortalecer
la rectoría y la regulación en el sistema:
- Los medicamentos y especialmente los servicios de alto costo,
pasaron de representar el 5% del costo del Plan Obligatorio
de Salud en 12 años, al 25 ó 30% de los costos
totales. Esto sin duda apunta a advertir que la regulación
y el manejo de estos medicamentos y recobros está fuera
de control, y que el modelo a partir de aseguradoras para bajar
el costo en estos aspectos, no está dando los mejores
resultados.
- La delegación de funciones públicas a entidades
privadas como las EPS, no se logró equilibrar a favor
de los intereses de la población. Son empresas demasiado
fuertes, que de muchas maneras llevaron a que el gobierno y
hasta los trabajadores de la salud estén en su defensa
y no en la de los pacientes, tendencia claramente reforzada
con la emergencia social. Como dijera alguien a quien estimo
mucho , esto se parece a una carrera entre un Ford 54
y un Ferrari 2010. Es muy difícil que el gobierno
sea capaz de controlar y competir con las EPS, porque estas
empresas tienen a todo a su favor, son modernas y disponen de
la información y un estilo de gerencia de gran vitalidad,
que no tiene el Estado.
- Se carece de un sistema de investigación y actuaría
del sistema que permita saber de manera precisa y trasparente,
cómo ajustar la Unidad de Pago por Capitación
(UPC).
Si estos puntos no se discuten y solucionan prontamente, recaeremos
en que los platos rotos los tienen que pagar los pacientes y
la población con la negación de servicios, bajo
la supuesta razonabilidad del equilibrio financiero de la UPC
y el POS, pese a que de eso nunca ha habido mucha claridad en
Colombia. |
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