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País
y Niñez
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Ciudades para los
niños
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Es una
realidad el crecimiento acelerado de las ciudades en América
Latina -la región más urbanizada del mundo en
desarrollo-, pero la urbanización no es el único
récord de ésta región del mundo. América
Latina infortunadamente es la región más injusta
del mundo, ya que presenta las mayores desigualdades en distribución
de ingresos. El ingreso per cápita del 20% más
rico de la población supera 17,8 veces al ingreso del
20% más pobre y su desigualdad distributiva es tres veces
mayor que el promedio mundial. |
Esto se manifiesta
precisamente en las zonas urbanas, en las cuales se presentan
las mayores disparidades y por ende la mayor exclusión,
segregación y conflicto social. Las disparidades son
factor subyacente de la pobreza.
Por otra parte, en esta región los niños son desproporcionadamente
pobres. Actualmente, el 44% de la población es pobre.
Sin embargo, el 60% de los niños menores de 13 años
son pobres, situación que va en aumento. Se estima que
en la actualidad hay 220 millones de pobres, de los cuales casi
120 millones son menores de 20 años; entre éstos,
más de 20 millones de niños trabajan. La gran
mayoría de ellos son urbanos. |
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A quienes
más afecta la pobreza, es a los niños y niñas.
Aunque la privación grave de bienes y servicios perjudica
a todos los seres humanos, resulta más amenazante para
los derechos de la infancia: a la supervivencia, la salud y
la nutrición, la educación, la participación
y la protección contra el peligro y la explotación.
Establece un entorno que perjudica el desarrollo infantil de
muchas maneras: mental, física, emocional y espiritual.
Algo más del 14% de toda la población infantil
en países en desarrollo, carece de acceso a los servicios
de atención de la salud; y alrededor de 13% de los niños
y niñas de 7 a 18 años en los países en
desarrollo, no ha acudido nunca a una escuela. El agua no potable
y la falta de saneamiento adecuado causan alrededor de 4.000
muertes infantiles al día.
El propósito mundial de reducir la pobreza no se logra
sólo con crecimiento económico ni con la reducción
de disparidades, a menos que cambie sustancialmente la política
pública en su conjunto. Es muy aceptada la tesis de que
la pobreza se podrá reducir a partir de la infancia.
Es necesario ampliar la inversión en la infancia y probablemente
gran parte de esta inversión adicional debe asignarse
a las zonas urbanas, porque allí es donde se dan las
mayores disparidades y donde vive el mayor número de
los postergados. Son fundamentales los planes locales participativos
respaldados por políticas públicas. La educación
es tal vez la barrera más firme contra la pobreza.
Para tener entornos propicios para el desarrollo de los niños,
se requiere trabajar en temas como la vivienda adecuada y segura,
servicios municipales básicos, atención infantil
en instituciones, prestación de servicios de salud completos
e integrados, nutrición, educación, juego y recreación,
seguridad y acceso a la información, entre otros. Son
importantes, la participación de los niños, el
intercambio de información y experiencias, e involucrar
a defensores de los niños como padres de familia y maestros.
Los desafíos de los gobiernos locales son, entre otros,
mejorar la eficacia de sus estructuras y procesos internos,
cooperar con otros gobiernos locales para negociar con instancias
administrativas superiores, desarrollar planes integrales de
infancia, fomentar el trabajo en red y compartir información,
aptitudes y soluciones creativas.
Se requieren ciudades acogedoras para los niños. La ciudad
debe ser ambientalmente sana, socialmente segura, solidaria,
entretenida, apropiada, participativa y respetuosa de la cultura
local y de la diversidad.
jpgq@elhospital.org.co |
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