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Considerando que en
Latinoamérica se hace poca investigación en el
área de pacientes quemados y que la información
estadística sobre la población que sufre algún
tipo de quemadura es imprecisa tanto en Colombia como en el
mundo, la Unidad de Quemados del Hospital Universitario San
Vicente de Paúl realizó la investigación
Perfil clínico epidemiológico del paciente
quemado durante el período 1994-2004, estudio que
constituye un punto de referencia para definir las mejoras progresivas
en la calidad de la atención brindada. |
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La investigación,
una de las primeras en su género que se realiza en Antioquia
y de las pocas adelantadas sobre el tema en Colombia, permitió
evaluar el proceso de atención a los afectados y demostrar
que la Unidad de Quemados del Hospital es el mejor centro de
atención para pacientes quemados en el noroeste del país,
no sólo por el manejo multidisciplinario desde las diversas
ramas especializadas de la medicina que apoyan la rehabilitación
integral de los afectados, sino porque se equipara con las mejores
unidades de quemados del mundo en baja tasa de mortalidad, reducción
de los tiempos de hospitalización y atención de
las complicaciones.
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En el estudio se consideraron dos momentos estadísticos:
el período 1994 a 2003 y el año 2004, con el
fin de evaluar los cambios en el perfil clínico y epidemiológico
de los pacientes en este lapso de tiempo; se analizaron las
variables edad, sexo, agente quemante, extensión de
las quemaduras, mortalidad y estancia hospitalaria. Además,
en el año 2004 se evaluó la profundidad de la
quemadura, cirugías, complicaciones, y se comparó
el diagnóstico sobre profundidad y extensión
emitido por el médico remitente, el del servicio de
urgencia a su ingreso y el del cirujano plástico de
la Unidad de Quemados, ya que una mala valoración médica
influye en el pronóstico y resultado posterior del
paciente.
Los resultados
Entre enero de 1994 y diciembre de 2004, ingresaron
2.319 pacientes quemados al Hospital, para un promedio anual
de 210.8. El promedio de extensión quemada fue del
26.9% de superficie corporal, con una estancia hospitalaria
promedio de 26.9 días, siendo la mayor la de 1994 con
36.2 días y la menor la del año 2002 con 17.9.
Fallecieron 171 pacientes (7.4%), con un promedio de extensión
quemada de 62.3%, siendo la más baja en 1994 (43.1%),
y la más alta en 2004 con un 70.5%. Al diferenciar
el agente quemante de los fallecidos, la herida por llama
fue la más frecuente y letal, con 107 casos (12% de
todos los ingresos por llama y el 63% de las muertes por quemadura),
mientras que en las quemaduras por líquido caliente
hubo 47 decesos, por electricidad 12, por pólvora 5
y ninguna por agentes químicos. Además, aunque
el número absoluto de fallecidos por año no
mostró un gran cambio (pasó de 20 a 15 con un
descenso del 25%), la tasa de letalidad si cayó dramáticamente
con un descenso del 12.2 al 4.6%, con una mejoría del
265% respecto de la tasa inicial.
El promedio de extensión quemada en pacientes fallecidos
pasó del 41.3% en 1994 a 70.5% en 2004, mostrando este
único indicador una notoria mejoría en la calidad
de la atención prestada.
La edad promedio de los pacientes fue muy constante, con medias
anuales entre 18.1 y 23.3 años. Entre 1994 y 2004 se
atendieron 1.549 hombres (66.8%) y 770 mujeres (33.2%), con
una relación de dos hombres por una mujer (2:1).
Durante los 11 años analizados, la quemadura por líquido
caliente fue la más frecuente (45.9%), seguida de la
lesión por llama (38.5%) y la eléctrica (10.4%).
En los primeros años del estudio la quemadura por llama
fue la más frecuente, por accidentes con derivados
del petróleo debido al racionamiento eléctrico
y a las lesiones en atentados terroristas frecuentes en esa
época. Después de 1999, la principal causa de
ingreso por quemadura fue el líquido caliente, como
corresponde al perfil epidemiológico de Colombia; las
quemaduras por electricidad, pólvora y ácidos
tuvieron una tendencia casi constante durante la investigación.
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La investigación
realizada por la Unidad de Quemados del Hospital, una
de las pocas en Colombia, será publicada por la
revista británica Burns, la más
importante del mundo en el tema de quemados.
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Entre
los resultados que más preocupan del estudio, está
el alto número de niños quemados menores de 15
años, con 1.457 casos atendidos en los 11 años
analizados, un 62.9% del total de pacientes. En este grupo de
pacientes el agente etiológico principal fue el líquido
caliente, como el agua, el agua de panela, el aceite, la melaza,
la mazamorra y las sopas; asimismo, la pólvora también
está en la lista.
En general, el grupo etáreo más afectado fue el
de 1 a 4 años, con 773 casos (33.3%).
También se registró un claro descenso en las estancias
prolongadas, más pronunciada después de 1998.
La quemadura eléctrica representó 10.4% del total,
causada en adultos por accidentes laborales, hurto de energía
y mala ubicación de redes de energía en lugares
donde se construye verticalmente viviendas planificadas inicialmente
para uno o dos pisos. Los niños fueron afectados en accidentes
con líneas de baja tensión dentro del hogar.
Durante el año 2004, se aprecia una notoria mejoría
en los indicadores como estancia hospitalaria, mortalidad y
extensión quemada en pacientes fallecidos, con cifras
comparables a las de las mejores unidades de quemados del mundo,
a pesar de no contar aún con un banco de tejidos o el
cultivo de piel. Se describen además las cirugías
y complicaciones y se comparan los diagnósticos de remisión,
ingreso a los servicios de Urgencias y de ingreso a la Unidad
de Quemados del Hospital durante 2004, encontrando que el 60%
de los remitidos tuvieron diagnósticos incompletos o
errados, mientras que el número total de diagnósticos
de ingreso incompletos o incorrectos en los servicios de urgencias
fue del 27%.
La Unidad de Quemados muestra un claro aumento en su capacidad
de respuesta para atender la población quemada, al incrementar
progresivamente el número de quemados atendidos en el
período 1994-2004, pasando de 164 a 329 por año
(aumento del 100%), y en la disminución en la estancia
hospitalaria de 36 a 19 días (descenso cercano a la mitad
con un 45.3%). El descenso en la estancia hospitalaria más
prolongada por cada año, también mejoró
en un 381%, de 515 días en 1994 a 107 días en
2004.
Más casos en 2004
En el año 2004 se recibieron 329 pacientes: 255
remitidos por otras instituciones y 74 que ingresaron directamente
a los servicios de urgencias del Hospital. El promedio de edad
fue de 18.1 años, la proporción hombre-mujer de
2:1 y el grupo etáreo más comprometido fue el
de 15 a 59 años con 130 pacientes (39.5%), seguido del
de 1 a 4 años con 114 (34.7%). El principal agente etiológico
fue el líquido caliente con 169 casos (51.4%), seguido
de la quemadura por llama con 111 casos (33.7%) y eléctrica,
35 (10.6%). La estancia hospitalaria promedio fue de 19.8 días
(dentro de valores aceptables de acuerdo con la gravedad de
los pacientes).
Un alto número de los pacientes no tuvo un diagnóstico
correcto de la extensión quemada: mientras 81 pacientes
tuvieron una sobre-valoración, en 23 casos hubo una infravaloración
y en 48 no hubo porcentaje de superficie corporal comprometida,
mostrando poco conocimiento de los médicos generales
sobre el tratamiento del quemado.
En 2004 requirieron algún tipo de cirugía 133
pacientes: se realizaron 255 en total, para un promedio de 1.92
cirugías por paciente quirúrgico. El procedimiento
más realizado fue injerto de piel parcial (160), quemados
por llama (80, siendo los más frecuentemente injertados),
seguidos de los quemados por líquido caliente con 52
intervenciones.
En total, en 2004 se presentaron 52 complicaciones inesperadas
en 44 pacientes, para un 13,46% del total de quemados. Y en
el año, fallecieron 15 pacientes, para una tasa de letalidad
del 4.6%; el área quemada promedio del quemado fallecido
fue del 70.5%, con valores extremos entre 36 y 100%. A pesar
de que se sigue considerando la superficie corporal quemada
y la edad como factores de riesgo directamente relacionados
con el pronóstico del paciente, en los últimos
años disminuyó el riesgo de muerte dependiente
de la quemadura y aumentó la mortalidad dependiente de
lesión pulmonar por inhalación.
Sólo 31.3% de los pacientes presentaron quemaduras menores
del 10% en 2004.
Proyecciones del estudio
La investigación realizada por la Unidad de Quemados
del Hospital Universitario San Vicente de Paúl será
publicada por la revista británica Burns, la más
importante del mundo en el tema de quemados; además,
el estudio se sumará a la poca bibliografía existente
sobre quemados en el país y espera abrir la puerta para
futuras investigaciones.
El doctor Marco Hoyos, director de la Unidad de Quemados del
Hospital, afirma que el estudio aportó los datos necesarios
para analizar la atención de la Unidad: En este
momento consideramos que estamos en un muy buen nivel dentro
de las unidades de quemados de Colombia y de Latinoamérica,
y con cifras muy parecidas a las de unidades estadounidenses
y europeas. Aunque nuestra epidemiología es diferente
a las de esas unidades de quemados de Europa y Estados Unidos,
las cifras de sobrevida con pacientes de similar extensión
y gravedad son bastante similares: eso de por sí es un
éxito; y esto es posible, gracias a un manejo multidisciplinario
que incluye al cirujano plástico y un personal calificado
de enfermería, nutrición, rehabilitación,
pediatría, medicina interna e infectología, y
en el gran quemado, un excelente servicio en las Unidades de
Cuidado Intensivo.
Las unidades de quemados son lugares propicios para realizar
investigaciones científicas, no sólo de tipo epidemiológico
como la investigación finalizada, sino que permiten ampliar
el conocimiento clínico y experimental, siempre con el
fin de aumentar la sobrevida de los pacientes quemados y mejorar
la calidad de tejidos afectados, además de lograr una
integración social, familiar y laboral de los pacientes.
Las conclusiones del estudio permitirán avanzar en el
diseño de políticas educativas que ayuden a disminuir
el número de quemados, en especial con líquido
caliente, el principal agente quemante en el país.
Asimismo, la investigación recomienda que se promueva
el aumento de conocimiento del médico general y de urgencias
sobre el manejo del paciente con quemaduras, ya que es muy poco
y puede generar complicaciones posteriores. Cuando el diagnóstico
de remisión fue errado, el riesgo de un mal diagnóstico
al ingreso a la institución casi se duplicó (52.8%
en los coincidentes frente a 27% de ingresos incorrectos o incompletos).
Esto confirma lo que es casi un axioma en medicina: que un primer
diagnóstico errado determina un enfoque inadecuado posterior
por los otros colegas que evalúan el paciente. |
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Investigadores
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La
investigación fue un estudio descriptivo retrospectivo
transversal, con una población de estudio conformada
por todos los pacientes quemados que ingresaron al Hospital
Universitario San Vicente de Paúl de Medellín
durante los años 1994-2004. Los datos de las variables
de interés fueron obtenidos a partir de la historia clínica
y el libro de ingresos y egresos de la Unidad de Quemados.
El equipo investigador estuvo conformado por Marco Antonio Hoyos
Franco, cirujano plástico; Nora Cecilia Jaramillo González,
psicóloga; María Eugenia Molina Díaz, enfermera
jefe; y Sonia Valverde Pardo, fisioterapeuta. El asesor fue
Sigifredo Ospina, jefe de Laboratorio Clínico y Epidemiología
del Hospital. |
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