MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 7    NO 93   JUNIO DEL AÑO 2006    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

En el Hospital Universitario San Vicente de Paúl
Perfil clínico
epidemiológico del paciente
de la Unidad de Quemados
Julián Chamorro Jiménez - Periodista - elpulso@elhospital.org.co
Considerando que en Latinoamérica se hace poca investigación en el área de pacientes quemados y que la información estadística sobre la población que sufre algún tipo de quemadura es imprecisa tanto en Colombia como en el mundo, la Unidad de Quemados del Hospital Universitario San Vicente de Paúl realizó la investigación “Perfil clínico epidemiológico del paciente quemado durante el período 1994-2004”, estudio que constituye un punto de referencia para definir las mejoras progresivas en la calidad de la atención brindada.
La investigación, una de las primeras en su género que se realiza en Antioquia y de las pocas adelantadas sobre el tema en Colombia, permitió evaluar el proceso de atención a los afectados y demostrar que la Unidad de Quemados del Hospital es el mejor centro de atención para pacientes quemados en el noroeste del país, no sólo por el manejo multidisciplinario desde las diversas ramas especializadas de la medicina que apoyan la rehabilitación integral de los afectados, sino porque se equipara con las mejores unidades de quemados del mundo en baja tasa de mortalidad, reducción de los tiempos de hospitalización y atención de las complicaciones.

En el estudio se consideraron dos momentos estadísticos: el período 1994 a 2003 y el año 2004, con el fin de evaluar los cambios en el perfil clínico y epidemiológico de los pacientes en este lapso de tiempo; se analizaron las variables edad, sexo, agente quemante, extensión de las quemaduras, mortalidad y estancia hospitalaria. Además, en el año 2004 se evaluó la profundidad de la quemadura, cirugías, complicaciones, y se comparó el diagnóstico sobre profundidad y extensión emitido por el médico remitente, el del servicio de urgencia a su ingreso y el del cirujano plástico de la Unidad de Quemados, ya que una mala valoración médica influye en el pronóstico y resultado posterior del paciente.
Los resultados
Entre enero de 1994 y diciembre de 2004, ingresaron 2.319 pacientes quemados al Hospital, para un promedio anual de 210.8. El promedio de extensión quemada fue del 26.9% de superficie corporal, con una estancia hospitalaria promedio de 26.9 días, siendo la mayor la de 1994 con 36.2 días y la menor la del año 2002 con 17.9.
Fallecieron 171 pacientes (7.4%), con un promedio de extensión quemada de 62.3%, siendo la más baja en 1994 (43.1%), y la más alta en 2004 con un 70.5%. Al diferenciar el agente quemante de los fallecidos, la herida por llama fue la más frecuente y letal, con 107 casos (12% de todos los ingresos por llama y el 63% de las muertes por quemadura), mientras que en las quemaduras por líquido caliente hubo 47 decesos, por electricidad 12, por pólvora 5 y ninguna por agentes químicos. Además, aunque el número absoluto de fallecidos por año no mostró un gran cambio (pasó de 20 a 15 con un descenso del 25%), la tasa de letalidad si cayó dramáticamente con un descenso del 12.2 al 4.6%, con una mejoría del 265% respecto de la tasa inicial.
El promedio de extensión quemada en pacientes fallecidos pasó del 41.3% en 1994 a 70.5% en 2004, mostrando este único indicador una notoria mejoría en la calidad de la atención prestada.
La edad promedio de los pacientes fue muy constante, con medias anuales entre 18.1 y 23.3 años. Entre 1994 y 2004 se atendieron 1.549 hombres (66.8%) y 770 mujeres (33.2%), con una relación de dos hombres por una mujer (2:1).
Durante los 11 años analizados, la quemadura por líquido caliente fue la más frecuente (45.9%), seguida de la lesión por llama (38.5%) y la eléctrica (10.4%). En los primeros años del estudio la quemadura por llama fue la más frecuente, por accidentes con derivados del petróleo debido al racionamiento eléctrico y a las lesiones en atentados terroristas frecuentes en esa época. Después de 1999, la principal causa de ingreso por quemadura fue el líquido caliente, como corresponde al perfil epidemiológico de Colombia; las quemaduras por electricidad, pólvora y ácidos tuvieron una tendencia casi constante durante la investigación.

La investigación realizada por la Unidad de Quemados del Hospital, una de las pocas en Colombia, será publicada por la revista británica “Burns”, la más importante del mundo en el tema de quemados.
Entre los resultados que más preocupan del estudio, está el alto número de niños quemados menores de 15 años, con 1.457 casos atendidos en los 11 años analizados, un 62.9% del total de pacientes. En este grupo de pacientes el agente etiológico principal fue el líquido caliente, como el agua, el agua de panela, el aceite, la melaza, la mazamorra y las sopas; asimismo, la pólvora también está en la lista.
En general, el grupo etáreo más afectado fue el de 1 a 4 años, con 773 casos (33.3%).
También se registró un claro descenso en las estancias prolongadas, más pronunciada después de 1998.
La quemadura eléctrica representó 10.4% del total, causada en adultos por accidentes laborales, hurto de energía y mala ubicación de redes de energía en lugares donde se construye verticalmente viviendas planificadas inicialmente para uno o dos pisos. Los niños fueron afectados en accidentes con líneas de baja tensión dentro del hogar.
Durante el año 2004, se aprecia una notoria mejoría en los indicadores como estancia hospitalaria, mortalidad y extensión quemada en pacientes fallecidos, con cifras comparables a las de las mejores unidades de quemados del mundo, a pesar de no contar aún con un banco de tejidos o el cultivo de piel. Se describen además las cirugías y complicaciones y se comparan los diagnósticos de remisión, ingreso a los servicios de Urgencias y de ingreso a la Unidad de Quemados del Hospital durante 2004, encontrando que el 60% de los remitidos tuvieron diagnósticos incompletos o errados, mientras que el número total de diagnósticos de ingreso incompletos o incorrectos en los servicios de urgencias fue del 27%.
La Unidad de Quemados muestra un claro aumento en su capacidad de respuesta para atender la población quemada, al incrementar progresivamente el número de quemados atendidos en el período 1994-2004, pasando de 164 a 329 por año (aumento del 100%), y en la disminución en la estancia hospitalaria de 36 a 19 días (descenso cercano a la mitad con un 45.3%). El descenso en la estancia hospitalaria más prolongada por cada año, también mejoró en un 381%, de 515 días en 1994 a 107 días en 2004.
Más casos en 2004
En el año 2004 se recibieron 329 pacientes: 255 remitidos por otras instituciones y 74 que ingresaron directamente a los servicios de urgencias del Hospital. El promedio de edad fue de 18.1 años, la proporción hombre-mujer de 2:1 y el grupo etáreo más comprometido fue el de 15 a 59 años con 130 pacientes (39.5%), seguido del de 1 a 4 años con 114 (34.7%). El principal agente etiológico fue el líquido caliente con 169 casos (51.4%), seguido de la quemadura por llama con 111 casos (33.7%) y eléctrica, 35 (10.6%). La estancia hospitalaria promedio fue de 19.8 días (dentro de valores aceptables de acuerdo con la gravedad de los pacientes).
Un alto número de los pacientes no tuvo un diagnóstico correcto de la extensión quemada: mientras 81 pacientes tuvieron una sobre-valoración, en 23 casos hubo una infravaloración y en 48 no hubo porcentaje de superficie corporal comprometida, mostrando poco conocimiento de los médicos generales sobre el tratamiento del quemado.
En 2004 requirieron algún tipo de cirugía 133 pacientes: se realizaron 255 en total, para un promedio de 1.92 cirugías por paciente quirúrgico. El procedimiento más realizado fue injerto de piel parcial (160), quemados por llama (80, siendo los más frecuentemente injertados), seguidos de los quemados por líquido caliente con 52 intervenciones.
En total, en 2004 se presentaron 52 complicaciones inesperadas en 44 pacientes, para un 13,46% del total de quemados. Y en el año, fallecieron 15 pacientes, para una tasa de letalidad del 4.6%; el área quemada promedio del quemado fallecido fue del 70.5%, con valores extremos entre 36 y 100%. A pesar de que se sigue considerando la superficie corporal quemada y la edad como factores de riesgo directamente relacionados con el pronóstico del paciente, en los últimos años disminuyó el riesgo de muerte dependiente de la quemadura y aumentó la mortalidad dependiente de lesión pulmonar por inhalación.
Sólo 31.3% de los pacientes presentaron quemaduras menores del 10% en 2004.
Proyecciones del estudio
La investigación realizada por la Unidad de Quemados del Hospital Universitario San Vicente de Paúl será publicada por la revista británica Burns, la más importante del mundo en el tema de quemados; además, el estudio se sumará a la poca bibliografía existente sobre quemados en el país y espera abrir la puerta para futuras investigaciones.
El doctor Marco Hoyos, director de la Unidad de Quemados del Hospital, afirma que el estudio aportó los datos necesarios para analizar la atención de la Unidad: “En este momento consideramos que estamos en un muy buen nivel dentro de las unidades de quemados de Colombia y de Latinoamérica, y con cifras muy parecidas a las de unidades estadounidenses y europeas. Aunque nuestra epidemiología es diferente a las de esas unidades de quemados de Europa y Estados Unidos, las cifras de sobrevida con pacientes de similar extensión y gravedad son bastante similares: eso de por sí es un éxito; y esto es posible, gracias a un manejo multidisciplinario que incluye al cirujano plástico y un personal calificado de enfermería, nutrición, rehabilitación, pediatría, medicina interna e infectología, y en el gran quemado, un excelente servicio en las Unidades de Cuidado Intensivo”.
Las unidades de quemados son lugares propicios para realizar investigaciones científicas, no sólo de tipo epidemiológico como la investigación finalizada, sino que permiten ampliar el conocimiento clínico y experimental, siempre con el fin de aumentar la sobrevida de los pacientes quemados y mejorar la calidad de tejidos afectados, además de lograr una integración social, familiar y laboral de los pacientes.
Las conclusiones del estudio permitirán avanzar en el diseño de políticas educativas que ayuden a disminuir el número de quemados, en especial con líquido caliente, el principal agente quemante en el país.
Asimismo, la investigación recomienda que se promueva el aumento de conocimiento del médico general y de urgencias sobre el manejo del paciente con quemaduras, ya que es muy poco y puede generar complicaciones posteriores. Cuando el diagnóstico de remisión fue errado, el riesgo de un mal diagnóstico al ingreso a la institución casi se duplicó (52.8% en los coincidentes frente a 27% de ingresos incorrectos o incompletos). Esto confirma lo que es casi un axioma en medicina: que un primer diagnóstico errado determina un enfoque inadecuado posterior por los otros colegas que evalúan el paciente.
 
Investigadores
La investigación fue un estudio descriptivo retrospectivo transversal, con una población de estudio conformada por todos los pacientes quemados que ingresaron al Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín durante los años 1994-2004. Los datos de las variables de interés fueron obtenidos a partir de la historia clínica y el libro de ingresos y egresos de la Unidad de Quemados.
El equipo investigador estuvo conformado por Marco Antonio Hoyos Franco, cirujano plástico; Nora Cecilia Jaramillo González, psicóloga; María Eugenia Molina Díaz, enfermera jefe; y Sonia Valverde Pardo, fisioterapeuta. El asesor fue Sigifredo Ospina, jefe de Laboratorio Clínico y Epidemiología del Hospital.
 
 
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