MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 253 OCTUBRE DEL AÑO 2019 ISNN 0124-4388
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El crecimiento de la obesidad en México ha sido sostenido desde 1994 a la fecha hasta llegar a cifras alarmantes, un 30% de obesidad y un 40% de sobrepeso, lo que en otras palabras significa que el 70% de los mexicanos tienen problemas de sobrepeso y obesidad, y si bien el porcentaje varía dependiendo de las regiones, el país crece hacía la obesidad mórbida, con índices de masa corporal por arriba de 35, lo que ha llevado al incremento de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión que en las condiciones actuales solo se pueden atacar con políticas públicas exitosas que no pueden partir solo del gobierno e implican que la gente participe, pero también la industria, ya que cuando se tienen 4 de cada 5 mexicanos con sobrepeso el tema afecta a toda la nación, así lo señaló el doctor Agustín Lara, endocrinólogo mexicano reconocido en su país como líder de las estrategias para contener el aumento de la obesidad.
El doctor Lara, quien visitó Colombia como conferencista invitado por el Centro Latinoamericano de Nutrición, aprovechó la oportunidad para advertir que nuestro país corre un alto riesgo de llegar a las cifras que presenta México, debido a que las tendencias en el aumento de la obesidad son similares: “En 2004 visite Colombia y observé que las condiciones que tenía se parecían mucho a la encuesta de 1994 de México, vi, sin ser un problema de obesidad, un porcentaje del 20% lo que ya era un problema que empezaba a repercutir por los tipos de azúcar con que se endulzan los refrescos, se había vuelto más barata la fructuosa, y ese es un cambio que impacta a largo plazo”.
Y es que el tema de las bebidas azucaradas está rodeado de pequeños detalles que si bien para la industria son beneficiosos al aumentar sus niveles de venta, objetivo entendible, para la salud no son tan convenientes. Como describe el doctor Lara, en los años 70 los envases pasaron de vidrio a plástico con lo que se duplicaron las ventas, y si bien podía ser más seguros en el manejo, permitió que la gente cargara el refresco por todas partes. Y el asunto no es solo con las bebidas: “algo similar sucede con los productos de harina, se disparó su consumo con las grasas trans, pero en los 60 y 70, la gente debía ir a la panadería cada día porque el pan se ponía duro, hoy una dona dura seis meses debido a klos compuestos con que las producen, y eso implica que cuando el cuerpo quiere eliminar la grasa normal ya no es tan fácil, una hora de ejercicio te quita medio pan sin grasas trans, pero ocupas 3 horas para eliminar la misma porción de pan elaborado industrialmente al ser una grasa modificada y eso no debería conocer la gente al momento de comprar”.
En 2014 se empezó en México a manejar el etiquetado de los productos y aunque ya se tenía la marcación frontal que da información sobre el consumo diario, exigida en todo el mundo, se dio un paso en la identificación de los componentes de los alimentos: “hasta ese momento no habían recomendaciones que permitiera en el punto de venta tomar decisiones sobre qué consumir, hoy se han evaluado los tipos de marcaciones y gran parte de la población no las entiende, alrededor de dos terceras partes, de ahí que se tomaron nuevas acciones como establecer semáforos, y alertas, que también se han trabajado en Chile e Inglaterra, y la situación cambia porque le deja al consumidor muy claro que el producto tiene altos porcentajes de glucosa, de lípidos, o de grasas trans”.
Y el asunto no es de estigmatizar productos, el doctor Lara es contundente: “No hay alimentos buenos o malos”, la tarea es ponderar la incidencia de algunos productos en el incremento de la obesidad, y frente a esto ya existen estudios: “el primer lugar son las bebidas azucaradas que se han incorporado en los últimos 20 a 30 años, la gente pasó de tomar agua en la mesa a tener gaseosas, se pasó de hacer ejercicio y refrescarse con agua a tener bebidas súper especializadas, situación que podría ser comprensible en los atletas de alto rendimiento que si pueden requerir una adecuación en su bebida, pero alguien que corre 30 minutos o va al gimnasio una hora, solo necesita agua para hidratarse. Hay evidencia suficiente que las bebidas con azúcar producen diabetes, y el límite de la cantidad que se puede tomar y no producir efectos es muy cerrado, ya que la gente paulatinamente va engordando sin darse cuenta en un lapso de años, hasta que entran en riesgo; tenemos que ser claros con las bebidas y lo más sencillo, la gente debe consumir agua, si se le quiere poner sabor, fruta”
El problema al momento de consumir bebidas azucaradas tiene dos explicaciones, el primero, la gente no mide ni sabe calcular la cantidad de azúcar que tiene una bebida, lo que se combina con otro tema que es la saciedad. “Los sólidos se comportan diferente, al comer carnes, por ejemplo un kilo, el organismo compensa y no se requiere comer mucho más, pero con los líquidos se toma un litro de gaseosa y en menos de 120 minutos se puede estar tomando otro litro porque no se refleja la saciedad, esto el cuerpo no lo mide adecuadamente”. Ante esta realidad más de carácter fisiológico, es que la propuesta en México sea intervenir el tema con medidas de salud pública pero, y esa es una aclaración importante, sin acabar con esta industria, sino buscando que su oferta cambie a menos calorías y como señala el doctor Lara “es mejor que un cliente les viva 80 años y no 50”.
En México, además de las campañas de educación se ha trabajado con medidas fiscales. “Los impuestos a las bebidas azucaradas logró disminuir en 2.4 litros anuales de consumo per cápita, y aunque llevamos poco tiempo de su aplicación, en una simulación se encontró que de seguir esta tendencia se pueden disminuir unos 200 mil casos de diabetes con sus respectivas complicaciones y muertes asociadas por enfermedad renal”.
En relación con el control de la publicidad en los niños se establecieron restricciones de los horarios de las pautas como una protección a los menores de 12 años y gracias a un gran acuerdo en 2014 se limitaron los horarios en televisión y radio para que no hubiera anuncios de bebidas, y se estableció una clasificación entre alimentos saludables y no saludables, para evitar que hubiera estigmatización de productos.
Un elemento que el doctor Agustín Lara señala como fundamental, y que recomienda para Colombia, es que desde un principio se determine en qué se va a usar el impuesto a las bebidas: “esto es muy delicado sobre todo cuando se obtienen cantidades de dinero importantes, que si bien pueden ir para la salud, hay que ver como regular estos recursos, para temas específicos que ayuden a terminar la obesidad; esto no sucedió en México, allí muchos recursos se fueron para la atención en salud cuando deberían ir a generar evidencia que permita avanzar, o a promoción y prevención, y esa es una recomendación, hay que saber que se hará con el dinero desde antes”.
Las medidas para controlar la obesidad no solo se vienen implementando para las bebidas azucaradas, otros dos frentes han sido las grasas trans, y los carbohidratos, por ahora el sodio se dejó por fuera debido a sus repercusiones y aunque hay disposiciones como no colocar saleros en las mesas, no se le puede impedir a las personas que los soliciten, pero para el endocrinólogo hay otro factor científico: “se ha demostrado que el sodio solo, sin otros factores, no produce hipertensión, pero eso es un estado ideal ya que siempre existirán esos otros factores”.
“Algo muy importante que evaluamos es que después de tomar las medidas no se afectó el empleo, tanto en los snacks como en las bebidas, las empresas generaron otras opciones con menos calorías, menores porciones, pero las mismas ganancias” lo que para el doctor Lara da tranquilidad a la industria.
Los pasos siguientes no solo deben ser del estado, para el doctor Lara los consumidores también son importantes, pero lo más importante es colocar el tema en la agenda, universidades, estado, la población deben discutir el tema, y ante todo la educación: “no interesa si se tarda 5 años, pero debe estar en la agenda, los niños que hoy consumen azúcar en exceso serán obesos”
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