MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 291 DICIEMBRE DEL AÑO 2022 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter icono twitter

Nuestro equipo lamenta la partida de Juan Carlos Arboleda Zapata, quien por más de 20 años escribió a través de su pluma las más profundas historias de la salud. A través de su templanza lideró el editorial y nos regaló toda la experiencia para formar los nuevos periodistas. Gracias por escribir una vida entera historias por la vida.

Investigación sobre cocaína revela complicaciones clínicas frecuentes asociadas al consumo

Por: Wílder David Cano Rojas
elpulso@sanvicentefundacion.com

Desde los años 80, Colombia ha sido globalmente conocido como un país productor y exportador de cocaína a gran escala. Sin embargo, aún en la actualidad, el territorio nacional ha alcanzado marcas históricas que todavía dejan en evidencia los problemas que enfrenta ante las complicaciones por los narcocultivos. Para el año 2021, según la Organización de Naciones Unidas, el país alcanzó una cifra de 204 000 hectáreas de coca sembradas, lo que representaría un incremento cercano del 43 %, como lo señala la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), quien desde el 2001 ha trabajado de forma articulada con el Gobierno Nacional para recolectar cifras satelitales de hectáreas de coca por medio del SIMCI (Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos).

Asimismo, tal y como lo indica el Gobierno Nacional en su informe Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en Colombia realizado con la ayuda del Ministerio de Justicia y del Derecho, en el año 2013 cerca de 162 000 colombianos consumieron cocaína, lo que convertiría esta droga como la segunda sustancia ilícita de mayor consumo en el territorio. Bajo esta problemática, se ha evidenciado un incremento por consultas de urgencia en los centros hospitalarios del país, lo cual llevó al Hospital San Vicente Fundación Medellín en conjunto con los investigadores, Laura Jiménez Ospina; Juan Pablo Zapata Ospina y Mateo Pineda Álvarez y Juliana Quintero Aguirre, toxicóloga del Hospital a realizar el estudio: “Características y complicaciones de la intoxicación aguda por cocaína. Un estudio transversal en un servicio de urgencias en Colombia” que permite encontrar las alteraciones que el consumo de esta sustancia podría ocasionar a nivel multiorgánico.

El Pulso (EP) ¿Por qué surge la necesidad de investigar sobre la intoxicación aguda de cocaína?

Juliana Quintero (JQ): Hemos hecho algunos abordajes acerca del impacto que tiene el consumo de cocaína en este país y en el mundo. Nosotros como colombianos tenemos claro que nuestro territorio es el que más trafica y exporta cocaína globalmente, y aunque no es el que más produce, sí es el que más exporta porque los laboratorios que cortan la cocaína son más apetecidos, ya que se mezcla la coca con sustancias tóxicas y anestésicos potentes como la lidocaína, la cafeína pura y antiparasitarios como el levamisol, prohibido en los 2 000 para uso humano por sus complicaciones de salud, según estudios preliminares que realizamos en las muestras incautadas.

Asimismo, tenemos claro que desde la psiquiatría se han estudiado los efectos mentales de la cocaína y qué produce en los pacientes, encontrando síntomas como euforia, paranoia y posibilidad de agitación; a largo plazo el desarrollo de enfermedades mentales como depresión y ansiedad; esquizofrenia y problemas psicóticos, entre otros. Sin embargo, el panorama frente a los problemas médicos del cuerpo no son tan reconocidos en la comunidad médica, razón que nos llevó a indagar las complicaciones de salud en los pacientes que llegan a urgencias del Hospital San Vicente Fundación Medellín intoxicados por consumo de cocaína o incluso, por la mezcla de esta con la ingesta de alcohol.

EP: ¿Cuál fue la muestra de esta población y qué se evidenció en su cuadro clínico y sociodemográfico?

JQ: Tomamos una muestra de pacientes entre los años 2016 y 2019 que venían al Hospital San Vicente Fundación Medellín intoxicados por cocaína o que presentaron tóxicos positivos. Obtuvimos una muestra de 775 pacientes, pero excluimos aquellos que anteriormente habían sido diagnosticados con alguna enfermedad pulmonar o cardiaca, o que tuvieran una intoxicación por múltiples sustancias y no sólo cocaína. Así, estudiamos a 159 pacientes intoxicados (no necesariamente consumidores crónicos), donde se encontró que la mayoría de ellos son hombres en una edad media; entre la tercera y cuarta década de edad. Asimismo, el 80 % de ellos confirmó tener entre 22 y 38 años de edad con un bajo nivel académico.

Las características clínicas, indicaron que la mayoría de pacientes llegaron hipertensos, con un pH bajo en la sangre por acidosis y una cuarta parte de ellos presentó intoxicación por alcohol e ingesta de cocaína; muchos tenían un nivel de creatinina por encima de límites normales con lesiones renales agudas. Además, hallamos que la enzima CPK (creatin fosfoquinasa) estaba elevada en un 80 % de los pacientes; ni en guías clínicas ni en análisis descriptivos se había analizado esta enzima.

Entre otras características clínicas, hallamos que los pacientes presentaron infarto del miocardio y accidentes cerebrovasculares, lo cual genera impacto ya que no es normal que un paciente de 30 años curse con estas enfermedades, pero se vuelven comunes a raíz del consumo de cocaína. En resumen, el cuadro clínico presentó lesión renal, lesión hepática aguda, luego infartos en personas muy jóvenes y ataques cerebrovasculares en una media de 33 años.

E: ¿Cuáles fueron las discusiones presentadas en esta investigación?

JQ: Se evidenció un incremento en el consumo de cocaína correlacionado con la cantidad de pacientes que llegan a urgencias en el Hospital San Vicente Fundación Medellín; a su vez, no llegan necesariamente con condiciones mentales sino también con enfermedades médicas propias de un hospital de cuarto nivel como este.

También encontramos que la CPK es una enzima valiosa que se relaciona con la mortalidad y otras complicaciones médicas, y vale la pena medirla en los pacientes que presentan intoxicación por esta sustancia. La invitación es disminuir las complicaciones desde los involucrados; desde el individuo en el cuidado de su salud, la sociedad en educación, nosotros como entidades de salud, del Gobierno en campañas de erradicación y no legalización para tratar de disminuir el consumo y así impactar en la salud de los pacientes.

Hay que crear conciencia en los médicos, en especial del área de urgencias, de que el paciente con cocaína no es un paciente necesariamente drogadicto. Si conocemos las principales complicaciones y marcadores de laboratorio, podríamos establecer la gravedad y pronóstico para crear diagnósticos más oportunos.

EP: ¿Cómo fue la participación del Hospital San Vicente Fundación Medellín en el proceso investigativo?

JQ: El Hospital Medellín nos garantizó el acceso a registros clínicos de los pacientes que llegaban a urgencias por intoxicación. Asimismo, nos ayudó con el tiempo para investigar y resolver las principales dudas que surgían en el proceso de este estudio.

Por otro lado, en compañía de la Dirección de Investigación nos dio acceso a los equipos que facilitaron la recolección de datos en conjunto con el equipo de epidemiólogos, que a su vez también hacen parte del personal profesional del Hospital San Vicente Fundación Medellín. Básicamente, la Institución tiene una participación activa, porque gracias a ella obtuvimos el permiso del Comité de Investigación y Ética para realizar el estudio, así que esto se elaboró principalmente bajo la voluntad del Hospital para generar trazabilidad en el componente investigativo de la Institución.

E: ¿Cómo aplicar esta investigación a prácticas en salud nacionales?

JQ: Estos resultados representan a todos los colombianos, porque la muestra es representativa estadísticamente hablando. Nos referimos a unas condiciones socioculturales que son muy similares entre nosotros con estadísticas de consumo que son de todo el país. Estos hallazgos pueden hacer que otras instituciones usen paraclínicos que faciliten a instituciones gubernamentales la atención requerida ante el consumo en el país.


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