MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 311 AGOSTO DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
En el último siglo, el enfoque holístico ha resonado con fuerza en Colombia, particularmente en los ámbitos del conflicto, la educación y la salud.
La guerra interna en Colombia, que devastó al país durante más de cincuenta años, llevó a llamados urgentes para humanizar el conflicto. Esto implicó respetar el Derecho Internacional Humanitario (DIH), protegiendo a la población civil y prohibiendo acciones extremas y armas inhumanas. Lo que incluye la prohibición de minas antipersonales, la explotación sexual y la participación de niños en el conflicto.
El escenario de los servicios y profesiones de la salud es donde más se habla de humanización en Colombia hoy en día. La falta de acceso oportuno y de calidad a la atención, junto con las crecientes quejas y abusos de profesionales sanitarios, han convertido la “humanización” en una necesidad cada vez más latente. Este problema no es exclusivo de Colombia; en Latinoamérica, las deficiencias en los servicios de salud reflejan una realidad en la que enfermar puede significar el olvido y abandono, especialmente para quienes no tienen recursos económicos suficientes.
En los últimos años, la invitación a humanizar la salud se ha consolidado como un eslogan, un programa político y una forma de crítica ante las deficiencias del sector.
Aunque muchas instituciones han adoptado el discurso de compasión y calidad de servicio, queda mucho por hacer. Es imperativo transformar los servicios sanitarios con el fin de garantizar la totalidad de la dignidad humana, a fin de preservar la esencia de lo que significa ser plenamente humano en la sociedad.
Pensar la salud desde la bioética implica integrar los valores humanos con los científicos, estableciendo un vínculo esencial para la humanización de los servicios de salud.
El principalísimo trata los problemas éticos desde los principios de beneficencia, no maleficencia, justicia y respeto por la autonomía, promoviendo una visión equilibrada entre el conocimiento científico y los valores. Asimismo, la bioética del cuidado destaca la importancia de la empatía, la compasión y el compromiso.
Esta perspectiva es particularmente útil para enfrentar situaciones en las que la vulnerabilidad y la dependencia del paciente requieren una atención. La UNESCO, en su Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos, reafirma la salud como un derecho, subrayando principios como la dignidad humana, la autonomía, la responsabilidad individual y el respeto a la diversidad cultural y al pluralismo.
Las instituciones de salud deben asumir el reto de la humanización, entendiendo que esto no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino también de sus familias y del personal sanitario y administrativo.
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