MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 315 DICIEMBRE DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
El trasplante es un tratamiento médico en el que órganos, tejidos y células enfermas son reemplazados por los de un donante, con el objetivo de posibilitar una expectativa de vida más alta y, a su vez, mejorar su calidad.
El servicio de trasplantes ha sido una de las prioridades fundamentales del Hospital San Vicente Fundación desde el año 1973. En 2013, el Hospital Rionegro también comenzó a prestar este servicio en adultos y gracias a la dedicación institucional y al trabajo en equipo del personal médico especializado, en noviembre se celebró un nuevo hito: el trasplante de 1.000 pacientes.
De las personas que recibieron un trasplante de órganos sólidos, 926 fueron de donante fallecido y 74 de donante vivo. Un total de 938 pacientes recibieron un trasplante de un solo órgano, distribuidos en 691 riñones, 239 hígados y ocho intestinos.
Este procedimiento quirúrgico trae consigo un cambio positivo que no solo impacta al paciente, sino también a todo su núcleo familiar. Así lo expresa Josué Morales Flores, quien, debido a una enfermedad renal crónica, se convirtió en un paciente trasplantado a los nueve años de edad y hoy agradece al hospital por brindarle una esperanza de vida: “En el proceso de espera del donante me sentía ansioso, pero sabía que me iba a cambiar la vida. Luego de la operación, estaba muy contento porque pude salir de las diálisis, que era lo que más anhelaba; además, pude terminar mis estudios académicos”.
Yesenia Ospina Jaramillo, por su parte, tomó la decisión de donar el corazón de su hija para beneficiar a otro niño que estaba esperando un corazón desde que nació y aunque fue una decisión dolorosa, a su vez le generó tranquilidad. “Mi primera respuesta fue que sí, después de la donación me quedó una clara sensación de estar feliz porque hice algo por alguien, entonces quedé muy tranquila”.
Luis Guillermo Toro, director de la Unidad de Alta Complejidad del Hospital San Vicente Fundación Rionegro, afirmó que el éxito de este servicio, puesto en marcha desde hace varias décadas, ha sido sin duda la calidad humana y técnica de un equipo que se dedica a velar por la salud del paciente y a brindar un acompañamiento indispensable y permanente desde todos los frentes para garantizar no solo la salud física, sino también la emocional.
Si bien esta práctica médica no es nueva, la principal barrera es la baja tasa de donación, que mantiene la disponibilidad de órganos por debajo de la demanda. Hasta el 31 de diciembre de 2023, en Colombia más de 4.000 pacientes estaban a la espera de un trasplante. A nivel nacional, la tasa de donación para 2023 fue de 7.4 por cada millón de habitantes, mientras que en España fue de 49.4 donantes por millón de habitantes.
Pese a que el Ministerio de Salud es claro en afirmar que la donación debe ser desinteresada y altruista, y que no puede existir una remuneración o retribución de ningún tipo para el donante o su familia, han surgido mitos como el tráfico de órganos, la prioridad a personas de estratos socioeconómicos altos o impedimentos religiosos, que, a través de los años, han tomado fuerza. Es necesario derribarlos, pues, a la larga, se convierten en limitantes que contribuyen a incrementar la lista de pacientes en espera.
En Colombia, todos los ciudadanos son considerados donantes si en vida no han expresado lo contrario. Sin embargo, la decisión de la familia es crucial y determinante para que alguien sea un potencial donante. De ahí la importancia de promover la donación voluntaria mediante estrategias efectivas que incluyan hacer explícitos los deseos de ser donante ante la familia, concientizar sobre la importancia de la donación y desmitificarla.
Se estima que por cada donante de órganos y tejidos se puede salvar la vida de ocho pacientes y mejorar la calidad de vida de más de 55 personas. Consciente de la importancia de esta alternativa que beneficia la vida de cientos de personas, el Hospital San Vicente Fundación Rionegro lleva a cabo desde hace cinco años una campaña llamada “Somos Uno”. En un trabajo conjunto con más de 35 empresas, esta iniciativa propicia espacios para sensibilizar a los empleados. La campaña busca que la donación sea un tema de conversación tranquilo y respetuoso.
Es importante señalar que hay dos tipos de donantes de órganos: el donante fallecido, que presentó una muerte encefálica, pero cuyos órganos son aptos para ser trasplantados, y el donante vivo, que debe tener una relación de consanguinidad o con un alto grado de afinidad con el receptor, y que, de manera altruista, decide generalmente donar un riñón o una porción de su hígado.
El trasplante es un servicio costo-efectivo que puede generar un ahorro significativo en los gastos del sistema, puesto que los pacientes, al mejorar su calidad de vida, dejan de requerir una atención extendida en el tiempo. Como consecuencia, es una alternativa de salud sostenible.
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