MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 14    No. 169  OCTUBRE DEL AÑO 2012    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

 


Estudio de Fedesarrollo reaviva discusión sobre sostenibilidad del sistema de salud
Juan Carlos Arboleda Z. - Periodistas - elpulso@elhospital.org.co

En agosto pasado, Fedesarrollo dio a conocer el libro “La sostenibilidad financiera del sistema de salud colombiano -Dinámica del gasto y principales retos de cara al futuro”, de Jairo Núñez y Juan Gonzalo Zapata, fruto de una investigación de más de un año.
Este trabajo tiene especial importancia por varios factores coyunturales: el nombramiento como ministro de Salud de Alejandro Gaviria, exsubdirector del centro de estudios, lo que hace prever que será un insumo para la toma de decisiones en el futuro mediato de la cartera, algo que anticipó Juan Gonzalo Zapata antes de conocerse el nombramiento: “De acuerdo con lo planteado en el informe, el gobierno debe tramitar ante el Congreso una ley estatutaria que defina responsabilidades y límites para cada uno de los actores del sistema”. Esto lo confirmó el ministro en su primera intervención en el Congreso.
Otro factor coyuntural es la discusión de la rama legislativa para reformar el sistema de salud, tarea para la cual dirigentes como Jaime Arias, de Acemi, señalan que la investigación es herramienta de gran importancia: “En 2012 no se puede aprobar una ley como hicimos en 1993 cuando disponíamos de muy poca información técnica; estudios serios como el de Fedesarrollo, muestran que Colombia dio pasos gigantescos en materia de salud que ahora quieren ignorarse, y no sólo en aseguramiento”.
Los comentarios del doctor Arias catapultaron las expectativas frente al estudio, antes de darse a conocer. Pero una vez publicado, las críticas no se hicieron esperar, siendo la primera su financiación por la Fundación Suramericana, que tiene vínculos directos con el sector asegurador en salud, lo cual podría haber influenciado el matiz de los resultados.
Las “conclusiones”
La investigación trae una serie de lugares comunes o ratificaciones de análisis hechos durante años por especialistas y críticos del modelo, combinadas con aseveraciones de apoyo general al actual sistema. Dentro de las conclusiones se indica por ejemplo: que el actual modelo requiere ajustes, pero no su desmonte total; que pese a la difícil coyuntura del sector, no hay por qué poner en duda la continuidad del modelo; que un logro es la cobertura del sistema y la capacidad de los colombianos para aportar recursos a favor del sector, los cuales en 2011 ascendieron a $45 billones (9 puntos del PIB), o sea casi un millón de pesos per cápita anual; que el problema del sector no es de recursos, pues éstos crecen de forma sostenida muy por encima de la inflación, sino que está relacionado con el diseño y la gestión en el manejo de los mismos; que los esfuerzos por arbitrar más recursos serán siempre insuficientes, si no se hacen ajustes que garanticen el funcionamiento del sistema a largo plazo; y que una causa del deterioro del modelo actual, es no alcanzar el aumento esperado de la afiliación al régimen contributivo, por lo que gran parte de la cobertura lograda en los últimos años se dio en el subsidiado.
Precisamente frente al desbalance en el número de afiliados del régimen contributivo y el subsidiado, el estudio señala que el aumento de un punto en la informalidad laboral genera una caída en los ingresos del contributivo equivalente al 2,7%, y que a su vez, una mejora de 1% del crecimiento del PIB genera ingresos adicionales de 0,3% en este mismo régimen; se calcula que de darse una mejora continua de 1% de crecimiento económico en el período 2012-2015, implicaría mayores ingresos para el contributivo del 2,7%.
Otra proyección es la relacionada con la cantidad de recursos necesarios para llegar a la universalización: los investigadores estiman que los ingresos del régimen subsidiado deberán aumentar 10% para lograr este objetivo. Además anticipan que talvez haya que aumentar de nuevo la tasa de solidaridad por encima de su actual 0,17 del IBC, con el fin de que el régimen subsidiado mantenga el balance financiero alcanzado en 2011.
El libro equipara el concepto de salud con el de afiliación: “El debate no se debe centrar en cuestionar la validez del modelo de aseguramiento, sino por el contrario, en diseñar los ajustes para consolidarlo. El sistema actual debe continuar, ya que sus resultados han sido positivos y demuestran un avance para la salud de los colombianos, no tan sólo en cobertura y disponibilidad de recursos”, afirmación sin un solo indicador de salud.
 
Contradicciones y vacíos en estudio de Fedesarrollo
Un primer elemento al parecer contradictorio, es que si bien el estudio afirma que el aumento de cobertura es un logro que justifica la permanencia del modelo, más adelante afirma: “El aumento de la cobertura se financió en su mayoría con recursos públicos del Presupuesto General de la Nación, regalías y recursos propios de las entidades… (de hecho, el 54% del gasto en salud se financió con recursos públicos durante 2011)”. Entonces: si el aumento de la cobertura se dio principalmente por recursos del Estado, ¿qué aportó el aseguramiento y qué pasa si éste desaparece?
Pero además, el texto da otra explicación para el aumento en las afiliaciones: “Uno de los principios de este sistema es la universalidad del servicio, entendido como la afiliación obligatoria a una EPS por parte de todos los ciudadanos. Esta característica contrasta con la situación anterior a la expedición de la Ley 100”. De esto se puede colegir que el aumento de cobertura en realidad obedeció a la obligatoriedad en la afiliación y al aumento en los recursos aportados por el Estado, y no tanto al modelo. Pese al anuncio del presidente de Acemi de que el estudio demuestra la importancia de continuar con el actual modelo, algunos de sus apartes evidencian que hay fisuras: “El análisis de los costos per cápita por tipo de régimen y su dinámica reciente nos lleva a concluir que el sistema de salud no es sostenible financieramente, si no se hacen importantes ajustes que moderen el crecimiento del gasto. ” Y en el caso de las EPS, la investigación es más específica: “Aún no es claro el futuro financiero del régimen contributivo, bajo los actuales parámetros de cotización y el nuevo POS”.
Ante el estudio se cuestiona: si el
aumentode cobertura se dio principalmente por
recursosdel Estado, ¿qué aportó el aseguramiento y qué
pasa si éste desaparece? El aumento obedeció a la
obligatoriedad en la afiliación y al aumento en recursos
aportados por el Estado, y no tanto al modelo.
Un aparte que genera preocupación es el referido al futuro de los hospitales públicos, tema reducido a opciones categóricas sin abordar las consecuencias de adoptar alguna: “¿Qué hacer con la red hospitalaria? ¿Fortalecerla, liquidarla, entregarla a un agente público o privado para su manejo? La solución apunta a tener una red pública eficiente y fortalecida, que es una tarea compleja que requiere un gran esfuerzo financiero. La Ley 1438 permite destinar recursos para este fin; sin embargo, el proceso de restructuración de hospitales ha perdido fuerza en los últimos años y debe continuar a largo plazo”.
De una simpleza similar es el análisis de los regímenes especiales, a los cuales cuestiona por invertir en promedio recursos más altos per cápita que el resto del sistema en sus afiliados; propone por tanto aplicar acciones de control, sin considerar las consecuencias de disminuir beneficios adquiridos a más de 2 millones de afiliados a estos regímenes: “En la búsqueda de una mayor equidad, principio promulgado en la Ley 100/93, sería muy importante aplicar una regulación más estricta a estas entidades, de tal manera que unifique y estandarice tanto el modo de organización como el paquete de beneficios; a su vez, se podría plantear un tope máximo de gasto per cápita”.
Otras aseveraciones del informe no son compartidas por todos los actores del sistema, como la que al referirse a la supuesta falta de claridad del alcance del derecho a la salud, asegura que el gasto en salud fue en gran parte impulsado por médicos y jueces. O la que afirma: “Si bien las tutelas son un mecanismo de defensa del derecho a la salud y tiene efectos positivos cuando hacen cumplir el derecho explícito a nivel individual, éstas sin embargo adquieren un carácter negativo cuando obligan a dar prestaciones o servicios no sólo excluidos del POS, sino que no son responsabilidad del sistema de salud o las EPS. El sistema de salud, al fin y al cabo, tiene un tope de financiamiento que la sociedad ha decidido invertir, y cualquier gasto por encima se convierte en un hueco fiscal que la misma sociedad debe pagar”.
Si bien las causas de muchos problemas del sistema tienen múltiples orígenes, el rasero de medida en el estudio no es igual, dependiendo del actor responsable. El tema de los recobros es un ejemplo. Mientras unos apartes señalan como causal de su incremento la falta de actualización de los planes de beneficios, más adelante la explicación se le adjudica a una praxis mal intencionada de los prestadores, que estarían realizando incluso manejos dudosos con la facturación. Pero en la página 82, aparece una nueva explicación: “En 2008, los CTC le dieron un gran impulso al gasto No-POS y de facto remplazan a las tutelas como el principal dinamizador de este gasto”.
Para los investigadores el asunto tiene una explicación, la Sentencia T-760, pero no señalan la responsabilidad de ningún actor frente a otro componente: la Ley 1122 eximió a las EPS del pago del 50% del monto de las acciones recobradas en las tutelas, cuando el procedimiento No-POS era ordenado por un CTC, y cuando mencionan el tema, éste queda sin responsables directos: “Desde 2009 se revierte la tendencia, pues los recobros vía CTC superan en número a las tutelas, hasta que en 2010 equivalen a 2,6 veces estas últimas. La Ley 1122/07 estimuló la aprobación de CTC por el incentivo negativo que existía de castigar el recobro de los servicios que fueran vía tutela versus aquellos vía CTC, lo que llevó a que en los últimos años los CTC se incrementen en forma notable y las tutelas hayan perdido importancia”.
 
Otros artículos...
El recibo al ministro Alejandro Gaviria
LOCATEL - Alquiler y venta de equipos de cuidado en casa - LOCATEL
“Sistema de Salud necesita estar basado en derechos y no en leyes del mercado”
Propuestas de cambio de ACHC
Hospital - Consulta especializada en Hospital Universitario de San Vicente Fundación
Hospital - En el Hospital Universitario de San Vicente Fundación Consulta de especialidades y sub-especialidades médicas y quirúrgicas
Hospital - Primer año de Centros Especializados de San Vicente Fundación
Discusiones sobre proyecto de ley estatutaria de la U
Ley estatutaria, insumo para cambio de fondo en salud
En municipios se vive la otra realidad de la salud
Estudio de Fedesarrollo reaviva discusión sobre sostenibilidad del sistema de salud
Contraloría controvirtió estudio de Fedesarrollo
Plan nacional para control del cáncer en Colombia 2012-2020
Disponible en Colombia el acetaminofén inyectable
Vaporización de próstata por plasma en Clínica Soma
“Sentamos bases para que la salud de los colombianos vaya por buen camino”
Supersalud liquidó las EPS Salud Cóndor y Selva Salud
Caprecom sería viable
 

 

 



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved