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San Francisco
de Asís,
trovador de Dios y cantor de la paz
Hernando
Guzmán Paniagua - Periodista - elpulso@elhospital.org.co |
Predica el amor en
el primer pesebre vivo, busca la paz en las sangrientas Cruzadas,
es bálsamo para enfermos y desvalidos, se une místicamente
con Dios en la naturaleza. Ocho siglos después, San Francisco
de Asís vuelve a ser la más bella lección
de paz y mansedumbre. Frente a la escalada de la violencia humana,
resuena el canto sublime del trovador de Dios. |
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Nace en 1182 en Asís
(Italia) y aquí muere a los 44 años. Se llama
Juan, lo apodan Francesco por su afición a los cantos
y romances franceses de los trovadores que topa en el camino
de Francia, Flandes y otras tierras adonde viaja con su padre,
Pedro Bernardone, rico comerciante de ropas finas; se cruza
con vagabundos, mendigos, bandidos y prostitutas, malgasta
dinero en juergas con una tropa de alegres libertinos. Cantante
exquisito y futuro juglar de Dios, se le atribuye la primera
canción italiana.
En el licencioso siglo XIII, no hay agua potable y escasean
las mujeres castas; con sus maridos en la guerra, quedan a
merced de ladrones, violadores y clérigos, procreadores
de niños en ese mundo de peste, lepra, sífilis
y malaria. Francisco sueña con la vida caballeresca,
estrena su valor en el ataque burgués a la fortaleza
aristocrática de Asís, mueren nobles a manos
de zapateros, carniceros y escribanos.
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Los sobrevivientes
exiliados en Perusa, en 1200 derrotan a los burgueses en Asís
y apresan a muchos. Confinado en insalubre mazmorra, Francisco
adquiere la malaria y sale libre un año después,
previo pago de rescate.
Aguda ruina moral vive la Iglesia Católica. En Francisco
de Asís, el santo que quiso ser hombre, la más
reciente biografía, Donald Spoto narra la constante pugna
entre papas y emperadores por el poder, y anota: Francisco
había sido testigo directo de lo ocurrido en monasterios
y diócesis que tenían propiedades: la riqueza
confería poder, y el poder se oponía al espíritu
del Evangelio. El obispo Guido es dueño de la mitad
de las casas de Asís. Ricas y nobles familias cristianas,
herederas del imperio romano, en los siglos IV y V fundan monasterios
en el sur de Francia.
El propio Papa Inocencio III describe en un documento la debacle
religiosa: Muchos sacerdotes han vivido en el lujo. Han
participado en fiestas de bebedores, descuidando los ritos religiosos.
Han hablado de asuntos comerciales durante la misa. Han dejado
las iglesias y los templos en un estado lamentable, vendido
cargos y sacramentos (
). Muchos obispos se han apropiado
de los ingresos de una parroquia, dejando en la indigencia a
los parroquianos. Han llegado a cometer el terrible abuso de
obligar a los parroquianos a pagar tributos especiales para
lucrarse aún más. Han extorsionado a los feligreses
con cualquier pretexto. Han comerciado de forma escandalosa
con reliquias. Han permitido que los hijos ilegítimos
de un canónigo sucedan a su padre.
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Que la paz que
anunciáis
de palabra, la tengáis, y en mayor
medida, en vuestros corazones.
Que por vuestra mansedumbre
todos sean inducidos a la paz, a la
benignidad y a la concordia.
Palabras de Francisco a los Hermanos
Menores
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Verdad o leyenda,
la conversión de Francisco empieza cuando la imagen del
Crucificado le habla en la iglesia de San Damián: Francisco,
¿no ves que mi casa se derrumba? Anda pues y repárala.
No habla tanto de la reparación material de un templo,
como de la restauración moral del cristianismo. Francisco
sustrae telas de su padre y las vende para reparar el templo;
airado, el viejo Bernardone lo azota en público. El joven
sale desnudo a la calle y en público exclama: Señor,
no sólo quiero devolver con gozo de mi alma el dinero
adquirido al vender sus cosas, sino hasta mis propios vestidos,
y agrega: Como tengo propósito de consagrarme al
servicio de Dios, (
) quiero desde ahora decir: Padre nuestro,
que estás en los cielos, y no padre Bernardone.
A unos mendigos enfermos regala las monedas que le quedan. En
adelante, cuida los leprosos y lava sus heridas. Al servir
a los marginados del mundo, Francisco comenzó a elevarse
hacia la auténtica nobleza que había buscado durante
tanto tiempo y que no descubriría en las armas, en los
títulos, dice Spoto, quien niega una intención
masoquista en el ascetismo del santo. ¿Acaso nuestra
obsesión actual por la perfección física
resulta menos patológica que el comportamiento del asceta?,
inquiere, y anota que negando sus necesidades, El Poverello
tonifica su espíritu; su austeridad encerraba una
crítica tácita al lujo y los privilegios de la
vida eclesiástica.
Los Hermanos Menores, doce como los Apóstoles,
viven entre el cuidado de los enfermos pobres, la vida contemplativa
y la predicación ambulante. Que la paz que anunciáis
de palabra, la tengáis, y en mayor medida, en vuestros
corazones. Que por vuestra mansedumbre todos sean inducidos
a la paz, a la benignidad y a la concordia, les dice su
líder Francisco. No censuran ni condenan a nadie, enseñan
con el ejemplo, y resisten los embates del Papa y los obispos
para que adopten la Regla de San Benito -modelo de las órdenes
existentes- y que prescribe cómo vestir, qué comer,
cuándo hablar y cuándo callar; el de Asís
les concede libertad como Jesús a sus apóstoles,
para algunos son fanáticos y locos. Francisco no quiere
ser abad ni fundar una orden ni exponer su hermandad a la decadente
vida monástica. Pero cede, a instancias del obispo Guido,
para solicitar al menos la aprobación de su fraternidad
y evitar la acusación de herejía.
Francisco, gestor de paz
Francisco de Asís encarna la paz y la promueve
en la sangrienta Quinta Cruzada, liderada por el cardenal español
Pelayo Galván. Calificado éste por Spoto como
arribista, autoritario, vanidoso, terco e inflexible,
siempre rechazó la generosa tregua que ofrecía
el sultán Al Kamil, aceptada por comandantes y soldados
cristianos y apoyada por el de Asís. Pelayo es aliado
de comerciantes italianos y sus jugosas transacciones con Egipto.
Anhelante de la paz, enemigo del desangre y ansioso del martirio,
Francisco entra al campamento islámico y habla con el
Sultán. De momento fracasa en su gestión de paz,
pero logra un triunfo moral: el Sultán aprecia su valor,
sólida fe y desapego de los lujos humanos. Francisco
ve en Al Kamil un hombre pacífico y devoto que también
cree en un solo Dios. El moro renueva su pedido de tregua, Pelayo
se obstina en la guerra. Su aventura termina en cruenta derrota
para los cruzados, obligados a firmar el armisticio en 1221.
El magnánimo Sultán los colma de obsequios, sella
una tregua de 8 años, canjea prisioneros y rehenes, y
devuelve las reliquias de la cruz verdadera. La gestión
cristiana y humanista de Francisco no fue en vano. |
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Mitos franciscanos
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San
Francisco de Asís no tuvo los estigmas de la cruz, ni
inventó el pesebre, ni escribió la famosa Oración
de San Francisco.
El franciscano Tomás de Celano, primer biógrafo
del santo, dice que los estigmas no eran vestigios de
clavos, sino los clavos mismos, hechos de su propia carne,
martirio auto-infligido. A los 40 años -refiere Spoto-,
el cuerpo del santo está cubierto de llagas y heridas,
algunas al parecer de lepra, que trata de ocultar con guantes
o vendas, como lo hacían los leprosos; sufrió
también de malaria, úlcera gástrica, del
hígado, del bazo y de ceguera. Las pinturas medievales
del santo, brotadas de la religiosidad popular donde los sufrimientos
de Jesús eran premio para los enfermos, en una época
carente de medicina científica, legitiman la creencia
en los estigmas.
En 1235 Berlinghieri pinta el primer cuadro de Francisco con
estigmas en manos y pies, 20 años después un pintor
anónimo le agrega la herida del costado. El santo nunca
habló de eso y el propio Papa Gregorio IX (ex cardenal
Hugolino, amigo personal del santo) desmiente durante 10 años
el mito, pero cambia de opinión en 1237 y lo defiende
por motivos políticos: ganar el apoyo franciscano a las
reformas eclesiales y neutralizar a sus rivales, los dominicos,
quienes se habían burlado de esas señales. Ayuda
además a equilibrar la feria de canonizaciones: en 1232
sube al altar el franciscano San Antonio de Padua, en 1234 le
toca a Domingo de Guzmán, por ejemplo. Los franciscanos
postulan a Clara de Asís, los dominicos a Catalina de
Siena.
El autor citado afirma que Francisco no inventó el pesebre,
ya existente en las celebraciones navideñas de las catedrales
de Roma y otras ciudades, pero sí fue el primero en representarlo
en vivo como imagen de la pobreza evangélica. A mediados
de diciembre de 1223, en una ermita de Greccio y basado en un
verso del Antiguo Testamento -Conoce el buey a su dueño,
y el asno el pesebre de su amo-, pone los animales junto
a un matrimonio del lugar que representa a María y José,
tres frailes hacen el papel de los magos. Francisco predica
en lenguaje sencillo sobre el nacimiento de Cristo en pobreza,
y el renacimiento espiritual de Jesús en el corazón
de quien lo acepte; remata el acto con un banquete para todos,
incluida doble ración de heno y avena para el asno y
el buey. Casi 8 siglos después, el Papa Ratzinger saca
esos ejemplares del pesebre y le daña el milagrito a
San Francisco.
La famosa oración Señor, hazme un instrumento
de tu paz, que donde haya odio yo siembre amor
,
no es del de Asís, aunque sí posee su espíritu.
La publicó el Marqués de La Rochetulon en L´Osser-vatore
Romano en 1916, como plegaria por el fin de la Primera Guerra
Mundial. Gregorio IX canonizó a San Francisco, Dante
lo llevó al Paraíso de su Divina Comedia (Canto
XI): Uno fue todo seráfico ardor (Francisco).
(
) Nacióle un sol al mundo, y al tiempo sepultó
en el Infierno al Papa Bonifacio VIII, quien pretendía
la soberanía legítima de todo el universo para
El Vaticano. El 3 de octubre de 1226 muere el juglar de Dios,
no sin antes pedir a sus frailes que cuando lo viesen a punto
de expirar, lo pongan desnudo sobre la tierra. En su beatífica
muerte, los monjes Menores entonan el Cántico de
las Criaturas que el Hermano Francisco les había
enseñado. |
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Francisco de
Asís, la alegría natural |
El Buda Shakyamuni
y San Francisco de Asís se asemejan por recorrer el camino
de la opulencia al vacío, en concepto del novelista y
ensayista argentino Mario Satz, para quien ambos comparten igual
sensibilidad ecológica y la concepción del anima
mundi, la materia como forma visible de la conciencia.
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Entre los
santos y los hombres ilustres que han tenido un singular culto
por la naturaleza, como magnífico don hecho por Dios
a la humanidad, se incluye justamente a San Francisco de Asís.
El, en efecto, tuvo en gran aprecio todas las obras del Creador
y, con inspiración casi sobrenatural, compuso aquel bellísimo
'Cántico de las Criaturas', a través de las cuales,
especialmente del hermano sol, la hermana luna y las estrellas,
rindió al Omnipotente y Buen Señor la debida alabanza,
gloria, honor y toda bendición. Proclama de San
Francisco de Asís como patrono de la ecología
por Juan Pablo II en 1979. |
Y precisa: Francisco admirará la música
y la belleza casi tanto como después el silencio y
el sufrimiento de los hombres, que buscará mitigar
con un amor como el que Occidente no conocía desde
las parábolas y los hechos del maestro de Nazaret.
Para D.H. Lawrence, mientras el cristianismo español
vive del sufrimiento ascético del Crucificado, el italiano
se solaza en el culto sensual a la Madonna; pese a ello, acota
Satz, un Fray Luis de Granada describe las libélulas
y las flores de su convento, y algunos santos del sur de Italia,
no conciben ninguna proeza espiritual sin sangre, espinos
y ascetismo.
Agrega: El cristianismo franciscano hereda del paganismo
grecolatino el gusto por lo sensible, una estética
de la creación que recuerda la visión adánica,
el santo redescubre aspectos de la naturaleza y del hombre
que son su más bello tesoro: La alegría,
pero una alegría natural, sencilla, captada en sus
mismas fuentes, sin adulterar. La imperturbabilidad
de Francisco es la de Job y es la alegría interior
de los sanyasines de la India, para quienes uno sólo
puede relacionarse con otros cuando aprende a estar solo.
Considera Satz que al aproximarse San Francisco a los leprosos,
entiende que debe besarlos para superar el horror y transformar
lo estético en ético, el egoísmo en verdadera
generosidad. Esa paciencia o ataraxia la aprendió
de sus pájaros a los cuales puede sepultar la nieve
y sorprender la muerte cantando, y de la fascinante mansedumbre
de Jesús. IL Poverello, añade el
escritor, invita a descubrir la felicidad o beatitud interior,
quinta envoltura del ser humano. Al valorar esa dimensión
interna, el de Asís descalifica a los poderes de reyes
o prelados, y a la posición social como camino espiritual.
La paciencia de Francisco -dice Satz- no es masoquista, quiere
mostrar que la caridad y el amor, para serlo, deben contar
con lo imprevisible, como la bondad del agua taoísta,
que beneficia a todos sin quedarse con alguno, y con la impasibilidad
de los Sufíes, místicos del Islam, propensos
a la mendicidad contemplativa y al rescate de la alegría
natural. Para el teólogo franciscano y escritor brasileño
Leonardo Boff, San Francisco quiso ser radicalmente
pobre, para ser plenamente hermano. Agrega Satz que
Plutón, dios de los infiernos, lo es también
de las minas que guardan tesoros.
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TAlabado
seas Señor por
todas tus criaturas. Y en especial por el
querido hermano sol, que alumbra y abre el día,
y es bello en su esplendor y lleva por los
cielos noticias de su Autor.
Del Cántico al Hermano
Sol, primer poema escrito en italiano, considerado por
Dante una gran obra de la literatura italiana.
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Sin la instrucción
profunda de Santo Tomás o San Agustín, Francisco
enseñó desde la sabiduría del alma; su
sermón a una bandada de pájaros posee la hondura
de un discurso teológico: Hermanos míos,
tenéis que alabar siempre a vuestro creador y amarlo
porque os ha dado plumas para vestir, alas para volar y todo
lo que necesitáis, os ha dado un buen lugar entre sus
criaturas y os ha permitido morar en la pureza del aire; y aunque
no sembréis ni cosechéis, no necesitáis
preocuparos de nada porque Él os protege y os guarda.
Reflexión válida para nuestra especie, que
siembra, cosecha y pone precio a su alimento, que raramente
celebra por celebrar la aparición del alba.
Recomienda, cuando yacemos sobre el complejo cuerpo de
un planeta herido de muerte, recuperar la alegría
natural con sus grandes maestros, como el filósofo chino
taoísta Chuang Tse, para quien el acceso al Tao, a la
totalidad cósmica, implica el ayuno del corazón,
pobreza voluntaria que en vez de desacreditar los sentidos,
los desarrolla al máximo para ejercer la contemplación.
Francisco dice: Donde la pobreza se une a la alegría,
no hay codicia ni avaricia.
El argentino ve en el Poverello la poesía
de la vida y una fraternidad universal, donde el
Hermano Sol y la Hermana Luna plasman
la ecología de la creación, sus leyes de cooperación
y armonía. Para Francisco no es fácil sufrir
con alegría, pero alegría y sufrimiento
sólo en apariencia son antagónicos; los vemos
así por pasar la mayor parte de la vida persiguiendo
vanidades, títulos y posesiones. Mario Satz asimila este
espíritu al del Zóhar, texto capital de la Kábala
española del siglo XIII, que reza: Los hombres
creen que el paraíso está en el cielo, los ángeles
saben que está en la tierra.
Francisco, el místico medieval
Ser otro Cristo fue para él un programa místico
de vida, conceptúa Gonzalo Soto, doctor en Filosofía
de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín
y de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, quién
agrega: Ver en todos los seres la presencia de Dios y
una posibilidad de ascenso místico fue una experiencia
ordinaria en el pobre de Asís, la intuición de
Dios fue en él continua y directa, y un permanente rapto
extático.
En su libro Diez místicos medievales, Soto
Posada dedica un capítulo a la hermenéutica de
los escritos religiosos del santo, a su Oración ante
el crucifijo de San Damián, Bendición al hermano
León, Alabanzas que se han de decir en todas las horas,
Cartas (a todos los fieles, a las autoridades, a los custodios,
a San Antonio, etc.), Admoniciones, Reglas y textos poéticos
como el Cántico de las Criaturas. San Francisco
también produjo poemas y cánticos profanos en
su juventud. Para el autor, la mística franciscana es
la experiencia de seguir a Cristo pobre y crucificado;
es la valoración de la Encarnación con su significado
de anonadamiento y vacío en la donación total;
es el seguimiento de los consejos evangélicos; es la
fraternidad y práctica del amor; es la acción
de gracia continua y agradecida, (
) es aceptar las afrentas
sin turbación, humildemente y como fuente de honra, (
)
es el no apego a los cargos, (
) es la dulzura en el trato
con los demás, (
) es el respeto a todas las criaturas,
en especial a los animales y a la naturaleza. |
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Medicina
en la pintura
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Anestesia, primera
demostración
pública eficaz del éter
Isabel
Cristina Rueda Calle Comunicadora Corporativa - elpulso@elhospital.org.co |
Anestesia" o "The
first operation under ether", de Robert Hinckley, 1882,
muestra la primera cirugía en que se usó la anestesia
el 16 de octubre de 1846 en el Hospital General de Massachusetts
(Estados Unidos). |
En esta
pintura del norteamericano Robert Hinckley, el hombre al lado
izquierdo, con un frasco de vidrio en sus manos, es William
Thomas Morton, antes asistente del odontólogo Horace
Wells, quien inició el uso del óxido nitroso (llamado
gas hilarante) como anestesia, tras ver espectáculos
sociales donde un químico lo administraba a voluntarios
del público, que los ponía en estado de euforia
y excitación. En una ocasión, un voluntario bajo
el efecto del gas se hirió y Wells observó que
no sentía dolor, por lo que probó una extracción
molar en él mismo bajo sus efectos, comprobando que era
útil para ese fin. |
Como su asistente, William Morton aprendió los efectos
anestesiantes de este gas y del ether, por lo que el 16 de
octubre de 1846 prepara en su contenedor de vidrio la mezcla
necesaria para sedar al paciente Gilbert Abbott del cirujano
John Collins Warren, distinguido profesor de la Escuela de
Medicina de Harvard, quién se inclina hacia adelante,
sosteniendo delicadamente una herramienta quirúrgica
con la cual eliminó un tumor del cuello de su paciente
sin que éste sintiera dolor al estar completamente
sedado.
Otros 11 hombres ven el proceso desde el piso del anfiteatro,
con diversos niveles de sorpresa y concentración. Uno
de ellos (a la derecha) parecía estar sentado previamente,
pero decide dar unos pasos al frente para ver mejor. Dos personas
asisten al paciente: una sostiene la cabeza y la otra la mano
derecha y revisa el pulso en la muñeca. También
se ven numerosos hombres en las gradas, los cuales pinta Hinckley
con menos detalle cuanto mayor es la fila, para generar el
efecto correcto según su distancia e iluminación.
El artista investigó este suceso durante más
de 10 años antes de pintarlo. Actualmente el anfiteatro
de la escena se conserva como el célebre "Ether
Dome" en Boston y el éter desapareció como
anestesiante, mientras el gas hilarante u oxido nitroso sigue
siendo usado en algunos procedimientos y lugares del mundo.
Referencias:
- http://franciscojaviertostado.com/2013/01/28/la-medicina-en-el-arte-pintura-la-primera-anestesia-con-eter/
- http://litmed.med.nyu.edu/Annotation?action=view&annid=10331
- http://neurosurgery.mgh.harvard.edu/history/artists.htm
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