MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 272 MAYO DEL AÑO 2021 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter

Escasez de medicamentos y oxígeno se da en pleno pico de la pandemia

Por: Redacción EL PULSO
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Hay preocupación en los hospitales y clínicas porque no está garantizado el abastecimiento de sedantes ni de oxígeno, mientras el número de enfermos con covid-19 sigue en aumento. El Gobierno Nacional implementa medidas para paliar la crisis, pero no son suficientes.

Según una encuesta realizada por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), las entidades hospitalarias tienen dificultad para adquirir algunos medicamentos que se requieren para brindar atención intrahospitalaria. Para dar cuenta de ello, el gremio indagó a 70 Instituciones, que suman 11.853 camas (14 % del total nacional).

Al analizar la situación con ocho de los medicamentos más usados en servicios de Unidades de Cuidado Intensivo y servicios quirúrgicos, el 72 % de las IPS reportaron que tienen escasez de Midazolam, el 46 % de Ketamina, el 41 % de Fentanil, el 40 % Propofol, el 38 % de Remifentanil, el 24 % de Metadona, el 21 % de Morfina y el 19 % de Hidromorfona.

Incluso, en algunos hospitales del país ya se reporta que ha sido necesario poner ventiladores mecánicos a pacientes no sedados, lo que genera dolor e impaciencia y dificulta mucho más el tratamiento.

Al indagar por el tiempo de reserva con el que cuentan las IPS para dichos medicamentos, la ACHC encontró que para finales de marzo había un promedio general de 42 días, siendo los casos más graves los de Propofol, la Ketamina y la Metadona,en los que el promedio varía entre 27 a 32 días. La encuesta realizada por el gremio advierte que en las oportunidades que se logran conseguir estos medicamentos, los costos de adquisición de algunos se han incrementado considerablemente, por ejemplo, el Fentanil aumentó en un 95 %.

Al respecto el director de la ACHC, Juan Carlos Giraldo, pidió al Ministerio de Salud y al Invima explorar con la industria todas las opciones posibles para aumentar la provisión adecuada de estos medicamentos y sugirió tomar medidas como la declaratoria de vital no disponible, en los casos que sea posible, y adoptar medidas que controlen y eviten la especulación en los precios de estos medicamentos.

De acuerdo con Óscar Andia, director del Observatorio Médico de la Federación Médica Colombiana, este fenómeno se da por la “falta de una política pública en el manejo de los medicamentos controlados”.

El experto explicó que el Fondo Nacional de Estupefacientes tiene el control de este tipo de medicamentos y que la función del ejecutivo al respecto es más policiva que de suministro. “Estamos como en la época antigua donde no había un interés de pensar en la gestión del suministro, la actitud del ministerio y del fondo eran muy claras en la etapa prepandemia, pero hoy se quedaron obsoletas, porque esos medicamentos son vitales para el manejo de la pandemia, y toda la institucionalidad debería estar volcada a ayudar a conseguirlos y a promover la fabricación nacional”, afirmó Andia.

Según su explicación, en el país existe la capacidad técnica y científica para fabricar todo tipo de sedantes, obviamente importando el principio activo, ya que dichos medicamentos tienen varios oferentes en el mundo y no están protegidos por patentes, sin embargo, no hay mayor intención de facilitarlo de una manera en que la industria nacional pueda hacerse responsable de garantizar las necesidades del sistema de salud.

También falta oxígeno

El gobernador (e) de Antioquia, Luis Fernando Suárez, alertó a mediados de abril sobre la preocupante situación que se vive en los hospitales del departamento luego de que los proveedores de oxígeno anunciaran su imposibilidad de seguirle el paso a la demanda.

Ante esta situación el departamento inició gestiones con los principales proveedores del insumo y con la Cámara de Gases Industriales y Medicinales de la Andi, en búsqueda de alternativas. Sin embargo, lo que se conoció es que la escasez obedecería a un problema global de oferta y demanda, lo que complica el panorama.

De hecho, el gerente para la contención del Covid en Antioquia, Leopoldo Giraldo, aseguró que “cada día hay mayores demandas de pacientes por oxígeno en el conjunto del país, cada vez es mayor la ocupación de camas UCI y los egresos que le estamos dando a los pacientes, incluye tratamiento con oxígeno”.

Por eso, Giraldo enfatizó en la necesidad de optimizar los concentradores y balones de oxígeno y le insistió a las personas que tienen estos elementos en casa, y que ya no los están necesitando, los devuelvan al proveedor porque “hay otro ciudadano que lo está requiriendo y que posiblemente ese oxígeno le va a salvar la vida”.

Javier Ramírez, quien por 10 años fue gerente de una multinacional de gases medicinales para América Latina, explicó cómo es que la ciudad y el país ha llegado al borde del desabastecimiento.

Dijo que aquí influyen varios puntos críticos: uno de ellos es la logística, que inicia desde el momento mismo en el que se están construyendo las instituciones prestadoras de salud. “En esta etapa se tienen en cuenta para el diseño arquitectónico y estructural de las clínicas cuántas camas van a estar disponibles, cuál será la capacidad de crecimiento (que usualmente está entre el 10 y el 20 %) y cuál será el porcentaje de camas UCI y de urgencias, ya que estas tienen una demanda más alta de oxígeno y pueden consumir hasta 15 litros por minuto”. Según sus cálculos, entre el 20 y el 35 % de las camas de los hospitales y clínicas tienen esa alta demanda, para las demás se aprovisiona suponiendo una demanda de 7 litros. Con base en esa información, se calcula cuál es el tamaño del tanque necesario para conservar el oxígeno y con qué frecuencia debe ser abastecido.

Pero, ante la situación actual con las altas cifras de enfermos con covid podría pensarse que casi todos los pacientes requieran oxígeno y estén utilizando hoy 15 litros por minuto, a lo que se le debe sumar que la cantidad de camas ha crecido mucho más de lo presupuestado en los diseños, lo que aumenta la demanda muy por encima de las previsiones.

Si a eso se le suma, como ya lo había mencionado Giraldo, que muchos de los pacientes covid requieren oxígeno en su casa, así como normalmente ocurre con 250.000 pacientes de EPOC en el país (unos 70.000 solo en Antioquia), la demanda superó con creces las series históricas de requerimiento de este gas medicinal.

De momento, el gobernador envió un oficio al ministro de salud, Fernando Ruíz, en el que le pidió el apoyo para buscar rutas de abastecimiento que podrían ser la reconversión de gas industrial a medicinal o la importación a gran escala.

“Las autoridades sanitarias decidieron priorizar el oxígeno medicinal sobre la industrial, lo que afecta a sectores de la industria (como la siderúrgica), pero las máquinas que fabrican oxígeno, que normalmente deberían estar funcionando a un máximo del 80 % de su capacidad, están trabajando al 105 %, incluso una de esas máquinas ya se dañó, por eso las empresas dijeron que no podían abastecer la demanda porque sus máquinas se están dañando y la crisis podría ser peor”, dijo Ramírez.

Ya el Ministerio de Comercio permitió la importación de oxígeno y de concentradores con un arancel del 0 %, medida que estará vigente hasta tanto se mantenga la emergencia sanitaria, que por ahora está establecida hasta el 31 de mayo próximo.

Hay que tener en cuenta que en el primer bimestre del año, el país importó 20,3 toneladas de oxígeno, que equivale a US$17.731, principalmente de Ecuador y Estados Unidos. En el 2020 las importaciones sumaron 8,7 toneladas, por US$89.659. Los principales proveedores fueron Estados Unidos y Bélgica.

De acuerdo con Ramírez, esta medida es inocua, ya que Colombia está compitiendo con muchos países que están en la misma condición, con todas las dificultades de exportar oxígeno de países lejanos, ya que este producto debe llegar criogenizado y se pierde hasta el 30 % por los cambios de temperatura.

Otra solución, como estiman algunos expertos es colocar plantas productoras de oxígeno que funcionan con energía eléctrica, lo que para Ramírez “puede tener efectos interesantes si se proyectan adecuadamente, aunque es problemático ante un aumento de demanda como la actual, ya que se requiere conexión a la subestación de energía y el consumo es muy elevado (puede costar hasta 45 % más de lo que cuesta el oxígeno), y los hospitales, por la ampliación de su capacidad, ya están sobrecargados, lo que puede causar un colapso eléctrico”.

En su opinión, para paliar la crisis será necesario el uso de herramientas clínicas y la implementación de procesos de análisis de uso tecnológico para disminuir el consumo: “cambiar dispositivos por unos que consuman menos oxígeno, el problema es que generan aerosoles e incrementan el riesgo de contagio, y partir de una oximetría muy rigurosa para ir modulando el consumo, es recomendable más de 93 %, pero si un paciente consume 10 litros para saturar 96 % con 7 litros puede saturar 93 %. Con eso podemos ir bajando la demanda”, concluyó.

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