MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 272 MAYO DEL AÑO 2021 ISNN 0124-4388
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El Covid-19 ha suscitado una diversidad de discusiones en torno a los cambios estructurales que deberían darse en las distintas esferas de la sociedad, de tal forma que se logre una adaptabilidad a las nuevas condiciones de vida, y a la nueva realidad que impuso la aparición del virus.
Evidentemente, las profesiones de la salud han enfrentado enormes retos para responder a una crisis de gran magnitud en todo el mundo. Diseñar estrategias y modelos que le permitan a los profesionales de las distintas áreas de la salud atender las necesidades de los pacientes sigue siendo un desafío.
Ahora bien, estas transformaciones desencadenan una serie de preguntas en torno al futuro de la educación y la formación de los profesionales de la salud: ¿Qué cambios deben realizarse en los pénsum de medicina y carreras afines?, ¿Qué papel cumple la virtualidad y cómo aprovecharla en pro de la investigación y de los pacientes? ¿Habrá una nueva generación de médicos, enfermeras, fisioterapeutas etc., “hijos de la Covid-19”? Marco Aurelio Sosa, médico especialista en administración hospitalaria y máster en salud pública, quien se ha dedicado a la docencia médica en diferentes facultades del país durante 20 años, asegura que las transformaciones de la educación médica se van a dar desde distintas aristas que propicien la formación de profesionales de salud, aptos para atender no solo el presente virus, sino próximas enfermedades que puedan desencadenarse.
Según él, uno de los elementos es la inclusión de la virtualidad como ejercicio clave: “Desde hace 10 años se promueve en el mundo una transformación en la educación médica que incluya elementos de virtualidad, desde el aula virtual y la simulación, como elementos clave en la formación médica. Las organizaciones acreditadoras de la educación médica en el mundo vienen presionando en esa dirección. La virtualidad llega para quedarse en la formación de los médicos” aseguró Marco.
Además, señaló que “en la formación médica va a ser necesario que los profesionales aprendan a manejar la virtualidad y aprendan a utilizar la tecnología para la atención de pacientes. La pregunta que tenemos que hacernos es si los médicos que tenemos saben usar las tecnologías realmente, si tienen el suficiente conocimiento para implementarlas adecuadamente, o lo que estamos haciendo es usando las herramientas como una forma muy simple de conectividad y no para todo lo que estas facilitan”.
El médico agregó un punto importante: La estandarización. “Creo que cada vez es más fuerte la necesidad de trabajar sobre los protocolos y guías con evidencia científica. La Covid-19 ha demostrado que la producción de evidencia científica no se puede dar de cinco a diez años, sino que tiene que ser mucho más rápida. Hoy es más necesario que haya médicos interconectados que sepan cómo manejar cada una de las patologías que surjan para poder aplicar los últimos conocimientos en los casos” explicó Sosa.
Marco puntualizó: “creo que además de los conocimientos tradicionales en medicina que siempre se han enseñado, hoy en día se les debe enseñar a los médicos a trabajar en equipo, a comunicarse, a conectarse con sus pacientes, a saber, sobre salud pública y sus herramientas aplicadas, a participar en las políticas públicas y la incorporación medica del siglo 21, es decir, formación en las tecnologías”.
María Laura Solano, estudiante de medicina de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, quien actualmente se encuentra cursando el semestre de internado en el Hospital Niño Jesús de la misma ciudad, afirma que desde el área hospitalaria los estudiantes han tenido desventajas para el desarrollo de sus prácticas por la limitación para el acceso que generan las normas de bioseguridad implementadas que buscan evitar la propagación de la Covid-19, pues es necesario disminuir el número de afluentes en las rondas o en la prácticas médicas.
Sin embargo, la estudiante señala que dicha situación se ha convertido también en una oportunidad para sacar provecho a otros espacios que presta la universidad, como los del área de fortalecimiento de simulación, donde el estudiante asiste a talleres de sutura, yesos, intubación entre otros: “Estas herramientas le permiten al alumno reforzar sus conocimientos y prepararse para el momento en el que accedan a la práctica clínica”.
Además, Solano agregó: “ha sido una oportunidad para mantenernos actualizados con muchas cosas, con revistas científicas, artículos, documentos de la universidad y de la biblioteca que permiten ampliar o buscar otros recursos que no limiten tanto la formación. Tenemos la idea de que la única forma de reforzar el conocimiento son las prácticas en el hospital con los pacientes, pero teniendo en cuenta los picos que hemos vivido esta es una alternativa que le permite al estudiante mantenerse actualizado”.
Por otro lado, Marian Zea Obando, estudiante de medicina de la universidad Pontificia Bolivariana, interna del Hospital Pablo Tobón Uribe en Medellín, afirmó que es importante dar un mejor uso a la virtualidad en pro de la formación de los nuevos médicos. “No debería ser solamente clase magistral si no en la medida de lo posible ser lo más real, es decir que se pueda interactuar con los pacientes en tiempo sincrónico, por ejemplo, que el doctor grabe la consulta, pero uno es el que dice qué evaluar y pregunta todo como si estuviera allí en tiempo real”, explicó Zea. Como otra propuesta, la estudiante hizo hincapié en la incorporación de saberes en torno al Covid-19: “Desde los semestres más avanzados incorporar toda la patología Covid-19 al aprendizaje, porque al fin y al cabo nos graduamos y esa es la realidad que vamos a afrontar. Los últimos que se han graduado han tenido que aprender sin conocimientos previos porque no se les enseñó cómo tratar a un paciente con Covid, cómo se alteran las comorbilidades, etc.”.
Por su parte el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional sede Bogotá, José Ricardo Navarro Vargas, se unió a la discusión, y expresó que concuerda en que la virtualidad es un recurso que realmente debe utilizarse en pro de la formación de los médicos, tanto así, que desde su punto de vista, la mayor parte del conocimiento impartido en el enfoque teórico, debe divulgarse por medios virtuales y a través de simulaciones en donde el médico perfeccione por completo sus habilidades y que esto le permita estar muy preparado para el momento de enfrentarse a la práctica.
Por su parte, el vicedecano de Investigación y Extensión de la misma facultad, Javier Hernando Eslava Schmalbach, indicó que el asunto de la virtualidad debe darse, pero de manera bilateral: ”Las clases magistrales deberían pasar a un segundo plano, lo que realmente debería ocurrir, es que al estudiante se le dé el recurso de aprendizaje, y una vez este haga la lectura y el análisis del mismo, se lleve a cabo una discusión en clase donde sean ellos mismos quienes den muestra del conocimiento, pues así es como realmente se interioriza, no en una modalidad donde es el profesor hablando toda la clase, y el estudiante deja grabando la sesión, por lo cual no participa en ningún momento”.
Además, el Decano expresó que la formación necesita un enfoque muy importante hacia las competencias humanas. De hecho, en el pénsum de la universidad se incluyó una materia dirigida hacia la humanización. “El médico tiene tantas cosas en su mente, tanto trabajo, tanto estudio y tanto estrés, que se le olvida el paciente y la cercanía con el mismo, darle un trato cálido y humano. Debemos recordarles a los futuros médicos que es necesario reforzar el “mindfullness”, es decir, el aquí y el ahora con el paciente, pues eso dignifica la atención”.
Frente a este tema, ambos doctores estuvieron de acuerdo con el ideal de que las instituciones tienen que velar porque los estudiantes de medicina no brinden una atención en salud fragmentada, es decir, donde no haya continuidad en los procesos de sus pacientes, pues esto se convierte en una limitante para que la atención sea apropiada y eficiente. “No se trata de hacerle la cirugía al paciente, mandarlo para la casa y jamás volver a saber de él, la idea es ser consistentes con sus procesos” afirmó el doctor Navarro.
El vicedecano hizo hincapié en que el sector de la educación médica debe realizar arduas investigaciones en torno al Covid-19 que permitan conocer más a fondo la patología: “en reuniones con ex ministros de salud del país, se dio a conocer que se pasó de tener 12 laboratorios para la gestión y creación de vacunas en Colombia, a 45 y esto es muy positivo”.
Por último, el Decano Navarro dijo: “es primordial que los médicos sepan mucho sobre epidemiología, y más ahora que nos dimos cuenta de las grandes consecuencias del virus. Hay que estar actualizando constantemente los conocimientos frente a la localización, la periodicidad y los factores determinantes de las enfermedades que están presentes en las distintas poblaciones y regiones del mundo”.
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