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Si soy compasivo, espero mayores ganancias económicas: “La Compasionómica”

Por: Jaime Alberto Peláez Quintero, especialista en economía de la salud, UPB.
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Un simple y desprendido acto de amabilidad. Un apretón de manos sinceras. Una expresión de aliento. Hacerle saber al paciente que interesa como persona, que es un ser humano valioso. Una palabra que ofrezca consuelo o una cordial explicación mirándole a los ojos, puede ser la mejor y más efectiva medicina.

En un mundo delimitado por la inmediatez de la atención en salud, de la presión fiscal y presupuestaria, de mejorar resultados en gestión clínica y hospitalaria, de considerar como clave la seguridad del paciente, de estructurar una gestión intrahospitalaria fundada en optimizar el promedio de días (estancias) — según índices de complejidad, patologías y diagnósticos que pueden derivar en mayores recursos o que, por el contrario, su liberación genere de contera la habilitación de nuevos espacios operativos multiplicadores de renta —, son en la actualidad algunas de las mayores preocupaciones desde la prestación y provisión de servicios de salud. A esto se le suma las diferentes problemáticas ocasionadas cuando no se garantiza un retorno eficiente de futuros servicios o la falta de atención basada en la compasión.

Lo anterior, puede evidenciarse en que los esfuerzos corporativos resultarán insuficientes, convirtiéndose en uno de los factores claves de resultado para algunas organizaciones prestadoras de servicios de salud y, a su vez, para las Entidades Responsables del Pago que generalmente impelan la necesidad de contener costos, mitigar riesgos técnicos y primarios, pues desde la estructura de costos de producción, gastos logísticos y administrativos, la estrechez de los márgenes de utilidad, la fuerte presión de nuevos agentes económicos de competencia con valores agregados, músculo financiero y conocimiento aplicado, generan tensiones permanentes que afectan la condición financiera y que puede incidir en la relación médico - paciente.

Pero, entonces: ¿cómo influye la compasión por los pacientes? Un estudio de la Universidad de Virginia aplicado a 269 hospitales encontró un vínculo directo entre la compasión y la rentabilidad: los investigadores opinaron que los hospitales con una “cultura de compasión” (recompensaban a los empleados que luchaban con cuidado personal) tenían más probabilidades de recibir una calificación más alta por parte de los pacientes, y que estos recomendaran el centro de salud a más personas.

Pero, la encuesta de Deloitte también sugiere que “esta tendencia a tener un mejor desempeño inicialmente va más allá del aumento en el reembolso o el aumento del volumen. De hecho, cuando los investigadores observaron la correlación entre el desempeño financiero fundamental y una variedad de factores, encontraron que los incentivos de Medicare VBP representaron solo el siete por ciento de la asociación respecto de la experiencia del paciente y el sólido desempeño financiero”.

Y es que, sin margen, no hay misión, aunque se tenga la loable intención de muchos sistemas de salud de atender a los pacientes, en particular a las poblaciones más postergadas y desatendidas, y la importancia del dinero para lograrlo. La única manera de garantizar la operación y los servicios es que los ingresos superen los costos.

La “Compasionómica” será la revolucionaria evidencia científica en el cuidado de la salud que marcará la diferencia entre una institución proveedora de servicios de salud eficiente y sostenible.

En Colombia, los centros hospitalarios que tienen incorporada la humanización y compasión en el cuidado de la salud de las personas, son los que generalmente pueden negociar en mejores condiciones tarifarias, los pacientes los prefieren y a su vez su personal se siente más orgulloso de su pertenencia; es un círculo virtuoso que permite mejoras reales sustanciales en las estructuras económicas y financieras, ello permite contratar a los mejores profesionales y especialistas, realizar las mejores inversiones en equipos biomédicos, cumplir criterios de habilitación, acreditación y centros de excelencia médica.

Los estudios de Journal of Health Care Finance sugieren una tasa mucho mayor de errores médicos. Son inclusive más granulares en sus cálculos, como contabilizar la pérdida de productividad de aquellos que pierden la vida debido a errores médicos hasta por 10 años, en lugar de solo un año (dependiendo de expectativa de vida).

No se trata de las necesidades del médico, la enfermera o la organización: se trata de las necesidades del paciente. La atención centrada en el paciente no es un concepto vago. Los estudios han demostrado que el impacto de centrarse en el paciente en los resultados de calidad se puede medir de manera confiable. Es más, cuando a estos se les pide que quieran de los médicos, pierden más atención y conexión personal. Las estadísticas inclusive señalan una severa disminución del 57 % en cambios de medicamentos por paciente cuando la atención es centrada en este.

La “Compasionómica” será ciertamente más que una ciencia novedosa, un arte y un mandato estratégico si se quiere perdurar en el mercado de la salud, reducir costos, aumentar ingresos y márgenes de rentabilidad.

Experimentos demuestran inclusive con dos grupos diferentes de habitantes de calle que un trato diferencial puede hacer que el impacto económico resulte más efectivo cuando se trata a los pacientes con compasión, porque tal vez lo que se reclamaba era un cuidado especial, alguien que los hiciera sentir como seres humanos valiosos. “Simplemente, no hay razón, ni moral, ni científica, ya sea que esté considerando el arte o la ciencia de la compasión, para ignorar beneficios que confiere”.

Ante la crisis por una atención en salud con compasión -que más que un gasto es una inversión clave-, una cultura de la medicina de la compasión. Es necesario que los médicos se sientan orgullosos de su trabajo y correlativamente produzcan resultados de alta calidad para los pacientes. Es un asunto de maximización de la conexión humana, más que de un asunto de números, de atenciones, estadísticas y volúmenes. Lograr satisfacción en los servicios de salud, la mejora del estado de salud de las personas, la sostenibilidad financiera y el interés especial del paciente deberán ser los indicadores claves de resultados, los mismos que son posibles cuando se incorporan estrategias y enfoques integrales de una atención en salud compasiva.


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