MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 315 DICIEMBRE DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388

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Retos del sistema de salud colombiano en 2024 y panorama 2025

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Por: Yuly Andrea Atehortúa M.
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La salud en Colombia este año estuvo marcada por los efectos de una crisis que ya era evidente desde 2023 y que afectó a todos los actores del sistema. En la población aumentaron las problemáticas de salud mental, reflejadas en suicidios y feminicidios, así como el incremento de enfermedades crónicas, accidentes y muertes por siniestros viales.

Desde el aseguramiento, la crisis de la reforma a la salud, la intervención de las EPS, el desfinanciamiento, la dificultad para el acceso y distribución de medicamentos, y la problemática del talento humano generaron grandes desafíos.

Para Paul Rodríguez, economista de la salud, el gran reto de 2024 fue la incertidumbre como consecuencia del desfinanciamiento. A lo que se sumaron los debates y la espera de la aprobación de la reforma a la salud. Adicionalmente, en 2024 se reflejó el aumento del gasto de bolsillo en el sector, lo que genera un efecto más en el acceso a la salud.

“Este es el año de la privatización del gasto en salud. El sistema tenía niveles muy bajos de gasto de bolsillo y ahora la gente que tiene la posibilidad está pagando medicina prepagada y médicos particulares, con las consecuencias de inequidad y disparidad que van de la mano”. Y advierte que “mientras más barreras se presenten, inevitablemente en 2025 continuará la privatización”.

Desafíos financieros

Los retos financieros iniciaron con la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC), en la que distintos expertos y personas del gremio de la salud han argumentado que el cálculo no corresponde a la realidad, sostiene el Dr. Erwin Hernández, consultor de la Organización Panamericana de la Salud y especialista en Atención Primaria en Salud (APS).

“La insuficiencia de la UPC es coherente con la tendencia y perfil epidemiológico que tiene Colombia, donde enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y otras relacionadas con la obesidad se están presentando más en la población y tienen largos periodos de tratamiento porque estamos detectando más temprano. Adicionalmente, los avances en tecnología y nuevos tratamientos que llegan al país también terminan presentándose como una barrera debido al costo”.

A lo que agregó: “En muchos países del mundo está sucediendo lo mismo, y la decisión que se toma es aumentar el recaudo para poder incrementar el paquete de servicios o restringirlo debido a que los recursos del sistema son finitos. Es un desafío que se presentará a largo plazo en el sistema de salud porque estos recursos no se van a incrementar y, por ende, el perfil de la población tampoco va a cambiar”, argumenta Hernández.

Calidad de la atención y humanización del servicio

Con la intervención de las EPS por parte de la Supersalud, fundamentada en el gasto de los presupuestos máximos y el porcentaje de quejas y tutelas contra estas entidades, se esperaba, en teoría, generar efectos positivos en el sistema.

Sin embargo, el panorama a diciembre de 2024 evidenció que las barreras para acceder a servicios de consulta general y medicina especializada se han incrementado, así como el acceso a medicamentos. “También quedó demostrado que el piloto que se usó para el sistema de salud del magisterio fue peor; de ahí la no aprobación de la reforma en la Comisión Séptima”.

Esto impactó la calidad de la atención y la humanización porque las quejas se incrementaron: aumentando en un 36,8 %, y de las cuales el 91,77 % refieren barreras de acceso. Las mismas que han hecho que las personas regresen a filas interminables para acceder a medicamentos y consultas.

“Esto se ha podido evidenciar con los maestros y va en contra de la dignidad humana, porque representa no solo barreras externas sino también de tipo logístico y administrativo que pone el sistema para que la gente no consulte”, revela Hernández.

Salud mental y bienestar de la población

En 2024 se han visibilizado diversas problemáticas de salud mental, y algunas “se han agudizado”, sostiene la Dra. Yolanda Torres de Galvis, fundadora del Centro de Excelencia en Investigación en Salud Mental (CESISM). Esto se debe a factores como la pandemia, la inseguridad, el aumento de la violencia y el consumo de drogas. Estas situaciones se reflejan en la desesperanza, la falta de visión de futuro y los deseos de migrar al exterior de un gran sector de la población. La directora del Centro de Excelencia destaca el incremento del suicidio entre jóvenes en el país y en el contexto mundial. Señala que esta situación puede estar relacionada con el periodo en el que estuvieron confinados sin posibilidad de interacción. “Es necesario brindarles especial atención y, a los líderes jóvenes, darles el lugar que necesitan para que influyan positivamente en otros jóvenes”, enfatiza.

“Para las instituciones, el reto ha sido complejo por el desfinanciamiento del sistema, lo que dificulta el acceso. En un caso de salud mental, si una persona recibe atención inmediata, el problema no alcanza a agudizarse, pero sucede lo contrario si no la tiene”, explica la Dra. Torres.

Además de las barreras de acceso, la doctora sostiene que este año no se avanzó en las investigaciones necesarias en temas como el consumo de drogas, que condensa diversas patologías mentales. “Es fundamental contar con estadísticas claras y cifras que reflejen el problema, así como conocer cuál es la demanda de servicios en ciudades y zonas dispersas, donde el sistema de salud debe llegar con programas específicos”, concluye.

Panorama 2025

La posible aprobación de la reforma con su modelo de Atención Primaria en Salud es uno de los desafíos que enfrentará el país en 2025.

Para el Dr. Erwin Hernández, tres elementos son fundamentales para que un sistema funcione bajo la estrategia de cobertura universal: la disminución de barreras, la sostenibilidad financiera y la satisfacción de la población. “Estos tres indicadores están empeorando, lo que demuestra que el país no cumplirá con los elementos de acceso y cobertura, que indirectamente representan la APS. Aunque los territorios estén haciendo esfuerzos importantes, será complejo que esta estrategia se materialice”, advierte.

Por ello, considera necesario entender lo que implica la APS. Proyectada desde 2025 hacia los próximos 10 años, requerirá tanto equipos básicos y extramurales como redes integradas de servicios. Esto debe realizarse sin descuidar el componente hospitalario desde el primer hasta el tercer nivel, los servicios sociales y la orientación a la comunidad.

Además, será indispensable contar con más talento humano en salud mejor remunerado, lo que implica una mayor asignación de recursos. En Colombia, de los 130.000 médicos existentes, solo 30.000 son especialistas, mientras que los profesionales de enfermería suman 80.000. Sin embargo, se calcula que para la APS se necesitarían 500.000. “Para un país de 55 millones de habitantes, si no se cambia la estructura, se fortalece la medicina familiar y se da un mayor protagonismo a los profesionales de enfermería, que no están contemplados en la reforma, la situación no cambiará”, señala Hernández.



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