MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 319 ABRIL DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388
Los productos médicos de calidad deficiente y los medicamentos falsificados representan un grave peligro para la salud pública a nivel global. Los primeros incumplen los estándares de calidad debido a fallos en la fabricación o controles deficientes, mientras que los segundos son alterados intencionalmente en su identidad, composición o procedencia con el objetivo de engañar a los consumidores y generar ganancias ilícitas.
El uso de estos productos puede tener consecuencias fatales. Ingredientes incorrectos o dosis inadecuadas pueden hacer que los tratamientos sean ineficaces, mientras que la presencia de sustancias tóxicas o contaminantes eleva el riesgo de efectos adversos graves. Además, el consumo de medicamentos falsificados contribuye a la resistencia a los antimicrobianos, una crisis sanitaria en aumento que compromete la eficacia de los tratamientos médicos en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Tanto los productos médicos de calidad subestándar como los falsificados ponen en peligro la salud del paciente, lastran la eficacia de los sistemas de salud y erosionan la confianza en los proveedores de servicios asistenciales y de salud. Ocurre a veces que ciertos problemas de salud afectan más a unos países que a otros. Estos problemas pueden darse en lugares en que no toda la población tenga acceso a la atención de salud”.
Asimismo, expone: “En tal caso, puede ocurrir que las personas compren productos médicos en sitios donde no esté autorizada su venta. Incluso en los países ricos, el comercio mundial y el transporte de medicamentos entrañan riesgos importantes, ligados al modo en que se fabrican y distribuyen los medicamentos en todo el mundo. Para reducir estos riesgos se requiere una labor coordinada: gobiernos, profesionales de la salud y fabricantes deben colaborar para hacer cumplir las reglamentaciones y aleccionar al gran público sobre las medidas de seguridad pertinentes”.
En diciembre de 2024, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró que en los países de renta baja y media, al menos uno de cada diez medicamentos es de calidad subestándar o falsificado. “Este problema representa una amenaza significativa para la salud pública, ya que estos productos pueden ser ineficaces o incluso perjudiciales para los pacientes”.
La carga económica también es sustancial, pues las pérdidas anuales que causan estos productos por ineficacia del tratamiento (mayores costos de atención en salud y pérdidas de productividad) se cifran en miles de millones de dólares. Para los pacientes, las consecuencias son nefastas: el hecho de confiar en productos ineficaces o dañinos puede agravar una enfermedad, prolongar el sufrimiento y alimentar la resistencia a los fármacos, dificultando con ello el tratamiento de las enfermedades.
“El perfeccionamiento de las técnicas de falsificación empleadas, difícilmente detectables, y la insuficiente dotación de recursos con que cuentan los países para responder con eficacia hacen muy complicada la lucha contra el omnipresente problema de los productos médicos de calidad subestándar y falsificados, que lastra sensiblemente a los sistemas asistenciales, erosiona la confianza en la atención de salud e inflige pérdidas económicas tanto a los pacientes como a las industrias legítimas”, explica la OMS.
Según esa organización, 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso a medicamentos esenciales. Asimismo, la cantidad de oferta que actualmente se encuentra por canales considerados no autorizados hace que la problemática tenga más retos. Muestra de esto es el comercio electrónico, al que cualquiera puede tener acceso por medio de redes e internet.
Con relación a ello, la doctora Sandra Núñez, directora médica de Novo Nordisk Colombia, enfatizó la necesidad de que la formulación correcta de medicamentos sea realizada por especialistas de la salud. “La eficacia de los fármacos depende en gran medida de que un especialista de la salud haga la formulación correcta de acuerdo con el perfil del paciente para el que está indicado el medicamento”, afirmó Núñez.
El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) emitió una alerta sobre la circulación de un medicamento falsificado en Colombia. Se trata del producto OxyContin 80 mg (clorhidrato de oxicodona), lote 262174, que fue detectado en el mercado no regulado de Suiza.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que este medicamento falsificado contiene un opioide sintético, posiblemente nitaceno, en lugar de oxicodona. Este compuesto tiene una potencia mucho mayor que la oxicodona y representa un grave riesgo para la salud, con posibles efectos adversos que incluyen sobredosis y muerte.
De acuerdo con el Invima, el producto falsificado no tiene registro sanitario en Colombia, lo que lo convierte en un medicamento ilegal y peligroso para los consumidores. William Saza Londoño, coordinador de farmacovigilancia del Invima, subrayó que “el producto OxyContin 80 mg... se considera fraudulento y no ofrece garantías de calidad, seguridad y eficacia”.
Además, alertó sobre los riesgos adicionales que conlleva el consumo de estos productos adulterados, como la depresión respiratoria, hipotensión, coma y efectos cardíacos graves, especialmente cuando se mezclan con otras sustancias como alcohol o benzodiacepinas. El Invima hace un llamado a la ciudadanía a verificar siempre el número de registro sanitario de los medicamentos antes de utilizarlos, para evitar los peligros asociados a la comercialización de productos fraudulentos.
Cabe recordar que, en octubre de 2024, el Invima emitió una alerta sanitaria por la falsificación de un medicamento para los síntomas de la gripe de la marca Dolex. Se trataba, en concreto, de las tabletas que están marcadas como parte del lote 4U6K con fecha de vencimiento “03/2026”.
Un mes antes de esta alerta, el instituto advirtió a los consumidores sobre la circulación de un lote fraudulento del medicamento Enterogermina 2.000 millones / 5 ml en suspensión, un producto ampliamente utilizado en farmacias a nivel nacional. El Invima informó que la falsificación fue reportada por Opella Healthcare Colombia, la empresa responsable del registro sanitario del producto.
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