MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 319 ABRIL DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388
La fiebre amarilla continúa siendo una enfermedad infecciosa de alto impacto en la salud pública de más de 43 países ubicados en las zonas tropicales de África, América Central y América del Sur. Aunque se trata de una arbovirosis que puede prevenirse mediante vacunación, su persistencia revela fallas en la cobertura y en las estrategias de control en territorios vulnerables.
Causada por un virus del género Flavivirus, esta patología se transmite a los humanos y a primates no humanos por la picadura de mosquitos infectados. En el ciclo selvático predominan los géneros Haemagogus y Sabethes, mientras que en zonas urbanas el principal vector es el Aedes aegypti, el mismo implicado en la propagación del dengue y el zika.
Los síntomas aparecen entre tres y seis días después de la picadura y se manifiestan inicialmente con fiebre, dolores musculares, náuseas y vómitos que suelen desaparecer en pocos días. Sin embargo, alrededor del 15 % de los casos evoluciona hacia formas graves de la enfermedad, caracterizadas por ictericia, hemorragias internas y daño renal. En estos casos, la letalidad puede alcanzar hasta el 60 %.
En África, el virus circula con mayor intensidad al final de la temporada de lluvias y al inicio de la estación seca. En cambio, en América del Sur, el riesgo aumenta durante los meses de lluvias —entre enero y mayo— en zonas selváticas. Por esta razón, expertos insisten en la necesidad de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, especialmente en regiones endémicas.
Entre los factores de riesgo se destacan el ingreso de personas no vacunadas a áreas infestadas por vectores —ya sea por migración, turismo o actividades laborales, tanto formales como informales—, así como el desplazamiento forzado por conflictos armados. A ello se suman las dificultades de acceso a la vacunación en comunidades rurales y selváticas, la intensificación de las lluvias y el impacto del cambio climático en los ecosistemas, que favorecen la proliferación de los mosquitos transmisores.
Pese a este panorama, la vacunación sigue siendo la principal herramienta para prevenir la fiebre amarilla. La vacuna, segura y eficaz, es clave para frenar la expansión del virus y proteger tanto a las poblaciones locales como a los viajeros que se desplazan por estas regiones.
Según el reporte del Instituto Nacional de Salud (INS), se presentaron 23 casos de fiebre amarilla en Colombia durante 2024, con 13 muertes, lo que representa una letalidad del 56,52 %. Los casos se presentaron en seis departamentos, siendo Tolima el más afectado con 13 casos, seguido de Putumayo, Caquetá, Nariño, Huila y Vaupés. La mayoría de los pacientes no contaban con vacunación previa y estuvieron expuestos en zonas selváticas durante actividades laborales. En Tolima, el brote se concentró en municipios cercanos al Parque Bosque de Galilea. Para inicios de 2025, se confirmaron cuatro nuevos casos en la región, y se mantienen activas medidas de control.
Durante el 2024, la incidencia general de fiebre amarilla en Colombia fue de 0,18 casos por cada 100.000 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Salud (INS). Con corte a la semana epidemiológica 04 de 2025, esta cifra se redujo a 0,03 casos por cada 100.000 habitantes.
En 2025 hasta la fecha, se han confirmado 37 casos de los cuales 17 fallecieron. Las personas afectadas tienen edades entre 11 y 89 años.
El Tolima es el departamento con mayor afectación en 2025, al concentrar 34 de los casos, seguido por Caquetá, Putumayo y Caldas, con un caso cada uno. En ese marco, fue emitida la Circular 012 del 3 de abril de 2025, que establece cinco líneas estratégicas: gestión integral de la contingencia, intensificación de la vigilancia en salud pública, prevención y control, atención integral de casos y comunicación del riesgo.
El ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, reiteró la importancia de la vacunación como principal medida de protección: “La fiebre amarilla es una enfermedad grave, pero prevenible con una sola dosis de la vacuna, que es gratuita, segura y eficaz. Desde el Ministerio de Salud y Protección Social seguimos trabajando sin descanso para contener el brote y proteger a la población, especialmente en las zonas de mayor riesgo. La fiebre amarilla mata, vacunarse salva vidas, por eso invitamos a todos los ciudadanos a vacunarse, especialmente a los niños, y a tomar medidas de prevención”.
El Instituto Nacional de Salud, por su parte, fortalece la vigilancia comunitaria mediante la Red de Vigilancia Basada en Comunidad (REVCOM), formando vigías que identifican casos sospechosos y promueven la inmunización, “estos vigías, que en Tolima ya hay 156, identifican casos sospechosos y promueven la vacunación”, indicó Diana Marcela Pava, directora del INS.
Durante 2025, se han aplicado más de 17.500 dosis de vacuna en municipios priorizados del Tolima, ampliando la cobertura para incluir a niños desde los nueve meses y adultos mayores de 60 años. La estrategia busca alcanzar coberturas de vacunación del 95 % en las zonas de riesgo y mantener las acciones hasta que no se presenten nuevos casos.
Dado que se aproxima Semana Santa, periodo de alta movilidad hacia regiones afectadas, el Ministerio reiteró su recomendación de vacunarse al menos diez días antes de viajar, y destacó la necesidad de articular esfuerzos con los sectores ambiental, turístico y de transporte. Las zonas de transmisión se sitúan entre los 0 y 1.500 metros sobre el nivel del mar, aunque el cambio climático podría ampliar el riesgo hasta los 1.800 metros, especialmente en zonas cálidas y húmedas con alta deforestación.
El Ministerio enfatiza que: “La picadura del mosquito puede ser mortal, pero una sola dosis de la vacuna nos protege de por vida”. Por ello, recomienda vacunarse si se reside o se planea viajar a zonas de riesgo, y usar repelente, mosquiteros y ropa de manga larga para evitar las picaduras.
En cuanto a los síntomas, el médico infectólogo Jorge Alberto Cortés, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), destacó que la fiebre amarilla puede confundirse con los de otras enfermedades endémicas como dengue, malaria o rickettsiosis, lo que complica su identificación. “Es fundamental capacitar a los profesionales de la salud, especialmente en los Centros de Atención Primaria, para identificar a tiempo esta patología y evitar que los pacientes mueran sin un diagnóstico adecuado”, subrayó. La situación también plantea un riesgo de expansión hacia otras zonas del país. “Los colonos que trabajan en las selvas y regresan a zonas rurales o urbanas pueden convertirse en vectores humanos de la enfermedad, facilitando su expansión”, alertó el infectólogo.
El Ministerio de Salud de Colombia emitió un llamado urgente a la población para vacunarse contra la fiebre amarilla. “Los niños, niñas y adultos mayores son los más vulnerables, por lo que se amplió la cobertura de vacunación desde los nueve meses de edad hasta mayores de 60 años. Se han aplicado más de 54.000 dosis en municipios priorizados, especialmente en Tolima, el departamento más afectado. La vacuna es gratuita, segura y brinda protección de por vida, y se recomienda aplicarla al menos 10 días antes de viajar a zonas de riesgo, como las que presentan clima cálido y alta humedad”.
En este contexto, el Ministerio reiteró que en situaciones de emergencia sanitaria prima el derecho a la vida y a la salud de los menores, por encima de cualquier otra consideración. Por ello, recordó que los niños y niñas, de acuerdo con su madurez, tienen derecho a decidir sobre su salud, y que impedir su vacunación puede constituir una vulneración grave de sus derechos, que será reportada ante el ICBF.
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