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Tómate
el pulso es la campaña que lidera Centros Especializados
de San Vicente Fundación, para que todas las personas
conozcan cómo está funcionando su corazón
desde el punto de vista del ritmo cardíaco, y de esta
manera puedan prevenir o consultar oportunamente por arritmias
(enfermedades del ritmo cardíaco), y así evitar
complicaciones mayores que pongan en riesgo su vida. |
Figura 1. Electrocardiograma de
una arritmia ventricular en donde se observa como el ritmo
sinusal regular (los 3 primeros latidos), degenera en un ritmo
irregular (taquicardia ventricular).
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Si las personas dedican
15 segundos dos veces por semana a tomarse el pulso y aprenden
a reconocer cuándo está normal, el día
que el pulso se altere ya saben que tienen que consultar para
hacer un diagnóstico precoz de la arritmia, mejorar su
pronóstico e instaurar el tratamiento de forma temprana
para evitar que la enfermedad progrese y deteriore su corazón
o incluso amenace su vida.
El cardiólogo William Uribe, director del servicio de
Electrofisiología, Arritmias y Marcapasos de Centros
Especializados de San Vicente Fundación, explica que
tomarse el pulso permite reconocer cuando se sufre de una arritmia
(Figura 1), enfermedad del sistema eléctrico del corazón
caracterizada por un trastorno del ritmo cardíaco: cuando
la irregularidad de ese ritmo es muy rápida se llama
taquicardia o taqui-arritmia, y cuando es muy lenta se llama
bradicardia o bradi-arritmia. El ritmo cardíaco es regular
y cuando se produce una arritmia, ésta puede detectarse
entonces a través del pulso. De ahí la importancia
de aprender a tomarse el pulso y hacerlo al menos dos veces
por semana. |
Figura 2. Vista del corazón
por dentro, para mostrar los catéteres de electrofisiología
dentro de la aurícula derecha y el catéter de
ablación para realizar la aplicación de radiofrecuencia
con el objetivo de curar la arritmia. |
El doctor Uribe indica que las
arritmias pueden presentarse en cualquier edad, desde la niñez
hasta la vejez, y en cualquier sexo, aunque algunas son más
frecuentes en hombres y otras pueden ser mas frecuentes en mujeres.
Estas arritmias no son todas dependientes de infarto o de otras
enfermedades del corazón, de hipertensión, de
diabetes o de factores de riesgo cardiovasculares, así
algunas tengan mucho que ver con ello: muchas otras arritmias
se producen por el envejecimiento normal, por razón genética
o son idiopáticas (de presentación, espontánea
o causa desconocida).
En pacientes que sufren de hipertensión, enfermedad coronaria
(infarto), colesterol alto o diabetes, con un buen control se
puede prevenir que la arritmia sea secundaria a esa enfermedad.
Cuando las arritmias son genéticas o idiopáticas,
son tratables en su mayoría si el paciente consulta a
tiempo: si se consulta demasiado tarde, la arritmia ya puede
haber dañado el corazón y el tratamiento es mucho
más difícil y riesgoso.
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Estudio,
mapeo y ablación de arritmias
El doctor Uribe explica que las arritmias pueden tratarse
de dos formas: Una, con medicamentos para el resto de
la vida; y hoy día tenemos en nuestro medio la segunda
alternativa mediante una tecnología muy sofisticada,
que consiste en el estudio, mapeo y ablación (Figura
2); a través de una punción en las venas de la
ingle se introducen unos catéteres que llegan al corazón,
a través de esos catéteres se obtiene toda la
información eléctrica del corazón y anatómica
(mapeo tridimensional), para buscar el origen de la arritmia
(Figura 3). Como las arritmias son una especie de micro-cortocircuito
o de varios micro-cortocircuitos en el sistema eléctrico
cardíaco, con esos catéteres especiales se aplica
una energía especial que se llama radiofrecuencia, o
un enfriamiento especial que se llama crío-ablación,
y se produce una cauterización, una cicatrización
del cortocircuito, algo así como 'soldar' el corto-circuito
o los micro-cortocircuitos. |
Figura 3. Mapeo tridimensional que
muestra en la figura izquierda un mapeo de activación
en colores de la aurícula derecha y en la figura derecha
un mapeo de propagación de la arritmia en la aurícula
derecha.
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Señala el electrofisiólogo
que con este procedimiento el paciente queda curado, con una
posibilidad de éxito mucho mayor al 85%, mínima
posibilidad de recurrencias (menor al 3%), una tasa de complicaciones
menor al 1% en términos generales y riesgo de mortalidad
muy bajo.
Las arritmias pueden ser mortales si
no son tratadas a tiempo
El doctor Uribe es enfático al advertir que las
arritmias sí pueden llegar a ser mortales si no son tratadas
oportunamente: Si bien algunas arritmias no requieren
del procedimiento de ablación, sí pueden requerir
de dispositivos de estimulación eléctrica cardíaca,
algunas de marcapasos y otras de algo mucho más sofisticado
como los cardio-desfibriladores; los cardio-desfibriladores
tienen un marcapasos en sí, pero además le ofrecen
al paciente que si le da una taquicardia que amenace su vida,
ellos son capaces de cardiovertir, de convertir esa taquicardia
nuevamente al ritmo normal de corazón, al ritmo sinusal,
y el paciente se salva de morir por esa arritmia.
Además, aunque algunos episodios de arritmia no le causan
la muerte al paciente, sí pueden producirle un desmayo,
un síncope (pérdida del conocimiento o muerte
súbita), y sufrir una lesión en la cabeza, un
trauma encéfalo-craneano o incluso morirse si no es reanimado
oportunamente (en los casos de muerte súbita), advierte
el doctor Uribe. Y algunas otras arritmias favorecen la formación
de coágulos dentro del corazón, como la fibrilación
auricular, señala el especialista: Si una arritmia
favorece la formación de coágulos dentro del corazón
y uno de esos coágulos sale del corazón, usualmente
va al cerebro y ocasiona un daño terrible, lo que se
conoce como enfermedad cerebro-vascular, trombosis o infarto
cerebral, lo cual es bastante grave e incapacitante.
Por ello para evitar todas estas complicaciones, la medida de
prevención más simple, sencilla y sin costo, es
que toda persona aprenda a tomarse el pulso dos veces por semana:
esa es la propuesta de Centros Especializados de San Vicente
Fundación para salvar su vida . |
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