MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 241 OCTUBRE DEL AÑO 2018 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com
M uchas han sido las expectativas ante los anuncios del Ministro de Salud Juan Pablo Uribe Restrepo de “devolverle la salud al sector salud”. Ahora bien, ¿cómo devolverle esa salud? En evento realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia y organizado por la Mesa Antioquia por la transformación del sistema de salud, el ministro mostró la estrategia.
Así como para el ministro Uribe la inequidad puede ser el mayor determinante de los problemas de salud de nuestra población, dos temas olvidados en las discusiones de los últimos años como son la formalización del trabajo y el cumplimiento de las obligaciones como ciudadanos, son los determinantes, bajo el modelo actual, para lograr la sostenibilidad del sistema.
Estos tres objetivos centrales serían: el mejoramiento del nivel de bienestar y del estado de salud de la población. En segundo lugar está dar una respuesta segura, digna, efectiva a las necesidades de los ciudadanos, para que la experiencia dentro del sistema de salud corresponda con las expectativas, los derechos, la condición humana, y donde las personas sean tratadas con respeto permanentemente. La tercera meta se resume en lograr las dos anteriores pero con sostenibilidad financiera, eficiencia, y mejores costos per cápita.
La estrategia del ministerio estaría basada en cinco ejes temáticos, que si bien en un principio podrían verse como algo teóricos, si muestran una perspectiva diferente en el manejo de la salud frente a los últimos años.
El primero de los ejes, consiste en volver a poner sobre la agenda una discusión colectiva sobre la visión de largo plazo del sector. “Hay que tener espacios para hacer una pausa y discutir como país a donde queremos llevar la salud de Colombia en 50 años, y una de las mayores preocupaciones es que la coyuntura nos ha hecho perder la perspectiva del largo plazo, las acciones particulares cortoplacistas han distorsionado la ruta por la que vamos a transitar en el futuro, y si se pregunta a los líderes sobre esa visión habría más temores por las distorsiones del corto plazo, y la mayoría de ellas por la incapacidad de darle sentido al sector y el oportunismo de muchas decisiones particulares. De ahí que haya que volver a discutir la visión de largo plazo de la salud de los colombianos”.
El segundo de los ejes anunciados es trabajar en calidad, y es acá precisamente donde el Ministro Uribe señala querer devolverle “salud a la salud”, con un giro significativo frente a lo que durante décadas se ha entendido como: ”calidad en el sistema de salud” y que generalmente remite a una serie de normas de habilitación para las IPS, apropiadas o no, pero que siempre han creado sobrecostos y talanqueras. En la nueva visión el Ministro Juan Pablo Uribe ha mostrado una orientación diametralmente diferente:
Una de las primeras acciones anunciadas (para antes de finalizar 2018) es renovar las normas de habilitación de las IPS: “la habilitación hay que cambiarla y lo vamos a hacer para que deje de ser un obstáculo para prestar servicios ambulatorios en zonas rurales, que deje de generar arbitrariedades y sobrecostos en la alta complejidad, para que no nos detengan mamógrafos por unas condiciones técnicas espurias que no sirven para dar calidad asistencial, mientras las mujeres mueren por cáncer de seno. Queremos una habilitación simplificada que garantice al ciudadano lo que hay que garantizarle pero sin que sea un obstáculo”.
En cuanto al proceso de acreditación el ministro sostuvo: “hay que trabajar para buscar estándares superiores de calidad, y también coger a las EPS que cumplen sus funciones, y volver explícitos los indicadores que les permiten prestar un servicio superior, mirar que es lo que hace a unas mejores que otras, cuáles son esos indicadores de gestión de riesgo poblacional que utilizan en la función de agencia del ciudadano, o para la compra de servicios eficientes y de calidad, y esos indicadores deben ser públicos para que las personas los vean, entiendan y con su libre elección los fortalezca”.
También bajo la mirada de la calidad, el ministro Juan Pablo Uribe analizó el estado de los hospitales públicos: “en el 70 por ciento de los municipios el hospital público esta postrado y además es el único prestador que tienen los ciudadanos, y no obstante su condición no corresponde a lo que debería de ser. Dos cosas les han pasado a los hospitales públicos, la politiquería, corrupción, y clientelismo, y por otro lado una marginación de la UPC por parte de los particulares, y cuando se combinan estas dos condiciones se tiene un círculo vicioso que vuelve insostenible la actividad del hospital público que Colombia necesita”.
Y agregó: “No es fácil la solución, pero no hay una distinta a la de defender la figura del hospital público y garantizar que en la localidad trabajemos sobre modelos integrados de atención en salud propios para cada localidad y que reconocen la cultura, la infraestructura y la expectativa de la población; que no se tomen ciudadanos del norte del valle y los manden a Medellín, que se piensen las Rutas Integradas de Atención en una función de apropiación local y con participación del hospital público, si se mantiene una escisión y no blindamos al hospital público, no sé dónde vamos a estar en cinco o diez años”.
En los casos que han sido definidos por el ministro como el tercer y cuarto eje, también se observan posturas novedosas. La salud pública debe ser el centro del pensamiento del ministerio “todos los días” y es aún más contundente cuando Afirma: “esa es su razón de ser, queremos trabajar sobre los determinantes de la salud, sobre enfermedades crónicas, vectores, malaria, salud mental, accidentalidad vial, y un tema sobreviniente en salud pública y es la crisis con los migrantes venezolanos”.
La otra novedad se encuentra en el reconocimiento de la importancia del talento humano en salud: “es fundamental que no se nos olvide que el sector salud no es un sector financiero ni bancario, y quienes los prestan son personas, enfermeras, auxiliares, médicos, técnicos, sicólogos, trabajadores sociales, bacteriólogos, y es muy importante volver a mirar hacia ellos para su capacitación, desarrollo, reconocimiento, mejoramiento, y en temas particulares como las especialidades y subespecialidades, pero también con la medicina general y los médicos familiares. El reto inmenso es volver a mirar a la enfermería en Colombia y plantearnos como fortalecer la profesión que más influye en la experiencia del servicio de salud y en gran medida en el resultado”.
El quinto eje será la sostenibilidad financiera, pero como preocupación administrativa, las palabras del ministro Uribe parecen colocarla en una dimensión más ajustada a su papel de herramienta y no de eje central de un sistema de salud: ”es necesario hacer cumplir las normas y decantar el pobre desempeño que hay en el sector; en el sistema se tienen instituciones que a pesar de las dificultades tienen fortalezas y buenos servicios y otras que solo hablan de plata y no generan buenos resultados, eso hay que decantarlo. El problema de pasivos, con cifras increíbles, debe solucionarse con un acuerdo de punto final donde no sea la cifra que cada uno cree la que prime, y en torno a esa cifra estructurar un mecanismo que permita darle liquidez al sector, y aunque no sea perfecta, tendremos que avanzar porque la situación financiera de muchos hospitales y clínicas, de muchas EPS, y de muchos proveedores, está comprometiendo su capacidad de prestar servicios oportunos, con calidad y seguros”.
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