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De la ciencia a la ficción, producciones que confunden el proceso de donación

Por: Andrea Ochoa Restrepo
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Existen producciones audiovisuales que pueden confundir a las audiencias en cuanto a la realidad del proceso de donación de órganos y tejidos en Colombia, generando rumores, inquietudes y mitos al respecto. Es importante resaltar que la mayoría de los contenidos audiovisuales disponibles son ficción, y por lo tanto, no reflejan la verdadera historia de quienes necesitan un trasplante o tienen un acto solidario con su donación.

En Colombia está prohibido y penalizado el tráfico y venta de órganos del cuerpo humano (Ley 919 de 22 de diciembre del 2004), y está reglamentada la donación (Ley 73 de diciembre 20 de 1998), pero no la permuta, ni la venta de órganos o tejidos. De acuerdo con indagaciones, ni Medicina Legal ni las autoridades tienen denuncias de este tipo en el país.

Sin embargo, un informe de la INTERPOL, sobre la trata de personas para la extracción de sus órganos, señala que esta actividad, obviamente ilícita, existe en gran medida debido a la escasez mundial de órganos para efectuar trasplantes de forma ética. Según el organismo de investigación, el tema “es especialmente grave en África septentrional y occidental, donde las poblaciones desfavorecidas y desplazadas son presa fácil de la explotación”.

En el país, la Asociación Colombiana de Pacientes Trasplantados, aseguró que “ningún banco de tejidos o entidad prestadora de servicios de salud puede entregar ningún tipo de remuneración por la donación de componentes anatómicos”.

Y según la Academia Nacional de Medicina de Colombia, “la donación es una decisión personal que debe ser respetada al momento del fallecimiento. En Colombia la Ley 1805 de 2016, convierte a todos los colombianos en donantes de órganos y tejidos a no ser que en vida manifiesten lo contrario”.

Por cada donante se pueden beneficiar hasta 55 personas. Las córneas, los huesos, los cartílagos, el corazón, los pulmones y el páncreas son algunos de los órganos y tejidos que se pueden donar. Sin embargo, todavía muchas personas se abstienen de hacerlo y por ello es muy importante la educación y conversar el tema en familia para que al momento de fallecer se conozcan los deseos que se tenían en vida y sea más fácil tomar decisiones.

De acuerdo con el Observatorio de Salud del Ministerio de Salud y Protección Social, “Bogotá es una de las ciudades con la lista de espera más grande del país”. Actualmente hay más de 2 000 personas esperando una donación de órganos y tejidos.

Ahora bien, diferentes producciones audiovisuales sobre tráfico de órganos han abierto el debate con relación a su tráfico y trasplante. La Asociación Colombiana de Trasplantes de Órganos, en un comunicado oficial, señaló que le preocupa que el contenido de estas producciones televisivas “llegue a impactar negativamente la cultura de la donación, afectando a miles de pacientes que en la actualidad se encuentran en lista de espera”.

En general, la falta de contexto sobre el tráfico de órganos surge del desconocimiento sobre lo que es en realidad un trasplante de órganos y las implicaciones que se tienen a la hora de realizarlo. La lista de espera en Colombia para el trasplante de órganos roza los 3 000 pacientes, sin embargo las instituciones de salud se enfrentan a familias que desconocen la realidad del proceso de donación de órganos o creen en mitos, con lo que se disminuye la posibilidad efectiva para miles de personas.

Gilberto Andrés Mejía, líder médico de la unidad de trasplantes de la cardio Infantil - LaCardio, afirma que “algunas de las razones que limitan la donación son los mitos y la desinformación”.

El robo y tráfico poseen características diferentes. El tráfico de órganos no se refiere a la existencia de poderosas mafias que exportan riñones, ojos y demás a países distantes, sino a aspectos tales como el lograr que un paciente que está en la lista de espera pueda adelantar lugares y reciba antes que otros un trasplante. Esto desincentiva a la gente y por lo tanto, disminuye la donación de órganos.

Hay que aclarar que, para la extracción de un órgano o tejido humano con la finalidad de utilizarlo, es necesaria la utilización de todo un sistema médico sofisticado, que incluye personal, instalaciones, insumos y tecnología especializada, para que su preservación sea aceptable por parte del receptor. Tanto donante como receptor deben coincidir en una serie de características a nivel fisiológico y genético, y se debe buscar que las buenas condiciones de salud de ambos sean las adecuadas.

A excepción de un trasplante con donante vivo, que en Colombia solo aplica para hígado y riñón en primer nivel de consanguinidad, la primera condición para ser donante de órganos es que la persona debe tener muerte encefálica, en otras palabras, el cerebro debió dejar de funcionar, por un trauma o un accidente donde la persona no pierda sus signos vitales, de manera que los órganos puedan continuar funcionando con apoyo de ventilación mecánica hasta el momento de la extracción. Esto, entre otras cosas, hace que el escenario sea verdaderamente complejo.

“La causa del deceso no puede ser otra: ni un paro cardiorrespiratorio, ni un balazo, ni una herida por arma blanca, eso hace que los órganos no sirvan para una donación”, afirmó a El Colombiano, Cristián Mauricio Álvarez Botero, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, y director del Laboratorio de Inmunología de Trasplantes. Y agregó: “No puede haber derramamiento de sangre ni traumatismo múltiple. Una de las condiciones para trasplantar es que los órganos no hayan quedado privados de oxígeno”.

Algunos mitos

Frases como: “El donante queda desfigurado”, “existe tráfico de órganos”, “los donantes tienen que tener una edad. Entre 18 -55 años”, “las religiones no aceptan la donación de órganos y tejidos”, “en caso de accidente no van a procurar salvarme”, “solo se puede donar para familiares”, “me cobran por estos procesos”, “si se trata de millonarios, actores o políticos influyentes ellos están primero”, “si se tienen enfermedades de base no se puede ser donante”, aluden todas a mitos y desinformación frente al proceso de donación de órganos.

De acá la necesidad de conocer sobre las realidades existentes en el proceso de donación. Según el doctor Mejía, “Hay muchas variables por las que estas historias no tienen ningún tipo de soporte médico. Hay que saber el grupo sanguíneo de la persona, el peso, y realizar exámenes especiales para evitar el rechazo en el receptor”.

Vale resaltar que en el caso de los trasplantes a personas extranjeras se ha afirmado que “Para que un extranjero pueda recibir un trasplante debe vivir en Colombia y tener cédula de extranjería superior a dos años”. Al ser la lista de espera tan amplia y que les urge el trasplante de manera inmediata, se restringen las posibilidades de los extranjeros, pues estos no contarían con el tiempo necesario para hacer parte de una lista de espera en nuestro país.

“Las listas de espera se organizan teniendo en cuenta la mejor compatibilidad que se tenga entre el donante, el paciente y la urgencia con la que se necesita realizar el procedimiento”, agrega Mejía. Adicionalmente, todas las instituciones que realizan los procedimientos son auditadas de manera constante por el Instituto Nacional de Salud (INS).

Para Claudia Franco, Médica- coordinadora de la Unidad de Trasplantes del Hospital San Vicente Fundación de Medellín, “en cuanto al mito de la desfiguración después de donar órganos y tejidos tenemos: cuando se extraen órganos se hace una incisión en tórax y abdomen y al terminar la extracción se sutura de forma tal que el cuerpo quede cerrado, lo único que se verá será una herida suturada y por lo tanto no se verá desfigurado. En caso de requerir certificados por medicina legal se realiza la misma incisión y sobre esta se realizará la necropsia, es decir, no se harán nuevas incisiones en tórax y abdomen y así valoran los órganos que no se extrajeron. Si se rescatan tejidos, se reemplazan por prótesis. Cuando se extraen huesos tanto de miembros superiores e inferiores se pondrán prótesis maderables o fungibles (que se descomponen con el cuerpo) con el fin de formar nuevamente las extremidades, respetando las formas y la longitud de estas, incluso en el caso de los brazos cuando se extraen se ponen prótesis que permitan que los brazos se puedan cruzar sobre el pecho”.

En cuanto al tráfico de órganos, la especialista afirma que: “es claro con los estudios que se han hecho con medicina legal y fiscalía que no han llegado cuerpos con órganos y tejidos faltantes que no cuenten con documentación sobre el lugar donde se encuentran. Esto se llama trazabilidad, es decir cuando se extrae cualquier componente anatómico se diligencian registros que contienen los datos del donante y de las personas e instituciones a donde llegaron dichos órganos y tejidos. Es un requisito nacional y es una exigencia tanto de las Secretarías de Salud, Ministerio de Protección Social, así como de las autoridades. Además, los procedimientos de extracción se realizan en lugares con toda la asepsia (limpieza absoluta libre de contaminantes y bacterias), se utilizan líquidos de preservación de órganos que sólo son comercializados con hospitales acreditados en trasplante”.

Asimismo, enfatizó que no existen bancos de órganos, debido a que los órganos tienen unas horas de vida fuera del cuerpo, corazón - pulmón (4 horas), hígado, páncreas, intestino (6 horas), riñones máximo 12 horas. Las personas a las cuales se les trasplantan los órganos deben ser compatibles no solo en cuanto a grupo sanguíneo, sino también según la histocompatibilidad, es decir, según la genética de cada persona. El tráfico de órganos en Colombia está penalizado con cárcel y suspensión de la tarjeta profesional.

Finalmente, en cuanto a la priorización o influencias para ir primero en la lista de donación, Franco puntualizó: “Aquí no hay diferencias en cuanto a estrato o profesión. Para nosotros como hospital tiene la misma valía el presidente, actor, persona influyente, millonario que un paciente de estrato 0, desplazado, y pobre. Prima la vida por encima del dinero y no hay influencias”.


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