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La transparencia y la ética: la vacuna para la sostenibilidad

Por: Andrea Ochoa Restrepo
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El sistema de salud colombiano se encuentra en un punto crítico. La crisis actual, caracterizada por el desabastecimiento de medicamentos, la inestabilidad financiera de las Instituciones Prestadoras de Servicios y la insatisfacción generalizada de los usuarios, ha generado un profundo debate sobre el futuro de este sector fundamental para el bienestar de la población.

En medio de este panorama desalentador, surge la pregunta: ¿existe una “vacuna” para salvar al sistema de salud colombiano? La respuesta no es simple y requiere un enfoque integral que aborde las múltiples variables que han contribuido a la crisis actual. Sin embargo, la transparencia, la ética y la lucha contra la corrupción son elementos esenciales para cualquier solución efectiva.

La crisis financiera en el sector es evidente, con factores como el mal cálculo de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) contribuyendo al déficit. Augusto Galán Sarmiento, exministro de Salud, señala que la reforma fallida no abordaba las necesidades reales de los usuarios ni contaba con la participación ciudadana necesaria.

El sistema de salud enfrenta un enorme déficit fiscal, estimado en 9.6 billones de pesos por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), siendo descrito como la crisis financiera más profunda en décadas. Factores como el aumento en la demanda de servicios de salud, la deuda estatal acumulada y la presión tecnológica agravan la situación.

La propuesta de reforma no reconoció adecuadamente la gestión de riesgos ni aprovechó la experiencia de las EPS, según expertos como Luis Jorge Hernández. Así mismo, María Luisa Latorre enfatiza que los recursos del sistema siempre son insuficientes debido a la amplia gama de servicios que ofrece.

Es necesario replantear aspectos fundamentales del sistema, como la distribución geográfica del talento humano en salud y la gobernanza del sistema, sugieren expertos de la Pontificia Universidad Javeriana y Seguros SURA Colombia. Además, se destaca la importancia de un enfoque regional en las políticas de salud y la regulación de las EPS.

El diálogo entre todos los actores del sector se presenta como una solución urgente para subsanar las deficiencias del sistema actual. Movimientos como el Pacto por un Mejor Sistema de Salud abogan por tener en cuenta las perspectivas de usuarios, académicos y todos los agentes involucrados en la toma de decisiones.

La incertidumbre y la desconfianza prevalecen en el sector de la salud colombiano, según lo expresado por el doctor Carlos Castro, asesor científico en la Liga Colombiana Contra el Cáncer. En medio de la situación actual, Castro señaló que “hay una gran inestabilidad, que también afecta el ejercicio de la medicina porque, obviamente, si uno no tiene una estabilidad económica, pues todo se termina complicando”.

Al abordar las medidas propuestas por el Gobierno para mejorar las condiciones de vida de los profesionales de la salud, Castro cuestionó la implementación y expresó su preocupación por lo que percibe como una improvisación gubernamental. Sobre la tercerización laboral en algunos hospitales, señaló que “hay cosas por mejorar, pero para mejorar no hay que acabar con lo que hay”.

En cuanto a la remuneración de los médicos, Castro enfatizó la necesidad de un consenso con las sociedades científicas para determinar una compensación justa, considerando las diferencias regionales y el costo de la formación médica.

Por otro lado, la doctora María Fernanda Atuesta Mondragón, presidenta de la Federación Odontológica Colombiana, expresó su preocupación sobre la posible intervención de EPS como Sanitas y Nueva EPS, advirtiendo sobre el impacto que podría tener en el empleo de los profesionales de la salud y, por ende, en la atención al paciente.

Atuesta también abordó el debate sobre la tercerización laboral en el sector de la salud, destacando la importancia de definir condiciones laborales adecuadas para los trabajadores y garantizar el reconocimiento adecuado de su actividad.

La corrupción: un cáncer que mina la confianza

La sombra de la corrupción ha permeado durante años el sistema de salud colombiano, erosionando la confianza de los usuarios y obstaculizando la prestación de servicios de calidad. Según Transparencia por Colombia, entre 2016 y 2020 se registraron 67 hechos de corrupción relacionados directamente con el sector, con un costo estimado de $1.63 billones. Estas prácticas corruptas, que van desde la celebración de contratos sin el cumplimiento de requisitos legales hasta el suministro irregular de medicamentos, no solo afectan la eficiencia y la calidad del sistema, sino que también ponen en riesgo la vida y el bienestar de los pacientes.

Ética: el norte que guía la acción

En el contexto actual del sistema de salud colombiano, varios estudios resaltan la importancia de la ética como un principio rector que guía las acciones de todos los involucrados. Desde los profesionales de la salud hasta las entidades gubernamentales y las Instituciones Prestadoras de Servicios, se reconoce la necesidad de priorizar el bienestar de los pacientes por encima de cualquier otro interés.

Los profesionales de la salud, al ser el primer contacto con los pacientes, tienen la responsabilidad de mantener un compromiso ético fundamental para preservar la confianza y la integridad del sistema de salud.

Asimismo, se espera que las entidades gubernamentales y las Instituciones Prestadoras de Servicios actúen con transparencia y eficiencia, garantizando la calidad de los servicios ofrecidos y respetando los derechos de los usuarios.

Ante la crisis actual del sistema de salud colombiano, se hace evidente la necesidad de un esfuerzo conjunto y coordinado. Se espera que el gobierno lidere el proceso de reforma, combatiendo la corrupción y promoviendo la transparencia. Además, se insta a las entidades prestadoras de servicios a comprometerse con la eficiencia y la calidad, mientras que los profesionales de la salud deben ejercer su labor con ética y responsabilidad, siempre priorizando el bienestar de sus pacientes.

Por último, se enfatiza la importancia de que la ciudadanía esté informada, denuncie cualquier acto de corrupción y exija un sistema de salud que satisfaga sus necesidades.



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