MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 320 MAYO DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388
En un año de transición administrativa y crisis de sostenibilidad en el modelo de salud, se acentuaron la insuficiencia de la UPC, el déficit en la prima del aseguramiento y la vigilancia especial de muchas aseguradoras. Estas condiciones incrementan los riesgos y afectan directamente a los prestadores, especialmente a los públicos, obligados a contratar al menos el 60 % de la UPC.
Se esperaba una mayor corresponsabilidad estatal, más aún en un contexto de alzas macroeconómicas: incremento en los costos de insumos, tecnologías, servicios públicos y nómina, superiores al ajuste de la UPC. Esto impacta seriamente la estabilidad financiera de los prestadores en Antioquia y en el país.
Sin el respaldo económico del gobierno local, los resultados en salud se habrían deteriorado gravemente. En 2024, las subvenciones representaron el 29,63 % de los ingresos consolidados, frente al 9,52 % en 2023, lo que significa un aumento de 20,11 puntos porcentuales.
Este apoyo, cercano al 30 %, coincide con lo que los prestadores logran recaudar mensualmente: solo el 70 % de lo facturado, lo que genera un déficit equivalente al valor subsidiado. Estas ayudas han sido clave para la continuidad operativa de las empresas de salud, ante una UPC insuficiente, una menor facturación y una dinámica adversa del mercado.
La baja natalidad ha reducido la demanda en áreas como pediatría y ginecobstetricia, mientras que los incrementos en nómina, los altos costos de insumos y los desabastecimientos siguen desestabilizando el modelo.
Por tanto, urge explorar apoyos complementarios. Los fondos estatales directos son hoy esenciales para la sostenibilidad, pero, al ser discrecionales, su permanencia debe analizarse con cuidado.
En 2024, las Entidades Prestadoras de Salud (EPS) de Medellín registraron ingresos operacionales por $709.754 millones, lo que representó un crecimiento real del 9,56 % respecto a 2023.
No obstante, los costos de producción superaron los ingresos, alcanzando los $754.425 millones, aunque el déficit bruto se redujo de manera significativa: -$44.671 millones frente a -$90.145 millones en 2023.
A pesar de esta mejora relativa, los gastos operacionales aumentaron un 44,89 %, totalizando $161.177 millones, lo que llevó a un resultado operativo negativo de -$205.848 millones, cifra superior a la registrada en 2023.
Sin embargo, gracias a un incremento del 240 % en las subvenciones recibidas —que pasaron de $61.704 millones a $210.329 millones—, las pérdidas netas se redujeron drásticamente: de -$159.755 millones en 2023 a -$8.430 millones en 2024.
Este panorama evidencia que la operación de estas instituciones continúa siendo financieramente inviable sin apoyo estatal. Por cada $100 facturados en 2024, se perdieron $1,19, frente a los $24,66 perdidos en 2023. Las cifras muestran que el modelo actual de prestación de servicios no genera rentabilidad suficiente ni cubre los costos estructurales, lo que refleja una problemática común en la red hospitalaria pública del país.
El informe concluye que, ante un entorno tarifario restrictivo y desequilibrios en la negociación con las aseguradoras, resulta imprescindible fortalecer la eficiencia en la gestión hospitalaria, revisar las capacidades productivas y asegurar fuentes estables de cofinanciación, a fin de garantizar la sostenibilidad financiera y operativa. Esta situación adquiere mayor relevancia en el contexto de una posible reforma estructural del sistema de salud en Colombia.
En 2024, los activos totales de las entidades Prestadoras de Salud de Medellín se mantuvieron estables en $1.2 billones. Los pasivos aumentaron un 7,8 % respecto a 2023, alcanzando $476.705 millones, mientras que el patrimonio se redujo un 5,11 %, situándose en $694.054 millones, afectado por pérdidas operativas. A pesar de ello, las entidades mantienen un nivel aceptable de endeudamiento (40,72 %), lejos del umbral crítico del 66 %, lo que indica una estructura financiera sólida.
La siniestralidad se redujo del 114 % en 2023 al 106 % en 2024, reflejando mejoras en eficiencia operativa y contención de costos. Esto evidencia un avance en el manejo del riesgo y la optimización de recursos, aunque los costos siguen superando los ingresos.
En eficiencia administrativa, el gasto por cada $100 facturados disminuyó de $16,78 en 2023 a $12,72 en 2024, gracias al aumento en ventas (+9,56 %) y a una reducción del 16,96 % en gastos administrativos, lo que indica una gestión más eficiente.
Sin embargo, los indicadores de rentabilidad siguen siendo negativos. El ROA fue de -17,58 % en 2024, ligeramente peor que el -17,26 % de 2023, lo que muestra que los activos no generan ingresos suficientes para cubrir los costos. El ROE también cayó, pasando de -27,69 % a -29,66 %, debido a una disminución patrimonial derivada de pérdidas operativas.
En recuperación de cartera, las cuentas por cobrar mejoraron levemente en 2024 ($164.466 millones), con una variación positiva de 1,77 %, mientras que las cuentas por pagar aumentaron un 9,07 %, alcanzando $239.155 millones, lo que refleja un mayor apalancamiento con proveedores.
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