MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 320 MAYO DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388

elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter icono twitter icono twitter

Servicio de Hemodinamia: 25 años de un sueño cumplido

Autor
Por: Katherin Castaño
elpulso@sanvicentefundacion.com

Contexto histórico:

En la Medellín de los años noventa, la ciudad contaba con pocas instituciones que ofrecían servicios cardiovasculares, lo que hacía evidente una barrera de accesibilidad, puesto que no había un equilibrio entre oferta y demanda. Esto afectaba a las personas con diagnósticos complejos, impidiéndoles acceder a servicios esenciales para preservar sus vidas, debido a los altos costos que implicaba una atención especializada.

Ante esta necesidad, entre noviembre y diciembre de 1999 nació la Unidad Cardiovascular, un proyecto impulsado por el Hospital San Vicente Fundación Medellín, en conjunto con un grupo de especialistas que, reconociendo la importancia de democratizar el acceso a la salud, aunaron esfuerzos para aprovechar todo el potencial de la institución: su carácter social, su fortaleza académica gracias a la filiación universitaria y el trabajo articulado entre distintas áreas, lo que no solo transformó la atención médica en la institución, sino que también sentó las bases para el desarrollo de nuevas áreas de alta complejidad.

En ese momento, el servicio de Hemodinamia —una rama de la cardiología especializada en procedimientos mínimamente invasivos que permiten intervenir órganos como el corazón y el cerebro a través de venas y arterias— apenas era un sueño. Consolidar un área de este tipo requería una logística compleja, insumos de alto costo, equipamiento especializado e infraestructura acorde con su magnitud. Sin embargo, pese a todo pronóstico estructural y financiero, el servicio comenzó en marzo del año 2000.

Un momento determinante fue la realización del primer cateterismo el 15 de marzo de ese mismo año, a cargo del doctor Juan Mesa, quien en ese momento se desempeñaba como jefe del servicio y profesor de la Universidad de Antioquia, y de Juan Andrés Delgado, hoy médico cardiólogo hemodinamista. Delgado recuerda que este procedimiento generó una gran expectativa, pues se llevó a cabo con pocos dispositivos y limitaciones en la infraestructura, pero con un desenlace exitoso.

El sentido social

En aras de brindar una atención humanizada e impactar positivamente en el bienestar de la población, el Hospital rompió una barrera de acceso que hasta entonces era impensable. Brindó a pacientes vulnerables y de bajos recursos, con diagnósticos de alta complejidad, una atención especializada respaldada por tecnología de alto nivel.

El doctor Delgado califica el servicio como resiliente, pues, en el contexto de la implantación de la Ley 100, no existía un rumbo definido ni certidumbre sobre la atención a las personas sin recursos. En ese entonces, gran parte de la asistencia social provenía de las fundaciones, que permitían garantizar el acceso a dispositivos como los stents, los cuales, en ese momento, no estaban incluidos en el Plan Obligatorio de Salud. “El servicio se ha adaptado a los vaivenes del entorno social, del país y del sector de la salud”, afirma.

Integración de la academia y la asistencia

Un diferenciador que se ha sostenido en el tiempo es la integración entre la academia y la asistencia clínica, lo que ha permitido que el servicio se mantenga a la vanguardia de la investigación científica, tanto desde la formación como desde el desarrollo de nuevos conocimientos.

Fruto de esta integración, el servicio de Hemodinamia se convirtió en la cuna del único programa de posgrado de universidad pública en el país, que hoy cuenta con más de doce cardiólogos intervencionistas egresados, quienes se desempeñan a nivel nacional. Esto proyectó al servicio no solo en el ámbito local, sino también en el resto del país, aportando al sector de la salud profesionales de altos estándares.

Vanguardia tecnológica

Edison Muñoz Ortiz, cardiólogo clínico, señala que un servicio que en sus inicios estimaba alrededor de 200 intervenciones anuales y que hoy alcanza picos de hasta 1 200, refleja un notable desarrollo tecnológico a lo largo del tiempo. Actualmente, cuenta con tecnología de última generación y la capacidad para realizar cualquier tipo de intervención hemodinámica descrita. Además, el servicio se ha expandido, con el surgimiento del programa de Cardiopatías Congénitas en Niños la hemodinamia, que inició en adultos, ahora también favorece a la población pediátrica.

Un procedimiento como el TAVI (Transcatheter Aortic Valve Implantation), que consiste en el reemplazo percutáneo de la válvula aórtica, tiene un impacto significativo en la población. Se trata de una intervención mínimamente invasiva que, gracias a los avances tecnológicos, evita la necesidad de una operación a corazón abierto y permite a los pacientes recuperar su calidad de vida, con desenlaces clínicos sorprendentemente positivos.

Hoy por hoy, el Hospital San Vicente Fundación Medellín es un referente departamental gracias a su alto nivel de complejidad que facilita una atención integral e interdisciplinaria a pacientes con múltiples comorbilidades. “Un diferencial gigante es nuestra complejidad, que es superior a la de la mayoría de las instituciones. Un paciente que tiene pendiente algún procedimiento cardiovascular, pero además sobrelleva otra enfermedad en un sistema distinto, necesita de toda la infraestructura del Hospital y de todas las especialidades que tenemos para poder intervenirlo”, afirmó Muñoz Ortiz.

La enfermedad cardiovascular continúa siendo la principal causa de muerte en el mundo, por lo que la detección precoz se convierte en un factor fundamental. Aunque esta especialidad no actúa desde la prevención, su capacidad de respuesta oportuna es clave para reducir la mortalidad por infarto y salvar vidas.

“Siento mucha alegría porque hoy le podemos ofrecer lo que necesita tu familia, mi familia y cualquier paciente que quiera y que pueda venir aquí. Seguir ofreciendo una tecnología de tan alto costo a gente que no tenga recursos para pagarla siempre será una razón para alegrar el corazón. Para mí, eso es un sueño cumplido”, concluyó el doctor Delgado.



Dirección Comercial

Diana Cecilia Arbeláez Gómez

Tel: (4) 516 74 43

Cel: 3017547479

diana.arbelaez@sanvicentefundacion.com