Uno de los sectores
fundamentales para el desarrollo económico y social del
país es el cooperativo. Su misión y su visión
deben ser la búsqueda de la excelencia en la calidad
de los servicios que prestan, lo mismo que el progreso de los
principios de cooperación, participación, apoyo
y ayuda mutua entre los asociados.
Las cooperativas gozan de privilegios y exenciones tributarias
del Estado como apoyo a su labor, y por ello no pueden desbordar
sus objetivos, porque con ello desvirtúan su esencia
como organismos de economía solidaria.
Algunas cooperativas sin embargo están sobrepasando el
marco jurídico y conceptual de la economía solidaria
establecido por la Ley 454 de 1998, en unos casos para convertirse
en conglomerados que realizan inversiones de alto riesgo, en
otros para trasladar ingresos que provienen de los usuarios
y asociados hacia empresas particulares, y en algunas oportunidades
para servir de medio a través del cual circulan dineros
cuyo origen no es bien claro.
La promotora de salud -EPS- y a la vez cooperativa más
grande del país se denomina Saludcoop. Su historia es
breve: fue fundada en 1994 por varias entidades del sector solidario
para prestar servicios en el plan obligatorio y en el régimen
contributivo de salud. En la actualidad tiene presencia en 25
departamentos con más de 20.000 empleados directos e
indirectos. En el año 2002 adquirió a Cruz Blanca
EPS, con 530.000 afiliados y en el 2003 a Cafesalud EPS, con
lo cual logra escalar al primer lugar de las EPS privadas al
reunir cerca de 3.500.000 usuarios, de los cuales 2.500.000
son del régimen contributivo. Tiene un patrimonio estimado
en 260.000 millones de pesos. Este éxito se ha logrado
en escasos diez años de labores, de modo que es la EPS
de más rápido crecimiento en el país.
Todo eso estaría muy bien, si no fuera porque en forma
insistente se vienen haciendo serios cuestionamientos, desde
distintos ángulos, al manejo de esa entidad, hasta el
punto de que ha sido objeto de una revisión profunda
de todas sus cuentas por parte de la Superintendencia de Salud.
El resultado de la visita durante tres meses de la Supersalud
fue la imposición de un plan de desempeño. ¿Qué
fue lo que encontraron los investigadores que obligaron a la
adopción de tan severas medidas? Algunas cosas son verdaderamente
sorprendentes.
Tiene 174.000 millones de pesos correspondientes a recaudos
por aportes al sistema de salud, entre enero de 2002 y septiembre
de 2003, cuyos giros no han sido identificados, es decir, tanto
los empleados como las empresas beneficiarias son fantasmas
y por lo tanto debe reintegrar esa suma al sistema.
Adicionalmente le exigen que devuelva 12.500 millones de pesos
que cobró al Fosyga (Fondo de Seguridad y Garantías
de la Salud) por 38.512 afiliados que no están registrados.
Cobró adicionalmente al Fosyga 1.161 millones de pesos
por 3.713 afiliados cuyas cédulas fueron canceladas,
son falsas o no han sido expedidas. Además tiene 8.800
casos de cédulas reportadas de afiliados que no están
vigentes, según certificación oficial. La devolución
total asciende a 195.000 millones de pesos, casi el 70% de su
patrimonio.
Pero si lo anterior es grave, no es la almendra del problema
que es más profundo. Saludcoop ha estado realizando inversiones
que no están directamente relacionadas con su objeto,
contradicen sus estatutos y están reñidas con
las normas legales.
Estas inversiones representan un valor de 80.000 millones de
pesos tanto en Colombia, como en otros países, tales
como Bolivia, México, Chile, Ecuador y República
Dominicana. De acuerdo con la orden de la Supersalud, la entidad
debe desmontar de inmediato tales negocios. Valdría la
pena averiguar cuanto dinero se perderá en esta operación
de liquidación de las inversiones.
Esas inversiones son bien extrañas: Gimnasio Los Pinos,
Coofuneraria, Rincón Grande Country Club, Healt Food
S.A., Pharma 100 S.A., Lavandería Impecable Ltda. (sic),
Corporación Deportiva de Baloncesto, etc. las cuales
nada tienen que ver con los servicios que presta.
Lo más alarmante es que, según la Supersalud,
la EPS no ha reportado durante sus años de operación
excedentes del ejercicio que justifiquen el valor de las inversiones,
siendo por lo tanto la pregunta que todos nos hacemos: ¿de
dónde diablos ha salido el dinero? ¿será
que es este otro caso, para tomar el nombre de la empresa en
la cual se hizo la inversión, de lavandería impecable?. |