ellos estaban bajo
la censura por ser prohibidos, obscenos o subversivos). Sin
embargo, el clero hizo de ese conocimiento su exclusiva riqueza
intelectual y su mayor poder, y sometió bajo su fuero
no sólo a los pueblos sino a los emperadores y monarcas
más débiles, dando forma a teocracias que les
otorgó no sólo tierras sino un gran poder en
el Estado. A quienes osaron arrebatarles el monopolio del
conocimiento, desarrollar el propio, cuestionar sus principios,
aún siendo de su misma casa, no tuvo reparos en condenarlos
por librepensadores o herejes, sometiéndolos a sofisticadas
torturas y populares quemas públicas. Da Vinci a pesar
de sus estudios secretos en cadáveres, logró
con diplomacia y astucia salvarse de las hogueras que persiguieron
especialmente en Italia y con ahínco, a filósofos,
académicos y científicos.
Los antiguos griegos, a pesar de los esclavos que sometían
en sus metrópolis, hacían del librepensamiento
y el desarrollo de las artes y las ciencias el eje central
de sus progresos y permitían todo su amplio despliegue
entre los ciudadanos libres, hombres y mujeres, en las cátedras
de Platón en los jardines de Academo y en el liceo
que fundo Aristóteles en uno de los gimnasios de Atenas.
Sus vastos conocimientos médicos fueron siempre bien
valorados por otros pueblos de la época, hasta el punto
que los conocimientos de Galeno - sólo uno de sus sabios-,
dominaron el ejercicio de la medicina desde el siglo II hasta
el siglo XVII, como consta en los anaqueles de la historia
de la medicina europea, la cual también recogió
algo del conocimiento hindú y muchísimo del
árabe.
"Hay noticias de las academias de El Cairo y otras ciudades,
donde se enseñaba la medicina según planes de
estudio adecuados, con facilidades clínicas en hospitales
bien dotados, cocinas orientadas a la preparación de
dietas apropiadas, baños, farmacias, jardines botánicos
y ricas bibliotecas. Se utilizan algunas formas de terapia,
como los baños y los masajes, especialmente en los
baños o "hamman", la música y la ocupación.
Igualmente se tiene en cuenta una decoración llena
de sensualidad (http:// www.zuhaizpe.com/articulos/
historia_medicina.htm). Los árabes, para quienes profesar
una religión no infringía obstáculos
al conocimiento, tampoco tuvieron reparos en adoptar los clásicos
principios de salud de Galeno en dietética, farmacología
y cirugía.
Tras el esplendor intelectual de la Grecia clásica
y la dolorosa superación de la oscura Edad Media, que
a pesar de todo dejó la creación de escuelas,
bibliotecas con libros secretos y los primeros hospitales
en sus conventos, Europa se fue abriendo a la luz del conocimiento
universal gracias a la crítica Reforma, al resurgimiento
del humanismo y a la luz ferviente del Renacimiento, que vio
en el genio de Florencia, Leonardo Da Vinci, a su hombre símbolo
e hizo de aquella ciudad la capital cultural de Europa.
Las ciudades volvieron a recuperar el símbolo libertario
de los griegos, aquellos que en voz de Sócrates consideraba
a la medicina como el saber por excelencia, los científicos
y filósofos aún libres de la Inquisición
trabajaban en sus talleres particulares y se conocían
y crecían intelectualmente mediante libros y correspondencias,
que evitaban el enfrentamiento directo con la Iglesia y el
poder. Las academias fundadas por los burgueses en la Edad
Moderna le abrieron nuevos horizontes a la ciencia y se fue
fortaleciendo el conocimiento y los métodos científicos,
el racionalismo y el empirismo, el arte de la demostración
bajo criterios de libertad de cátedra, de pensamiento
y enseñanza, a la sombra de la autonomía universitaria
y hasta del autogobierno.
Del universo a Colombia
Entre los siglos XVIII y XIX la medicina, la psicología,
la filosofía y la pedagogía tuvieron gran desarrollo,
especialmente en Francia, Alemania e Inglaterra. En Latinoamérica
Simón Rodríguez, "el Sócrates de
la Grancolombia" ya había sembrado una semilla
trascendente en su mejor discípulo, que cambiaría
nuestro destino como Nación. "Ud. formó
mi corazón para la libertad, para la justicia, para
lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud.
me señaló", le escribió Simón
Bolívar a su maestro, cuando ya era el Libertador de
América. Los sabios pasos de su maestro los siguió
Bolívar en Caracas donde transformó la Universidad
Colonial en Republicana con autonomía académica
y administrativa y durante el nacimiento de nuestra Nación,
en la cual junto con Santander defendió la educación
pública como un fundamento de la libertad.
En 1844 Colombia introdujo la libertad de enseñanza
con intervención del Estado. En 1850 declaró
la libertad absoluta de enseñanza y en 1870 reiteró
ésta como fundamento para alcanzar la libertad, hasta
la Constitución de 1886 y el Plan Zerda de 1892 que
la sometió de nuevo a la religión católica
y a la vigilancia estatal. En el siglo XX, Rafael Uribe Uribe
en 1911 defendió la creación de una universidad
nacional y pública que recogiera nuestra historia y
adoptara sistemas de enseñanza acordes con nuestra
cultura, y presenta dos proyectos de ley para reorganizar
la Universidad Nacional y hacer de ella un patrimonio de la
Nación con libertad de cátedra, investigación
e identificación cultural, reconociéndole autogobierno
y autonomía universitaria, sin interferencia gubernamental
ni política, garantizándole para ello recursos
económicos propios (provenientes de rentas por tierras
baldías), evitándole así tropiezos con
los gobiernos de turno.
En 1918 se produjo un acontecimiento en Argentina que hizo
eco en toda América: los estudiantes universitarios
publicaron el Manifiesto de Córdoba para demandar la
autonomía universitaria, pero exigiendo calidad en
los métodos docentes y administrativos y rechazando
la presencia de la mediocridad en los claustros. Estos planteamientos
tuvieron eco en 1932 en el colombiano Germán Arciniegas,
quien presentó un proyecto de ley para consolidar una
autonomía académica, financiera y administrativa,
que no tuvo eco en el Congreso. La petición también
fue bandera de campaña de Alfonso López Pumarejo
en 1934, aunque conocedores del tema, como el ex rector de
la Universidad de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez,
señala que fue una promesa electoral que no cumplió
en el ejercicio del poder. Sin embargo, otros investigadores
como Jaime Jaramillo Uribe, explican que fue durante su mandato
que se expidió la Ley 68 de 1935 que le otorgó
alto grado de autonomía académica y administrativa
a la universidad, aunque siguiera persistiendo la presencia
estatal en sus directivas, lo cual benefició entre
otras a la carrera de medicina. Luego, los siguientes gobiernos
conservadores quisieron borrarle tantas prebendas y le cuestionaron
su falta de principios católicos y el estar abierta
a nuevas ideologías, entre ellas el socialismo, que
consideraban factor de disturbios, y llegaron hasta el punto
de acusar a la Universidad Nacional y a su entonces rector,
Gerardo Molina, de ser los promotores del Bogotazo,
tras el asesinato de Gaitán en 1948.
Siglo XX cambalache
En 1987 la Asociación Médica Mundial durante
la 39° Asamblea, realizada en Madrid, España, sobre
autonomía y autorregulación profesional, declaró
que "el elemento principal de la autonomía profesional
es la garantía de que el médico puede emitir
con toda libertad su opinión profesional con respecto
de la atención y tratamiento de sus pacientes",
garantizando el cumplimiento de los principios éticos
esenciales y autoregulándose en el ámbito nacional,
pero advierte que la calidad de la atención prestada
a los pacientes y la competencia del médico que entrega
dicha atención, deben ser siempre la preocupación
primordial de cualquier sistema de autorregulación"
y asegura que "los médicos tienen la experiencia
para hacer las evaluaciones necesarias".
En Colombia el panorama finalmente se aclaró para médicos
y académicos con la novedosa Constitución de
1991, norma de normas, y su Artículo 69 que "garantiza
la autonomía universitaria. Las universidades podrán
darse sus directivas y regirse por sus propios estatutos,
de acuerdo a la Ley. La Ley establecerá un régimen
especial para las universidades del Estado. El Estado fortalecerá
la investigación científica en las universidades
oficiales y privadas y ofrecerá las condiciones especiales
para su desarrollo. El Estado facilitará mecanismos
financieros que hagan posible el acceso de todas las personas
aptas a la educación superior". Con este artículo
y apoyándose en otro como el 26, sobre la libre elección
de la profesión, se pretendió formalizar jurídicamente
la evolución de la educación superior, hoy,
a juicio de los expertos, bastante reglamentada.
Sin embargo, en la actualidad vuelve a temerse un retroceso
histórico en la Universidad con la presentación
del Gobierno del Proyecto de Ley 017 que afecta especialmente
a las facultades de medicina y ciencias de la salud, que han
visto en los artículos 2, 11, 10 y parágrafo
del proyecto, un expreso atentado a la autonomía universitaria,
como bien lo expresan en un documento conjunto la Asociación
Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame), de Enfermería
(Acofaen), Fisioterapia (Ascofafi), Odontología (Acfo),
Nutrición y dietética (Acofanud), Fonoaudiología
(Asofon) y de programas de Bacteriología(Aprobac).
Señalan que el proyecto además de legislar sobre
lo ya legislado, genera una duplicidad de normas regulatorias
como la Ley 30 de 1992, los decretos 917 de 2001 y 1665 de
2002; fuera de violentar las leyes que reglamentan el ejercicio
profesional en salud, desconoce las organizaciones profesionales
e irrespeta su autonomía y autorregulación;
no diferencia la educación formal de la no formal,
profesional, técnica y auxiliar, y deja a la deriva
las funciones del Icfes y del Consejo Nacional de Acreditación.
Afirman que el Consejo Nacional de Recurso Humano de Salud,
asume funciones del sector educativo, no tiene claridad sobre
su capacidad científica ni académica, no es
representativo ni suficiente, previéndose su ineficiencia
y burocratización, lo que constituiría un atentado
a la formación del recurso humano. Por lo tanto, todos
estos gremios, que hacen parte de la Alianza de Asociaciones
Académicas, recomiendan alternativas concertadas para
los problemas detectados en la formación de los recursos
humanos y, por ende, consideran muy inconveniente que se siga
adelante con el Proyecto.
La Asamblea General de la Salud, con representación
de 41 organizaciones de diferentes especializaciones médicas
del país, también sentó su posición
enviándole una carta abierta al presidente Álvaro
Uribe (prensa nacional, 11 de agosto de 2003), en la cual
le pedían públicamente el retiro de dicho proyecto
de la actual legislatura. Le argumentan que el mismo vulnera
el ejercicio liberal de las profesiones en salud, por ubicar
en el mismo nivel profesión y actividad, lo que implica
"hacer empírico a la praxis simple, el ejercicio
científico"; desconoce la formación clínica
docente-asistencial y convierte en sinónimos absolutos
los conceptos de entrenamiento y formación; los desprofesionaliza
quitándoles su autodeterminación, autonomía
y autorregulación por pares académicos; y los
ubica como operarios "para que respondan a las características
del Sistema General de Seguridad Social en Salud", lo
cual califican de absolutamente nefasto. Finalmente cuestionan:
"¿Qué busca esta ley? ¿Regular un
ejercicio profesional reglamentado en muchos casos desde la
primera década del siglo pasado, o una formación
de calidad ya regulada y desarrollada ampliamente en la Ley
30 de 1992, o establecer estándares de empleabilidad
contra el ejercicio liberal de las disciplinas? Y se preguntan,
finalmente, el por qué el Ejecutivo está hoy
desconociendo su experiencia, a la cual le han dedicado sus
vidas en pro de mejorar las condiciones de vida y de salud
de la Nación.
El médico farmacólogo David Guerra M., puso
a circular mediante la internet el proyecto de ley 017 para
el análisis de sus colegas, con un comentario suyo
introductorio en el cual critica como se tiene como base para
el mismo la Ley 100 y no la Constitución 1991 que consagra
los derechos a la vida, la salud, la libre elección
de profesión y oficio, la educación y el trabajo,
lo cual considera "bastante peligroso, pues todos sabemos
que dicha ley lo único que hizo fue dejar la salud
en manos de los grupos económicos financieros, convirtiendo
la salud en negocio". Asegura que la intención
que allí subyace es permitir que "las EPS participen
en la formación del recurso humano en la atención
en salud, para manipular desde el punto de vista de "eficiencia"
la actividad de estos profesionales", y enmarca estas
acciones con el proyecto a la Reforma de la Justicia con el
cual se pretende "tumbar la acción de tutela porque
les resulta muy onerosa", cuando ésta sólo
refleja el "fracaso de la Ley 100 que no cubre las necesidades
básicas en salud del pueblo colombiano", y asegura
que como ahora son los médicos, enfermeras y otros
profesionales de la salud quienes finalmente tienen el control
del gasto en materia de consultas, exámenes, cirugías,
medicamentos, entre otros aspectos, "entonces quieren
venir a controlarlos desde su formación. Lo que
en síntesis cuestiona es sí con esta ley, lo
que se está buscando es "una mayor rentabilidad
del negocio de la salud".
Claro que ahora la situación se enredó más,
cuando el sector de la salud se enteró que el pasado
24 de abril un grupo de médicos especialistas, pertenecientes
a la Asociación de Sociedades Científicas de
Colombia crearon el Colegio Médico Colombiano con el
objetivo de contar con una sola organización nacional
representativa del cuerpo médico, y buscando un beneficio
constitucional para que le sean delegadas funciones públicas
por parte del gobierno nacional. Como éstas "serán
el alma y la razón misma de ser del Colegio",
elaboraron el Proyecto de Ley 033, que radicó en la
Comisión Séptima del Congreso el pasado 24 de
julio de 2003, la médica y senadora Dilian Francisca
Toro Torres. El Colegio enumera parte de la reglamentación
que rige al sector salud, pero asegura que con este nuevo
proyecto se busca regular y actualizar el ejercicio de la
medicina en Colombia; establecer controles de calidad, recertificación
y vigilancia, entre otros aspectos, todo en el marco de otra
avalancha de normas compiladas en 34 artículos y una
serie adicional de procedimientos que acabaron -a juicio de
algunos integrantes del gremio médico- por complicar
más la situación coyuntural actual, aunque el
Colegio asegura que en su entidad convergen la Academia Nacional
de Medicina, la Federación Médica Colombiana,
ASCOFAME y la Asociación Médica Colombiana.
Como diría Estanislao Zuleta citando a Kant: "la
universidad se inscribe en el conflicto, entre las exigencias
de la razón y las necesidades del poder".
|