MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 298 JULIO DEL AÑO 2023 ISNN 0124-4388
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Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la inmunización previene enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles por vacunación, tales como el cáncer cervicouterino, la poliomielitis, el sarampión, la rubéola, la paroditis, la difteria, el tétanos, la tos ferina, la hepatitis A y B, las neumonías bacterianas, las enfermedades diarréicas por rotavius y las meningitis bacterianas. Sin embargo, 2.7 millones de niños que viven en las Américas no completan sus esquemas básicos de vacunación.
En la última semana de junio, en Washington D.C., el Comité Ejecutivo de la Organización Panamericana de la Salud inició su 172ª sesión para examinar diversas resoluciones, estrategias y políticas de cara al 60.°Consejo Directivo de la OPS que se realizará el próximo septiembre, con el fin de mejorar la salud de las poblaciones en la región de las Américas.
El director de la OPS instó a los países a “trabajar mancomunadamente para que la salud pública siga siendo una prioridad política ahora que la pandemia ha terminado” y a “presionar colectivamente para que la región sea líder en la innovación en salud pública y desempeñe un papel más destacado en la configuración de la agenda mundial de salud”.
Durante su intervención, el doctor Barbosa recordó los cinco pilares de su gestión y detalló los cambios que ya ha implementado con el fin de aumentar la eficiencia de la OPS para enfrentar los desafíos de salud pública en un mundo posterior al COVID-19.
“El riesgo de enfermedades prevenibles mediante vacunación es más alto que nunca y urge aumentar la vigilancia y la cobertura de inmunización”, subrayó el doctor Barbosa.
Según el Instituto Nacional de Salud, el sarampión es una enfermedad respiratoria grave causada por un virus monotípico que pertenece al género Morbillivirus de la familia Paramyxoviridae. Se transmite con facilidad a través de la tos, estornudos y al hablar. Esta enfermedad se manifiesta a través de síntomas prodrómicos, manchas de Koplik y exantema maculopapular y es prevenible por vacunación. Al analizar el comportamiento de la tendencia de la tasa de notificación por entidad territorial, observaron diferencias estadísticamente significativas para el año 2023 en el aumento de casos sospechosos informados en Norte de Santander, Huila, Nariño, Barranquilla, Tolima y Arauca.
Según la OPS entre 2020 y 2021, la cobertura de vacunación con la primera dosis de la vacuna contra sarampión, rubéola y paperas (SRP1) disminuyó en 16 países y territorios de la región de las Américas.
La hepatitis A es una enfermedad dispersa por todo el mundo, pero con comportamiento heterogéneo en su prevalencia. En los países en vías de desarrollo, donde existen graves deficiencias de higiene y de saneamiento ambiental, la infección es más prevalente y afecta fundamentalmente a los niños.
Colombia está clasificada, de acuerdo con los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como un país de endemicidad intermedia para hepatitis A, en el que un porcentaje importante de población joven y adulta eludió la infección en la primera infancia y llegan a la edad adulta sin inmunidad. A mayor vulnerabilidad, se aumentan las tasas de morbilidad y se produce brotes epidémicos.
De los casos notificados de hepatitis A, el 69,3 % eran hombres, se registraron 504 casos entre 2017 y 2023; observaron que la prevalencia en hombres ha sido mayor en un porcentaje superior al 60 %. Con relación a las edades en las que más se presentaron casos, los grupos de 15 a 19, de 20 a 24 y de 24 a 29 años aportaron el 53,3 % de los notificados, en total 388.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó un descenso de la cobertura de vacunación en las Américas desde el 2010. La cobertura de la tercera dosis contra difteria, tétanos y tos ferina (DTP3) se redujo del 94 % al 84 % entre 2010 y 2020. La reducción entre enero de 2019 y enero de 2020 de DPT3 descendió un 33 %.
La OPS menciona que el éxito en el control de la enfermedad ha estado dado por el nivel alto en coberturas de vacunación. Ahora bien, el agente etiológico causante de esta enfermedad sigue presente y no hace parte de programas de eliminación, ni erradicación. Su presencia en los territorios es innegable, lo que configura un panorama de alto riesgo para la transmisión de la enfermedad. Para el año 2021, Colombia registró 23 casos notificados con confirmación de cuatro: tres por laboratorio y uno por nexo epidemiológico.
Las entidades territoriales con brotes de la enfermedad fueron: Sucre, con una menor de 11 años de nacionalidad extranjera, con condición final fallecida; Chocó, una menor de nueve años, indígena, colombiana y condición final viva; un menor de 12 años, contacto del segundo caso, indígena y condición final vivo; un menor de seis años, contacto estrecho de caso menor de 12 años, indígena, colombiano y condición final fallecido. En los últimos cinco años se han confirmado 13 casos, de los cuales solo uno registró antecedente vacunal.
De acuerdo con la OMS, en las Américas, desde 1960, la fiebre amarilla ha resurgido como una amenaza para la salud pública. La enfermedad es endémica en territorios y regiones de 13 países de Centroamérica y Sudamérica, generando brotes y muertes.
Según los datos del Instituto Nacional de Salud en Colombia, entre 1960 y 2022 se confirmaron 969 casos con una tasa de letalidad de 23,3 %, lo que equivale a 162 muertes. En el periodo entre el 2000 y el 2022, se confirmaron 215 casos de fiebre amarilla selvática. Los departamentos con el mayor número de incidentes son: Norte de Santander, Guaviare, Meta, Cesar y Caquetá.
La vacunación sigue siendo la principal estrategia para la prevención y control de la fiebre amarilla; sin embargo, con la pandemia de COVID-19 los programas de vacunación se vieron afectados; de acuerdo con cifras oficiales del Ministerio de Salud y Protección Social, en Colombia la cobertura de vacunación con fiebre amarilla en niños de un año fue de 89,9 % en 2019, 84,2 % en 2020 y 86,2 % en 2021.
La caja de compensación Comfama, que este año ha aplicado 107 911 vacunas del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) y 48 258 que pertenecen a vacunación complementaria que aplicaron por Ley 21 como Caja de compensación familiar, evidenciaron una dificultad y es la “desinformación en la población. Estos temores no tienen sustento científico, la evidencia nos muestra la seguridad y la efectividad de las vacunas” , según argumentó Comfama.
Por su parte, el Ministerio de Salud y Protección Social trabaja articuladamente con el Instituto Nacional de Salud para la actualización del Plan Nacional de Prevención y Control de la Fiebre Amarilla, como estrategia para fortalecer la prevención en zonas de riesgo, proteger a las poblaciones de mayor riesgo y contener posibles brotes.
Según la OPS, tres países de la subregión: Bolivia, Colombia y Venezuela han implementado campañas de vacunación de seguimiento contra sarampión, rubéola y polio que han reducido las brechas de inmunidad poblacional. Sin embargo, aseguró que: “Aún se requiere la ejecución de planes de contingencia en los países cuyas campañas no alcanzaron la cobertura de 95 % a nivel nacional y subnacional”.
Para las autoridades sanitarias el desarrollo de estas plantas de producción aumentará las capacidades de investigación, fabricación, innovación, importación y la exportación de vacunas y tecnologías sanitarias.
La cartera de Salud también adelanta diálogos con la Universidad de Antioquia para que avancen las investigaciones y puedan acordar el proceso de medicamentos de enfermedades olvidadas que no son de interés comercial para la industria farmacéutica, como la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis y la malaria.
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