MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 313 OCTUBRE DEL AÑO 2024 ISNN 0124-4388
Hace diez años, el ministro de Salud y Protección Social de ese momento, Alejandro Gaviria Uribe, aseguró que si no se lograba la formalización laboral de alrededor de 250 000 trabajadores del sector salud, esa podría ser la siguiente crisis del sistema. Y de no hacerlo, la sostenibilidad de la red pública de hospitales estaría en riesgo.
Una década después, la situación laboral de los profesionales continúa en la cuerda floja, las redes públicas y privadas están en riesgo, y surge el interrogante de si en el Presupuesto General de la Nación (PGN) el rubro para salud en 2025 incluye recursos destinados a la capacitación, el bienestar y la formalización del personal sanitario.
Mientras que, de un lado, está el reciente Proyecto de Ley 058 de 2024, presentado ante el Congreso, que busca promover el respeto y la dignificación laboral del talento humano en salud en aspectos como la vinculación legal y la prohibición de la tercerización laboral; que aboga por el pago justo y oportuno y promete sanciones a los agentes del sector que incumplan la ley; de otro lado, está la realidad de un sector desfinanciado y una propuesta de reforma para 2025 que superaría los 92.2 billones de pesos.
Para el Dr. Gonzalo Alberto Vélez, presidente de la Asociación Médica Sindical capítulo Antioquia (Asmedas), el panorama actual indica que el PGN destinado para salud en 2025 tiene que ajustarse tanto a los costos que conlleva la reforma a la salud como a las necesidades que plantea la formalización. “Sin reforma –sostiene– es difícil que se supere el obstáculo de la intermediación o se reduzcan las utilidades que han retenido las EPS y la corrupción que se ha generado en el negocio de la salud”.
Dineros que, desde su óptica, podrían destinarse tanto a la implementación de la Atención Primaria en Salud, con la cual se espera reducir costos de atención a largo plazo, como a cubrir los gastos de la formalización.
Así las cosas, considera que la reforma sería el camino para iniciar un proceso de dignificación laboral. Y en ese contexto, la sanción del Proyecto de Ley 058 daría piso jurídico a este proceso, pero necesitaría precisar en el articulado cómo sería la formalización del empleado del sector privado, en el cual labora el 80 % del personal de salud en Colombia.
“Es necesario que se incluya un régimen especial que se haga extensivo para todo el sector salud y que se haga un esfuerzo conjunto de inversión por parte del Gobierno y de los diferentes estamentos territoriales”, argumenta el Dr. Vélez.
En otra orilla, la Dra. Clemencia Mayorga, presidenta de la Academia de Medicina de Cundinamarca, sostiene que el difícil momento que vive el sistema se enmarca dentro de un déficit de recursos que viene desde varios años atrás, con el cambio de la visión de la salud como un servicio a un derecho, lo cual ha implicado una serie de inclusiones en términos de aumento en cobertura, envejecimiento de la población, inclusión de nuevas tecnologías, entre otros aspectos, para poder garantizarlo.
En ese contexto de un déficit crónico, afirma que “tenemos una coyuntura de incertidumbre, con un PGN que no es claro respecto a fuentes que son muy importantes para el sector salud y que será expedido por decreto”.
En medio de este debate, persiste la deuda histórica del sistema colombiano con su talento humano, que hoy tiene al 80 % del personal de salud con contratos de prestación de servicios, sin estabilidad laboral, prestaciones sociales, vacaciones y demás derechos laborales. “Pensar en que se va a avanzar para dar solución a un tema histórico muy fuerte, en medio de una coyuntura deficitaria, es muy difícil”, concluye Mayorga.
Mauricio Echeverri Díez, presidente de la Asociación Nacional de Profesionales de la Salud (Assosalud), advierte que, si bien este es un gobierno que quiere dignificar el talento humano, el problema es que “son promesas sin presupuesto”.
“Hoy estamos viendo que la crisis de las EPS intervenidas y un gobierno que no resuelve la desfinanciación; a las privadas no les está llegando el dinero y las públicas no tienen capacidad de respuesta”, afirma.
Así las cosas, para 2025 el presidente de Assosalud prevé un panorama más complejo que el actual, donde las instituciones con menos presupuesto y flujo de caja ocasionarían retardo en los pagos y no harían el aumento de honorarios adecuado para los trabajadores. “Tanto los laboratorios farmacéuticos con su posición dominante como los costos de los servicios de salud terminarán pagándose con los recursos destinados al personal de salud”, asevera.
“Lo único que se pide para 2025 es el pago oportuno”, enfatiza Echeverri Díez, porque en este escenario aumentaría el desempleo, tanto por la disminución de servicios en las IPS como por la renuncia de los profesionales. Como en las últimas tres décadas, el personal de salud seguirá resintiendo los efectos de la crisis, mientras que los usuarios continuarán siendo el eslabón más débil de la cadena. Se precisan acuerdos, presupuesto y determinación en favor del principal recurso del sector salud: el humano.
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