MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 10    No. 114  MARZO DEL AÑO 2008    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Parecería que las circunstancias actuales en torno de la globalización promovieron una igualdad en el acceso a los servicios de salud a nivel mundial. Pero el refrán “del dicho al hecho hay mucho trecho”, se transforma en realidad día a día. Mientras mucha inversión interna de un país se enfoca en defensa, comercio, agricultura u otros temas, la salud se mantiene con presupuestos que limitan a cualquier país que busque transformar la vida de todos sus habitantes, independiente de su raza, género, grupo étnico y/o nivel socioeconómico.
El Instituto de Medicina (IOM) de Estados Unidos, publicó un reporte en marzo de 2002 titulado “Desigualdad en el tratamiento:
Confrontando las diferencias en el cuidado de la salud según raza y grupo étnico”. Allí se concluía que múltiples razones contribuirían a esta desigualdad, pero la evidencia sugiere que sesgos, prejuicios y estereotipos por parte del prestador de servicios de salud pueden contribuir a diferencias en la atención.
Después de un análisis basado en la revisión de más de 100 artículos que evalúan la calidad de la salud en diferentes grupos raciales y minorías étnicas, se confirmó que la gran mayoría indica que las minorías reciben menos atención que la población blanca en servicios de salud, incluyendo intervenciones clínicamente necesarias en enfermedades como cáncer, enfermedad cardiovascular, HIV/sida, diabetes, salud mental y otros servicios, incluyendo tratamientos rutinarios necesarios para el paciente. Todo esto después de evaluar diferencias en el aseguramiento en salud, ingresos y otros factores.
Enseguida, algunos ejemplos concretos:
- Enfermedad cardiovascular: Los estudios muestran después de un ajuste de múltiples factores, que la raza y el grupo étnico permanecen como determinantes en la desigualdad para el cuidado de esta enfermedad.
- Cáncer: El tratamiento y el acceso a analgésicos por parte de los grupos étnicos minoritarios y otras razas diferente a la blanca, es más restringido.
- Trasplantes: Los afro-ameri-canos y otras minorías tienen dificultad en la evaluación necesaria para ser candidatos a este tipo de procedimientos, tienen dificultades para estar en la lista de espera de trasplantes, y tienen menos probabilidades de que se lleve a cabo el trasplante después de verificar su seguro médico y otros factores.
- HIV: Los afro-americanos con HIV tienen menos probabilidades de tener acceso a medicación anti-retroviral, menos probabilidad de recibir profilaxis contra la neumonía por pneumocystis, y menos probabilidades de recibir inhibidores de la proteasa, comparado con pacientes de grupos no minoritarios portadores de HIV. Estas desigualdades permanecen aún después de un ajuste en variables como edad, género, educación y cobertura del seguro médico.
Objetivos y propuestas
Si en algo se le debe dar crédito a un sistema tan criticado como el americano, es su capacidad de auto-evaluación y la reacción para lograr cambios. En este caso se tienen objetivos claros, cómo eliminar la desigualdad en la atención en salud y fortalecer el sistema de salud. Hoy, este es un tema frecuente en el debate político de este país.
Al reconocer la desigualdad que rige en el sistema de salud americano, la Asociación Americana de Medicina (AMA) y la Asociación Nacional Médica (NMA) crearon una comisión para terminar la desigualdad en la atención en salud. Esta comisión, integrada por una coalición de más de 50 Estados, organizaciones y sociedades médicas, junto con otras organizaciones de profesionales en salud, está decidida al cambio.
Las principales objetivos son:
1. Diálogo directo a nivel nacional, federal y local con el estamento gubernamental, para priorizar el tema de desigualdad en la atención en salud de los grupos minoritarios.
2. Asistencia al médico, estudiante de medicina y otros profesionales de la salud, para que se involucren directamente en la comprensión de este tema.
3. Dar recomendaciones para facilitar estrategias y prácticas a nivel del entorno laboral, con el objetivo de eliminar la desigualdad.
4. Aumento de la diversidad étnica y racial en los profesionales de la salud.
5. Promoción de la colaboración entre la medicina y la empresa privada para desarrollar estrategias en la eliminación de la desigualdad.
En Colombia
Después de esta mirada al caso norteamericano, es obvio que hoy más que nunca en Colombia se necesita tener una visión a largo plazo. Se requieren objetivos claros y concretos para acabar con las desigualdades que han llevado a nuestra sociedad a expresar sus grandes diferencias a través de la violencia o del silencio. Para esto se requiere más que un arma, se necesita el compromiso de cada uno de nosotros para acabar con la diferencia e incentivar los siguientes cambios: mejoramiento en la nutrición, acceso a agua potable, acceso a educación, dignidad en el empleo y acceso a servicios básicos de salud.
Factores como el nivel socioeconómico y cultural, el género, el pertenecer a un grupo étnico, no deben ser obstáculos para que se logren cambios radicales dentro de nuestra sociedad. Desde la escuela primaria y secundaria se deben realizar esfuerzos para construir un país donde exista conciencia de la desigualdad y soluciones para reconocerla. Asimismo, las universidades públicas y privadas no deben resguardarse en su espacio, y menos aún justificar su aislamiento frente a su comunidad y su realidad.
Sería importante iniciar un estudio a fondo en nuestro país sobre la desigualdad racial y étnica en torno de la atención en salud. Sabemos que existen desigualdades, pero, ¿estaremos justificándolas sin mirarnos a nosotros mismos? Es importante considerar que tanto la incertidumbre del médico o profesional de la salud, como los estereotipos que mantenemos en nuestro inconsciente, nos impiden reconocer la desigualdad.
Además, en la medicina actual la toma de decisiones se debe en muchas ocasiones a presiones de terceros, reflejándose esto en tiempo e información limitada. Admitir un problema es el primer paso para el cambio, pero iniciar la búsqueda de sus soluciones mucha veces toma una eternidad. Si lo mencionado aquí está sucediendo en Colombia, no debemos esperar décadas para iniciar un cambio.
 
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