|
El virus fue descrito hace
varios años y ha afectado principalmente pacientes
en países de África, Asia e India, y desde 2007
se reportó en Europa. Siempre se pensó en nuestro
medio que era una enfermedad viral de esas raras del Viejo
Mundo y que no había por qué preocuparse; sin
embargo, en diciembre de 2013 la Organización Mundial
de la Salud (OMS) reportó la aparición de los
primeros casos de transmisión autóctona en Las
Américas, en particular en las islas caribeñas
de San Martín y Martinica.
El virus es transmitido por el mismo mosquito que transmite
el dengue, Aedes aegypti ó Aedes albopictus, y la sintomatología
es incluso similar, por lo que pueden confundirse ambos cuadros
clínicos. Su principal manifestación clínica
son los dolores articulares intensos, pero también
cursa con fiebre, cefalea, dolores musculares, náuseas
y brote en la piel.
El virus del Chikungunya ha causado grandes epidemias en Asia
y África, con más de dos millones de personas
infectadas y con tasas de ataque entre 38% y 62% en ciertas
regiones, y ha infectado a miles de personas que han viajado
a dichos países.
Indudablemente toda la región de las Américas
es susceptible a la diseminación del virus, tal como
sucede con otras infecciones transmitidas por vectores; esto
llevó a las autoridades de salud a generar la alerta
epidemiológica respecto de la posible aparición
y diseminación de este virus en Colombia, lo cual sumado
a las epidemias de dengue a las que nos enfrentamos cada 3
o 4 años, sería un reto muy grande para los
servicios de salud y representaría unos altos costos
para el sistema de salud.
Las medidas de prevención son exactamente las mismas
que se utilizan para el dengue y que consisten principalmente
en eliminar los criaderos domésticos o peri-domésticos
de los mosquitos y evitar su picadura. Ahora tenemos un doble
motivo para implementarlas: evitar el dengue y evitar el Chikungunya
.
|