MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 76    ENERO DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

INFORME PARA EL SECTOR SALUD
Ética empresarial y salud
Francisco de Paula Gómez - depaula@netcard.net.co - elpulso@elhospital.org.co
Con frecuencia, la noción de empresa se nos hace extraña o lejana, y como profesionales de salud que somos, hemos creído erróneamente que cada hospital público, cada clínica, cada ente territorial, cada asegurador, cada centro médico o incluso cada consultorio, son simplemente “actores del sistema de salud”, cuya única responsabilidad es atender pacientes. En nuestro candor hemos ignorado que toda acción de salud implica una acción económica, sencillamente porque cuesta y porque implica la mediación de dinero, recursos humanos, conocimiento, organización y un cierto orden de las cosas. La acepción de empresa está relacionada con el verbo “emprender” y denota la acción de comenzar algo de forma organizada para buscar un fin, así que todas las instituciones que se desenvuelven dentro del sector, son sin más, empresas, y como tal deben manejar responsabilidades que van más allá del interés propio y del actuar individual. Como en otros sectores de la economía, las empresas de salud deben establecer relaciones con otras: negociar, pagar, comprar, proveer, prestar, colaborar, mostrar, proponer, etc.

Ello supone pues, la elaboración y constitución de intrincados mecanismos de relación, sin los cuales no es posible estar en un medio económico y social. Y esos mecanismos de relación, están mediados todos por una concepción ética y moral de las cosas.
Cuando se habla de Ética, es común observar el desgano con que muchos abordan el tema o el profundo desconocimiento con el que en casi todos los estamentos de nuestra sociedad corresponden valores, principios y actuar. Ello por supuesto tiene una concordancia directa con nuestro estado actual y la descomposición reinante en el país, situación que como se entenderá no es ajena a los sucesos diarios de nuestro sector y a buena parte de las relaciones entre los diferentes agentes del sistema de salud.
El concepto
A comienzos de los años setenta, se inició en el mundo una amplia revisión acerca de lo que se denominó en su momento ”Ética de los negocios”, pues hasta ese momento y especialmente en los Estados Unidos, predominaba el enfoque de Michel Albert, que pregonaba a la empresa como “un negocio de usar y si conviene de tirar”. Al otro lado, desde hacía décadas en Francia, se convenía a la empresa como un grupo humano que para la sociedad lleva la valiosa tarea de producir bienes, servicios, beneficios económicos y beneficios sociales.
Como podrá suponerse, estas dos ideas acerca de lo que es una empresa, proyectan formas muy diferentes de actuar y de relacionarse con todos los elementos que constituyen su accionar: asociados, empleados, capital, propiedad, proveedores, competencia, clientes -en el caso de salud: usuarios y pacientes-, gobierno, desarrollo y sociedad. No hay que ser un “gurú” para entender que cuando se dota a las empresas de una responsabilidad que va mas allá de la consecución de intereses individuales, éstas desempeñan un papel fundamental en la construcción de una mejor sociedad y una institucionalidad democrática. Pensar en las empresas como afilados instrumentos con los que se pueda hacer y deshacer, en contra de todos los que no hacen parte de mi interés, genera formas de actuar y de llevar a cabo los negocios que a veces rayan con la inmoralidad, la ilegalidad o el ataque directo a la sociedad misma; de ejemplos están llenos el mundo y nuestro país, y en algunos casos, las instituciones han castigado su temeridad, pero en otros el infortunio para la sociedad sigue allí.
Ética empresarial en el sector salud
Como advenedizo sector económico, el sistema de salud colombiano ha entrado con todo el impulso y la fuerza que ha sido capaz, a competir en un mercado. Y claro, la inmadurez tiene sus costos, entendiendo muchos que la competitividad y la competencia consisten en “arrojar a sus competidores del mercado” y en consolidar posiciones mediante prácticas depredatorias, incluso sin medir adecuadamente el impacto que sobre sí mismos podrían llegar a tener. Así, en todos los niveles de la cadena sectorial, se respira un vaho de desconfianza y de desasosiego que hemos venido construyendo paso a paso, de forma inexorable durante los últimos años.
Como dice la economista española Adela Cortina, “la confianza es un recurso demasiado escaso, pero es precisamente ella la argamasa que une a los miembros de una sociedad, y las empresas emblemáticas por ello, refuerzan la vigilancia sobre su propia conducta”.
Es hora de que presidentes, gerentes, directores y funcionarios de las empresas que operan en el sector, piensen en algo diferente a las tarifas, los contratos y las formas de sacar “la mejor tajada”. Entendiendo que son muy importantes los temas relacionados con precios, ganancias, posiciones estratégicas y demás, es fundamental entender -y aplicar- que el funcionamiento de las empresas y su manera de llevar sus relaciones comerciales y económicas debe estar mediado por la aplicación de principios y la conjugación de ciertos valores éticos. Utilizando un lenguaje de persona de a pie, la Ética Empresarial se traduce en hechos como el cumplimiento de plazos, el ejercicio pulcro de procesos, la ejecución de normas y acuerdos de forma fluida, planteamientos claros y cumplimiento de compromisos, entender las necesidades de otros, negociar con altura y respeto, en fin, comprometerse con una línea de conducta seria y constructiva. El resultado, construcción de confianza.
Quiero proponer la revisión pausada y responsable de “La declaración de principios éticos del empresario colombiano”, emanados de la LI Asamblea de la ANDI, con la seguridad de que su aplicación haría mucho más simple nuestro Sistema General de Seguridad Social en Salud:
Declaración de principios éticos del empresario colombiano
1. Frente al Estado
Respetar y apoyar a las instituciones y autoridades legítimamente constituidas.
Colaborar con las autoridades en la recta aplicación de las normas.
Pagar los impuestos y demás gravámenes económicos establecidos por la ley.
Promover la concertación como mecanismo idóneo para la adopción de medidas y políticas que interesen al bien común.
Abstenerse de realizar actos comerciales con personas que se encuentren al margen de la ley.
2. Frente a la comunidad
Participar activamente en los asuntos gremiales, sectoriales y regionales.
Velar por la mejora de la calidad de vida.
Utilizar, dentro de las posibilidades de la empresa, la tecnología que represente un menor riesgo para el ambiente.
Participar en la medida de lo posible, en obras y actividades de beneficio común.
Promover la buena imagen de Colombia en el exterior.
3. Frente a los consumidores (Pacientes y usuarios) (1)
Procurar que los bienes y servicios sean de la mejor calidad.
Suministrar información veraz y suficiente sobre los bienes y servicios.
4. Frente a los empleados
Respetar, en todo momento, la dignidad de la persona humana y los derechos que le son inherentes.
Reconocer una remuneración adecuada.
Velar por la seguridad física y social de los empleados.
Brindar capacitación adecuada.
Promover un desarrollo integral.
5. Frente a la competencia
Obrar con lealtad, transparencia y buena fe en las relaciones comerciales.
Velar por el mantenimiento de un sistema de libre competencia.
Promover la creación de ventajas competitivas en los sistemas productivos y comerciales.
6. Frente a los proveedores y acreedores
Informar en forma veraz, transparente y completa sobre la situación económica de la empresa.
Cumplir con las obligaciones en la forma estipulada o de acuerdo con lo establecido por la ley.
Abstenerse de realizar actos que en forma fraudulenta, menoscaben el patrimonio de la empresa en detrimento de los terceros.
7. Frente a los socios
Proponer la distribución de beneficios, de acuerdo con las condiciones de la empresa.
Otorgar un trato equitativo.
Respetar sus derechos legítimos.
Informar, en forma veraz, transparente y completa, sobre el estado de la em-presa.
8. Frente a la propia empresa
Velar por el crecimiento, desarrollo y competitividad de la empresa.
Abstenerse de utilizar indebidamente información privilegiada.
Abstenerse de realizar actos que impliquen conflictos de interés.
Fomentar la investigación para el mejoramiento y desarrollo empresarial.
9. Frente a la transparencia
Contribuir a la consolidación de entornos de negocios basados en la integridad, la transparencia y la rendición de cuentas.
Rechazar y prohibir el soborno en cualquiera de sus formas, ya sea directo o indirecto.
Implementar prácticas para combatir el soborno en la empresa y en sus relaciones de negocio.

1- Anotación anexa del autor.

 



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