paciente, se remite para la realización de pruebas
pertinentes como electroencefalograma, polisomnograma, test
de latencia múltiple, video electroencefalograma, y
se le diseña el tratamiento más adecuado según
la dimensión de su trastorno de sueño.
La evaluación médica inicial es realizada por
el Coordinador de la Unidad de Sueño, el doctor Andrés
Fernando Franco Vélez, médico neurólogo
capacitado en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas
de La Habana (Cuba) y en el Hospital Clinic de Barcelona (España).
El diagnóstico se complementa con la realización
de diferentes pruebas, principalmente de polisomnografías,
para determinar la actividad eléctrica en el cerebro
durante el sueño, y monitorear la respiración
y cualquier anomalía en el flujo aéreo nasal
y oral (movimientos toráxicos y abdominales) que provoquen
problemas como el ronquido o la dificultad respiratoria (apneas);
igualmente, se realizan miogramas para evaluar el tono muscular,
y se establece la arquitectura del sueño
de cada paciente.
La Unidad de Sueño también ofrece servicios
innovadores, como los estudios en los recién nacidos
para establecer la madurez eléctrica y dar un pronóstico
neurológico, y el apoyo en la Unidad Cardiovascular
para el tratamiento de los síndromes de apnea e hipomnea,
muy asociados a la presión arterial y enfermedades
coronarias.
La gravedad de perder el sueño
La apertura y acondicionamiento de la Unidad de Sueño
del Hospital Universitario San Vicente de Paúl, nace
de la necesidad de brindar atención especializada al
creciente número de personas que empiezan a sufrir
alteraciones del sueño. Según el doctor Franco
Vélez, aproximadamente el 10% de la población
sufre de insomnio crónico, y un 40% ó 50% ha
tenido insomnio más de dos veces en su vida.
También está aumentando el número de
pacientes que sufren hipersomnio o narcolepsia, que es la
facilidad para dormirse fácilmente durante el día
tanto en actividades pasivas como activas, y de pacientes
que muestran conductas anormales mientras duermen (síndrome
de piernas inquietas y apneas o interrupción de la
respiración por períodos cortos de tiempo, que
se manifiesta con ronquidos altos y frecuentes).
Son tan graves las repercusiones de perder el sueño,
que los estudios acerca de estos trastornos se iniciaron a
mediados de los años 80, cuando luego de los accidentes
del transbordador espacial americano Challenger, la planta
nuclear de Chernobil en Rusia y la planta nuclear en la isla
de las Tres Millas en Estados Unidos, se descubrió
que una de las causas determinantes había sido la somnolencia
de las personas durante el día.
Desde entonces, los expertos en trastornos del sueño
vienen insistiendo en la urgente necesidad de investigarlos
y tratarlos oportunamente, para evitar situaciones cotidianas
de riesgo y mejorar sustancialmente la calidad de vida de
las personas afectadas por estos desórdenes, amén
de su productividad laboral y el mejoramiento de sus relaciones
sociales.
Los tratamientos ofrecidos en la Unidad de Sueño del
Hospital van desde la terapia cognitiva comportamental o terapia
de control de estímulo (también llamada de intención
paradójica), la terapia progresiva o de relajación,
la medicación cuando es necesaria, y la presión
positiva de la vía aérea continua para evitar
ronquidos y apneas.
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