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Se presentó Plan Nacional de Vacunación a Mesa Permanente de Concertación Indígena.
El pasado 3 de marzo ante presidentes y delegados de organizaciones indígenas, miembros de la Mesa Permanente de Concertación, así como subcomisionados de salud y el Viceministerio del interior, el Minsalud presentó el Plan Nacional de Vacunación contra Covid-19, con el fin de unificar criterios para la inmunización de estas poblaciones.
La presentación del Plan Nacional de Vacunación a las comunidades indígenas busca establecer la viabilidad de adelantar el proceso dentro de las diferentes particularidades autóctonas y culturales de cada comunidad respetando las libertades y creencias tanto de los grupos como de los individuos, lo que representa un “reto y una oportunidad para preservar la vida” de unos grupos poblacionales que se han visto gravemente afectados por la pandemia.
A su vez, el Decreto 109 de 2021 contempla la unificación de fases y etapas de priorización, según las condiciones de georreferenciación de determinadas comunidades, con el fin de garantizar la vacunación de la totalidad de la población. Vale tener en cuenta que en el país habitan 102 comunidades indígenas con quienes debido a sus diferencias culturales, se debe llegar a una concertación para aplicar las vacunas que los protegerán del Covid-19.
Frente a la posibilidad de tener un plan de vacunación incluyente en el que todas las poblaciones se beneficien, el ministro Fernando Ruiz afirmó: “hemos hecho un énfasis muy grande en las poblaciones indígenas y en las poblaciones afrocolombianas y hemos tenido una gran preocupación porque el plan de vacunación sea lo más incluyente e integrado posible. Lo que construyamos, lo construimos entre todos y para todos”.
El jefe de la cartera indicó: “Para los pueblos que quieran incluirse en el plan estamos pensando en una vacuna de una sola dosis” y explicó que utilizar las de dos dosis puede ser inefectivo porque se corre el riesgo de no encontrar a la persona nuevamente. De esta forma aclaró que los biológicos del laboratorio Janssen, llegarían en mayo y se aplicarán a este grupo de personas.
El proceso avanzará dependiendo de la ubicación de los grupos poblacionales, de acuerdo con su proximidad a los cascos urbanos y la facilidad en el acceso se podrían aplicar otras vacunas.
También Ruiz aclaró que para las comunidades indígenas que no tienen interés en la vacunación: “allí hay un gran respeto por sus consideraciones de la salud propia, pero sí quisiera que nos dieran una oportunidad de conversar sobre las vacunas y sus propiedades”.
Así mismo, Gerson Bermont, director de promoción y prevención del Ministerio de salud, destacó que para lograr el éxito y llegar a todas las poblaciones identificadas de acuerdo con su priorización, el diálogo con las comunidades ha sido clave y por ello se adelantan capacitaciones con diferentes grupos sociales para resolver dudas frente al plan.
“El proceso de socialización nos ha permitido resolver dudas de los líderes de las comunidades, quienes nos ayudarán a replicar información con quienes conviven y así derribar mitos frente a la vacuna contra el coronavirus”, resaltó Bermont.
El funcionario también expresó que en este proceso han sido fundamentales los espacios de concertación que permitan acuerdos para llevar a cabo la vacunación en sus poblaciones y añadió: “Esta labor de coordinación nos permitirá identificar los lugares donde se podrán habilitar los puntos de vacunación, respetando sus territorios”, agregó Bermont, quien también detalló que en esta labor deberán estar al frente las EAPB, EPS, EPSI, IPS e IPSI.
De otro lado, los líderes indígenas hicieron claridad que los pueblos del Amazonas son prioritarios por la variante brasileña del virus. Sin embargo, es de considerar que uno de los grandes retos que enfrenta Colombia en su plan nacional de vacunación, es llevar la vacuna a municipios apartados. Teniendo en cuenta la geografía del país, ya que se presentan limitaciones en el acceso para llegar a poblaciones donde hay que realizar, por ejemplo, largos recorridos por ríos o llegar en avionetas hasta la selva.
Frente al reto de vacunación con comunidades indígenas, Óscar Montero, miembro de la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) argumentó: “las comunidades indígenas están dispuestas a vacunarse, pero es necesario que haya una apropiada pedagogía y no se llegue de un día para otro a aplicar el fármaco”.
Montero agregó: “Para esto, se debe comenzar lo más pronto posible con unas visitas a las comunidades y explicarles, en su lengua y espacio, por qué es importante que se vacunen”.
De igual manera, el director de promoción y prevención señaló que se deberán diseñar, implementar y evaluar estrategias de educación y comunicación para la salud desde un enfoque intercultural y étnico, que permita a los diferentes grupos conocer las ventajas de la vacunación, aclarar mitos, falsas creencias y enseñar los cuidados adecuados posteriores a la vacunación, entre otros.
De otro lado, Danilo Villafañe, gobernador del cabildo Arhuaco, aseguró que su comunidad, al igual que el resto de los connacionales, están interesados en vacunarse, pero tendrán que llegar a un consenso con las demás poblaciones aborígenes y definir el paso a seguir.
La autoridad indígena de Arhuaco concluyó: “Es un tema que hay que consultarlo con los mamos que son las autoridades, y ver en su sabiduría qué piensan, pero como un líder externo yo pensaría que, si Colombia dentro de su política define una vacuna para prevenir el contagio que va a controlar la enfermedad pues bienvenido, siempre y cuando sepamos que es efectivo y no como una prueba”.
En el encuentro se abordó, también el Sistema Indígena de Salud Propio Intercultural (SISPI). Para el ministro de salud es importante actuar con la mayor celeridad posible en las acciones de salud pública para los pueblos indígenas en el marco del SISPI, propendiendo por garantizar las condiciones de bienestar para las comunidades.
Cabe anotar que, el Sispi nació como una política pública impulsada desde el Minsalud en el año 2012, la cual pretende privilegiar los conocimientos culturales de los grupos indígenas relacionados con la salud, la enfermedad y la sanación, para así crear un sistema de salud propio para esta población.
La Ley 691 del 2001 plantea la necesidad de crear sistemas de acceso a la salud que respondan a la especificidad cultural de las distintas poblaciones presentes en la nación colombiana. A su vez, esta ley apunta a reglamentar y garantizar el derecho al acceso y a la participación de los pueblos indígenas en los servicios de salud, en condiciones dignas y apropiadas, fundamentando los programas de salud en criterios de ‘‘pluralismo médico, complementariedad terapéutica y la interculturalidad’’ (Ley 691, 2001).
Según el decreto 1953 de 2014 el Sispi responde a ese sistema de salud pensado por y para los pueblos indígenas del país, por lo que se hace énfasis en la importancia del diálogo directo con las poblaciones en cuestión, siendo estas las principales constructoras del sistema con el apoyo de las instituciones del estado. En este caso, se apunta a que el Sispi se basa en un trabajo en conjunto entre población indígena y estado y sus instituciones.
En conclusión, avanzar de manera articulada entre las comunidades indígenas y el Ministerio de Salud en el Sispi, le permitirá a las comunidades indígenas consolidar un sistema propio de salud.
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