MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 293 FEBRERO DEL AÑO 2023 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com icono facebook icono twitter icono twitter

Hospitales a la altura del siglo XXI

Por: Yuly Andrea Atehortúa M.
elpulso@sanvicentefundacion.com

Nuevos vientos soplan para los hospitales públicos. Hay un propósito de recuperarlos y darles nuevamente capacidad resolutiva, dotados con la tecnología y avances que garanticen el derecho a la salud en todo el territorio colombiano, con empleados formalizados y bien remunerados, con respaldo estatal. Un proceso que según el actual Gobierno “será garantía de que el hospital continúe con su vocación investigadora, de conocimiento y que sea un hospital a la altura del siglo XXI”.

Fortalecerlos debe ser uno de los pilares de la transformación al sistema de salud, ha revelado la ministra de Salud, Carolina Corcho, una propuesta que resuena después de tres décadas de haber sido convertidos en Empresas Sociales del Estado, dentro de un sistema donde se debaten entre lograr la sostenibilidad financiera y prestar una atención de calidad para sus usuarios.

Casos como el del Hospital Universitario del Valle, que “sobrevive por su fuerza, también por la importancia social y científica que tiene, pero no justamente porque el modelo favorezca”, afirma la ministra. Este no es un caso aislado, la situación se repite en muchos municipios del país, donde los hospitales se han visto al borde de la quiebra y han tenido un alto déficit dejado por las EPS liquidadas.

De la deuda a clínicas y hospitales, que asciende a los $13.8 billones, corresponde a las EPS del contributivo el 51,2 %, a las EPS del subsidiado 21,7 %, deudas del Estado suman 9,5 % y el 17,6 % restante son servicios prestados a entidades de medicina prepagada, planes complementarios, aseguradoras SOAT, ARL, IPS y particulares.

En este estudio de cartera hospitalaria, realizado por la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC), con corte a 30 de junio de 2022, en el que reportaron información de 204 entidades, se revela que, en un semestre, de diciembre de 2021 a junio de 2022, la deuda incrementó $1.1 billones.

Los pros y los contras del nuevo modelo

El modelo de redes integradas e integrales de salud del gobierno Petro se soporta en los hospitales públicos de cada municipio, de ahí que se necesite fortalecerlos desde el primer nivel hasta la alta complejidad con infraestructura, dotación, tecnología y apoyo al talento humano. Sucede igual con la atención primaria que brindarían los Equipos Médicos Interdisciplinarios Territoriales (EMIT), en todo el territorio nacional, que también remitiría al hospital público, especialmente en municipios apartados.

Desde el análisis de Olga Lucía Zuluaga, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (ACESI), argumenta: “Vemos con muy buenos ojos la propuesta de modernización y recuperación de los hospitales públicos, teniendo en cuenta que son la representación del Estado en cada uno de los municipios alejados y apartados en el país, en donde alrededor de 750 municipios el hospital es el único prestador, de ahí que sea importante su fortalecimiento”.

Al respecto, puntualizó que “una de las grandes evidencias que se generó en la pandemia es tener una institución que le pueda garantizar el acceso a los servicios de salud a la comunidad y más ahora que se habla de realmente reglamentar la Ley Estatutaria de Salud, para que toda la población tenga acceso y goce del derecho a la salud”.

Para la directora ejecutiva de ACESI, se está planteando un retorno de la ESE al hospital público, “en donde lo primero sería eliminar la dependencia de la venta de servicios para la sostenibilidad del hospital público. Eso de entrada va a beneficiar el usuario, porque quiere decir que el hospital con proceso de laboralización va a tener un talento humano de acuerdo a las necesidades de la población y a los perfiles epidemiológicos, y no acorde a lo que alcancen los recursos por el recaudo que tenga por parte de las EPS”, aseguró.

En cuanto a la facturación y al manual tarifario único que se propone, Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas afirma que “hablar de un tarifario único es una tremenda incorrección, porque este es un país y un sistema que de alguna manera ha empezado a reconocer las variabilidades y sus aspectos positivos. El punto de análisis de un tarifario debe partir de los costos reales de prestación, de ser capaz de sufragar esos costos y asumir las variaciones que se tienen, ese es un asunto de gran preocupación para nosotros porque un tarifario único no es técnicamente viable para las instituciones como están hoy”.

Explicó que si se va a hablar de manuales de tarifas, se debe incluir el concepto de piso tarifario que permita crear una serie de diferenciaciones o ponderaciones por tecnología, por talento humano, por capacidad instalada, por resultados que se consigan en salud y por adherencia a algunos de los grupos que ya tienen niveles superiores de calidad probada, como los esquemas de acreditación de calidad adentro y fuera del país.

Cambios al interior del hospital que verán los usuarios

El director ejecutivo de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia (AESA), Luis Hernán Sánchez Montoya, coincide en que “es una noticia que recibimos con esperanza y expectativa, porque consideramos que el hospital público es la entidad que brinda servicio de salud en los lugares de más difícil acceso y vemos como una oportunidad que el Ministerio ponga sus ojos en estos sitios más apartados”.

“La posibilidad de transformar las ESE en hospital público o entidad sanitaria del Estado es una ventaja competitiva, porque tenemos la posibilidad de que los hospitales sean financiados por el Estado sin tener que esperar a facturar para poder pagar la nómina a los empleados. Para nosotros sería eliminar un dolor de cabeza de conseguir cada quincena y cada mes el salario de los profesionales”, reconoce Luis Hernán Sánchez.

En ese retorno de la ESE al hospital público, el director ejecutivo de AESA observa que es posible que se retorne al hospital público como era antes de la Ley 100, donde los hospitales se manejaban de forma centralizada. “Creo que con algunas modificaciones el espíritu será el mismo, pensamos que va a fortalecer al hospital público”.

Volver al hospital público implicaría cambios notables para la institución y para los usuarios, partiendo del tema administrativo, “al no ser empresas no se requieren asesores jurídicos, contadores, control interno, ese personal podría manejarse desde una cabeza de red, reduciendo el tema administrativo que es bastante oneroso”, observa Hernández, y agrega que “también cambiaría la misión y la visión del hospital público en el sentido de que se va a medir por resultados en salud, buenos indicadores en vacunación, baja mortalidad materna, baja mortalidad infantil, salud cardiovascular, otro tipo de mediciones para las que no se requiere personal administrativo sino asistencial”.

Añadió que el usuario final vería un cambio fundamental en la atención, especialmente con el trabajo que realizarán los EMIT en atender a los usuarios en sus propias casas y en lugares apartados, descongestionando los servicios de salud. “Como se va a trabajar en red no será necesario pedir permiso a las EPS para una autorización; dentro de la misma red se podrá remitir para procedimientos de mayor complejidad que se requieran”.

Y aunque considera esperanzador que se elimine la transacción comercial y que no se pague al hospital por sus resultados financieros, sino por sus resultados en salud, Hernández considera que “habrá que analizar con mucho juicio cómo va a ser la atención en municipios apartados, donde el hospital público es el único que existe y de alguna manera es monopolio público en la región, frente a los hospitales públicos de las ciudades capitales donde la dinámica es otra y hay una amplia oferta de clínicas privadas”.


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