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El sistema
de salud tiene más preguntas que respuestas: esto es
sano en un sistema en construcción, pero preocupante
cuando los cuestionamientos detectan fallas y no hay un norte
esperanzador. Éste fue el consenso durante el foro ¿Para
dónde va el sistema de salud en Colombia? convocado por
el Centro de Pensamiento Social y el Banco de la República
en Medellín el pasado 22 de abril.
Falta pacto por la protección
social
Raúl Hoyos Mejía, asesor del Ministerio
de la Protección Social, señaló que el
primer problema surge desde la interpretación del sistema:
Cuando se hizo la Ley 100, la vimos como una torta de
la cual cada |
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uno
quería el pedazo más grande. Llegó el momento
de un gran pacto social por la protección social, donde
veamos la Ley 100 para ser socios y no enemigos; este pacto
debe partir del aseguramiento, sea privado, público o
mixto, pero considerando que los recursos son limitados; debe
tener un POS por necesidades, pero no de las EPS, IPS, médicos
o algunos usuarios, sino por necesidades de la sociedad.
Agregó que otros problemas se remontan al origen de la
Ley 100: Cuando Juan Luis Londoño buscaba implementar
la carga de la enfermedad para establecer la UPC, ya había
un Mapipos del ISS que sirvió de base, pero nunca hubo
un estudio de carga de enfermedad de la población; la
Sentencia T-760 de la Corte Constitucional nos da la oportunidad
de utilizar la Encuesta Nacional de Salud para establecer esa
carga y determinar lo que realmente necesita la sociedad colombiana
en salud.
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El llamado
al pacto por la protección social es para todos los actores,
partiendo de reconocer culpas y establecer compromisos: Se
requiere confianza; no es posible que a las instituciones ejemplares
el Fosyga les audite todas las cuentas; sería un estímulo
a la calidad girar recursos de forma rápida para mejorar
las finanzas de muchas instituciones. Debe darse un pacto social
sobre atención primaria, prevención y promoción,
los médicos generales en atención primaria y medicina
familiar deberían estar mejor pagados que los médicos
generales que no la hacen. Es necesario involucrar otros actores
a la realidad del sistema, como productores de insumos e industria
farmacéutica. ¿Dónde su compromiso con
la protección social? Hay industrias farmacéuticas
con formatos para que los médicos formulen tal medicamento,
algunas prótesis de ortopedia tienen ganancias comerciales
hasta del 50% y eso afecta la sostenibilidad del sistema; debe
existir un régimen de estímulos, para que entidades
como Comfenalco y Comfama, excelentes en la prestación
del servicio, no salgan del sistema. ¿Qué pasa
con las EPS-S que sí dan utilidades? ¿Están
negando servicios? Se necesita un pacto de movilidad con EPS
nacionales.
Este pacto social incluiría compromisos: El Ministerio
debe tener un POS bien definido, reglas claras con los entes
territoriales, agilidad en flujo de recursos, guías médicas
fijas y buen sistema de información. En las EPS se necesita
más transparencia: hay EPS que su negocio son los recobros.
Los Comités Técnico-Científicos deben ser
más técnicos. Hay que fortalecer prevención
y promoción, y debe ser prestada por un ente nacional
único, sea mixto o privado: es muy difícil hacer
prevención y promoción en una casa y en otra no,
porque no pertenece a mi esfera. Las IPS deben hacer una facturación
real con auditorías preactivas. Las ESE deben ser más
eficientes y regionales: es más fácil contratar
con un operador que esté en 5 municipios. Y finalmente,
un pacto social incluye a la sociedad: ¿cuántos
finqueros y ganaderos tienen jornaleros en el régimen
subsidiado, y no hacen sus aportes legales? Hay que buscar una
fórmula: que paguen 20% y después lo deduzcan
de impuestos, puede ser una alternativa. ¿Cuántos
constructores consiguen plata a costa del subsidiado, al no
pagar salud?, concluyó Hoyos.
Retomar el foco central: la salud
El sistema de salud centró el foco de los
análisis en la viabilidad financiera, dejando de lado
los aspectos esenciales, afirmó Úrsula Giedion,
especialista en salud y consultora de CEPAL: No es sólo
mirar si la UPC alcanza o si los recursos se están agotando,
sino qué estamos logrando en las metas en salud; sin
embargo, los dos temas no se pueden desligar. Lograr buenos
resultados en salud sin equilibrio financiero es un espejismo:
hay que definir bien la UPC, saber cuál es la salud que
se puede dar a los colombianos. En términos financieros
estamos en un punto en el cual si no actuamos rápido,
el sistema se reventará: en el país hay cambios
estructurales en la población en términos demográficos
y epidemiológicos, y por la solicitud de servicios no
incluidos en los planes de beneficios.
El desbordamiento en la solicitud de servicios de salud no es
exclusivo de Colombia, según la consultora, pues varios
países de América Latina enfrentan el mismo problema:
Nos movemos en un escenario donde los economistas dicen
que hay escasez de recursos y al otro lado se plantea que hay
que defender el derecho a la salud; ambos tienen la razón,
pero es fundamental que los economistas entiendan que se necesita
una definición clara de cómo alcanzar metas en
salud y ellos deben garantizar un paquete básico con
el mejor beneficio para la población, no en términos
financieros sino de salud. Un elemento adicional pero
de primer orden, señalado por la doctora Giedion, es
que el sector de la salud sólo determina y explica un
10% de la morbi-mortalidad de la población, el resto
depende de factores como reducción de la pobreza, mejor
distribución de ingresos, vivienda adecuada, agua potable:
La salud es multidimensional y multisectorial, y sus soluciones
son transversales.
Y Galdino Besomi, director del Programa de Salud de la Corporación
de Investigación, Estudio y Desarrollo de la Seguridad
Social de Chile, considera que lo fundamental es mantener la
salud como foco del sistema, y los componentes financieros como
soporte para alcanzar metas y no para el enriquecimiento de
algunos actores: Es fútil discutir si movemos un
calculo actuarial para arriba o para abajo, si no impacta el
proporcionar salud. |
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