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Si bien el foro ¿Es
posible un acuerdo social para salir de la crisis del sistema
de salud? en la Facultad Nacional de Salud Pública
de la U. de Antioquia permitió identificar puntos de
acuerdo entre los actores del sistema de salud, también
mostró que subsisten desacuerdos importantes que dificultan
llegar a un gran Pacto Nacional por la Salud. |
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En
las intervenciones se evidenció que no existe consenso
sobre la necesidad de que haya un plan de beneficios que deba
garantizar el sistema.
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Más
allá de los acuerdos
y diferencias entre los actores
del sistema de salud, se evidenció
la necesidad de abrir un diálogo
social de proyección nacional
para alcanzar los consensos
entorno de alcanzar un
mejor sistema de salud. |
En el tema afloraron
dos tendencias: la primera señala que el derecho a la
salud debe tener un contenido preciso, para evitar esa indefinición
que ha permitido abusos, y por ello debe existir un plan de
beneficios limitado; la segunda señala que debe existir
una garantía del derecho integral a la salud, pero con
limitaciones explícitas en temas como tratamientos suntuarios,
en fase de experimentación y tratamientos en el extranjero.
En cuanto al flujo de recursos, otro talón de Aquiles
del sistema, aunque hay consenso en que exista un fondo único
recaudador para la aplicación de los recursos, se presentaron
dos posiciones; la primera defiende la dispersión de
los recursos desde el fondo único a nivel central hacia
los prestadores, la segunda plantea la necesidad de implementar
un agenciamiento o intermediación descentralizada. Y
otro punto crítico en el que no hay consenso, es sobre
la función de la figura de las EPS. |
Lograr acuerdos plenos
se dificulta en la medida que subsistan en las instituciones
intereses centrados en la rentabilidad financiera, lo cual
limita los espacios para la prevalencia de lo social en favor
de la salud de los colombianos.
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Como indica la relatoría, las posiciones planteadas
fueron: la primera es continuar con el modelo aclarando sus
responsabilidades y donde las EPS sirvan de articuladores
para satisfacer necesidades de la población, garantizando
que los servicios requeridos sean ofertados; una segunda posición
propone una gerencia intermedia, el cambio de rol de las EPS
hacia una administración regulada con remuneración
posterior al cumplimiento de determinadas labores; una tercera
propuesta parte de desaparecer a las EPS porque su papel no
agrega valor al sistema, y cambiar su presencia por una gestión
territorial de recursos en fondos regionales de conformidad
con las necesidades de los territorios. Una última
figura plantea que se requiere fortalecer el ejercicio de
soberanía frente a la regulación del mercado
de medicamentos y tecnologías biomédicas, reconociendo
la necesidad de políticas macroeconómicas que
fortalezcan la función de rectoría del caso.
En conclusión: Más allá de los acuerdos
y diferencias entre los actores del sistema de salud, el foro
evidenció la necesidad de abrir un diálogo social
de proyección nacional para alcanzar los consensos
en torno de alcanzar un mejor sistema de salud, situación
que se demostró que sí es posible de lograr.
En el ambiente continúa cierto escepticismo a pesar
del buen ejercicio adelantado en Medellín, puesto que
lograr acuerdos plenos se dificulta en la medida que subsistan
en las instituciones intereses centrados en la rentabilidad
financiera, lo cual limita los espacios para la prevalencia
de lo social en favor de la salud de los colombianos.
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