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En el último
número del Observatorio de la Seguridad Social, el Grupo
de Economía de la Salud (GES) presentó un panorama
general de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles
(ECNT).
Reconociendo 4 grupos de enfermedades (cerebro-cardiovasculares,
diabetes, cáncer y respiratorias), se ofrece una lectura
de la problemática a la luz de la teoría económica,
indicando las fallas de mercado subyacentes y la justificación
de la intervención del Estado en procura de su prevención
y tratamiento; se muestran algunas evidencias sobre su impacto
macroeconómico; se presenta una revisión para
Colombia de evaluaciones económicas que consideran estas
enfermedades, y se plantean unas conclusiones para animar la
discusión sobre las implicaciones para nuestro país. |
Conclusiones
A continuación, las principales conclusiones
del trabajo que está publicado en la página web
de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
de Antioquia.
Las enfermedades crónicas constituyen uno de los principales
retos a que se enfrentan los sistemas de salud y las economías
del mundo. La brecha entre las necesidades determinadas por
las enfermedades y las posibilidades tecnológicas para
su atención, por una parte, y la disponibilidad de recursos
públicos para financiar la prestación de servicios
de salud, por la otra, es muy marcada en el caso de las ECNT
pues se tienen aumentos considerables de la población
afectada, y se ofrecen medicamentos y programas de diagnóstico
y control más costosos. |
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Con razón varios
organismos internacionales convocan a los países a tomar
medidas sobre el particular, y presentan evidencias y proyecciones
sobre el impacto económico y fiscal de estas enfermedades
en el futuro.
Aunque el envejecimiento de la población y un mayor nivel
de ingresos pueden ayudar a explicar el aumento en la incidencia
de estas enfermedades, se reconoce que las personas más
afectadas están en los países menos desarrollados
y entre la población de ingresos bajos de los países
desarrollados. Esto es debido especialmente a la presencia,
en dichos países y entre esta población, de ciertos
factores de riesgo que pueden evitarse y del gran peso de la
enfermedad entre personas jóvenes. Además de una
mayor probabilidad de morir a causa de una enfermedad crónica,
estos grupos de personas poseen unos hábitos de consumo
o comportamientos que en sí mismos constituyen factores
de riesgo para sufrir alguna enfermedad crónica.
Se encuentra así un espacio importante para las políticas
públicas encaminadas a evitar y controlar las enfermedades
crónicas. Factores como el tabaquismo, el consumo de
alcohol, los malos hábitos alimenticios y la falta de
actividad física, hacen razonable la intervención
del Estado mediante acciones como: aumento de impuestos a bienes
no saludables y prohibición de su venta a menores de
edad; regulación de la publicidad y la venta de alimentos
poco saludables; promover el etiquetado de productos con su
respectivo contenido nutricional o con los posibles efectos
negativos sobre la salud, y adecuar zonas públicas para
realizar actividad física.
Estas acciones, en la medida en que hagan parte de un programa
público sistemático, podrían generar un
efecto multiplicador, pues no sólo afectan la decisión
de un individuo en cuanto a dejar un mal hábito de salud
o motivarse a realizar uno bueno, sino que afectará también
a las personas su alrededor.
Colombia tiene una situación preocupante en cuanto a
las ECNT y sus factores de riesgo. Ante esta amenaza, resulta
prioritario que se organicen planes de acción que permitan
combatirla y frenar el aumento de los pacientes, y por ende,
de las tasas de mortalidad prematura asociadas a este tipo de
enfermedades. Darle prioridad a este problema de salud y ejecutar
acciones contundentes para atacarlo, no solo traerá consecuencias
positivas para los individuos al reducir su propensión
a padecer algún tipo de ECNT, sino que beneficiará
variables asociadas al crecimiento y al desarrollo económico.
A la par con las acciones a emprender, se requiere una agenda
de investigación que busque mayor evidencia sobre las
implicaciones de las enfermedades crónicas, tanto en
el plano social como en el económico y fiscal. Es necesario
contar con mayor información para conocer los gastos
asociados a estas enfermedades, así como sus principales
determinantes. Se tienen proyectos en marcha que pueden ayudar
a mejorar este panorama, como el programa iniciado por la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) para tener perfiles de la situación
por país, el Boletín de Enfermedades Crónicas
iniciado por el Ministerio de Salud, y la creación del
Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud.
Todo esto, unido al interés de la academia por desarrollar
investigaciones, puede ayudar a mejorar la comprensión
de la problemática y a tomar acciones para reducir la
mortalidad temprana por ECNT y a desarrollar programas de prevención
y de atención costo-efectivos. |
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