MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 5    NO 47   AGOSTO DEL AÑO 2002    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

“Falta humanización
en el sistema de salud”

Olga Lucia Muños Periodista Medellín elpulso@elhospital.org.col

Así, con el pleno convencimiento de haber conocido de primera mano el dilema cotidiano entre la realidad social de los pacientes y un sistema que no siempre les resuelve sus necesidades de salud, la Superintendente Gloria Isabel Triviño Valenzuela sopesa la gestión desarrollada al frente de esta entidad durante los últimos 7 meses.

"No bastaría con decir que hay mucho por hacer, porque la Superintendencia Nacional de Salud es una instancia todavía difusa, por la enorme cantidad de información que maneja, que ahora mismo se está reajustando con las herramientas que le ha venido dando la normatividad para mejorar el cumplimiento de sus funciones de inspección, vigilancia y control, pero que entraña una enorme responsabilidad, porque cuando estamos en un sistema que no le está asegurando el derecho a la salud a mucha gente, tiene la obligación de hacer gestión directa para reclamar por lo menos el trato digno al enfermo y exigir la reflexión a los agentes del sistema".
Siempre insistía a sus colaboradores en que la Ley 100 era adecuada, pero que necesitaba ajustes porque en su reglamentación e implementación faltaban elementos, y que ello se evidenciaba en los testimonios de las personas que solicitaban por ejemplo atención de urgencias y tenían que recurrir a una tutela para demandar servicio. Al ser así, algo estaba fallando, y llegaba entonces la gran angustia de saber que había muchos pacientes en muchos hospitales o centros asistenciales sin que nadie los pudiera ayudar, y que a las EPS y ARS había que recalcarles que quizás esos enfermos no eran de su competencia, pero que por lo menos no les cerraran las puertas, que hicieran gestión a su favor.
"¿En qué momento la normatividad rompió la humanización en la salud y la volvió mercancía?" se pregunta, porque quienes ingresaron a la salud como negocio, deben estar absolutamente conscientes de que están prestando un servicio social a un ser humano que tiene su vida en peligro. En esta situación, no basta con el hecho de que las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud, IPS, se vean obligadas a asumirlo todo, porque existen deudas muy grandes que nadie quiere reconocer y hasta el mismo Estado se comprometió a pagar y a veces no lo hace.
A la Ley 100 tienen que faltarle elementos, dice, porque no puede ser tan buena si se muere tanta gente, y no se puede negar que es una ley más de corte economicista que humanista, que al contemplar la salud como negocio, pierde mucho en humanización, reiteró.
Por eso, sus más grandes angustias fueron al sentir la imposibilidad de la Superintendencia de ayudar a que el sistema fuera efectivo y garantizase el derecho a la salud, lo que muchas veces la obligó a enviar a los pacientes a instaurar tutelas para reclamar ese derecho, pero que fueron resueltas cuando era demasiado tarde. De ahí que su prioridad en la gestión fueran las urgencias y su atención, porque las consideraba la puerta de entrada al sistema, donde lo esencial era garantizar su atención y luego resolver quién pagaba.
Por todo eso, después de reconocer que "hay más muertos en Colombia por falta del derecho a la salud que por la misma guerra" y que "los paseos de la muerte se viven en todas partes del país", la doctora Triviño Valenzuela presentó los puntos en los cuales avanzó en su corta administración.
Lo primero: conocer al usuario
"Dentro del mejoramiento de la atención de esta entidad, nos propusimos como primera medida conocer al usuario que acude a la Superintendencia, elaboramos instructivos especiales que nos permitieran llevar estadísticas de número, tema, casos, responsables de atención, preocupaciones, y así mejorar la capacidad de respuesta. También adecuamos un local especial, más amplio y moderno en la carrera séptima en Bogotá, donde junto con el Ministerio de Salud, estamos orientando a los usuarios sobre la información que necesitan en un momento dado.
Dado que consideramos prioritaria la atención de las urgencias, porque la mayor parte de consultas y quejas nos llegan por este aspecto ante la gran deficiencia en su atención, estamos propendiendo que los entes territoriales manejen muy bien el control de referencias y contrarreferencias. En esta línea está también el control que estamos haciendo a las ambulancias, porque por primera vez se hizo una convocatoria para conocer su estado en todo el país: ya tenemos más del 80% de esa información y eso nos da entonces un gran instrumento para hacer medición. Lo otro es la verificación personalizada de la situación, ya que me desplacé a 4 o 5 ciudades, donde escogía igual numero de hospitales para visitar personalmente las urgencias y así obtener información directa", señaló.
Instrumentos para el control
La señora Triviño destacó la gestión financiera que ha permitido disponer de más elementos para el control, dentro de los cuales se destaca la elaboración de algunos indicadores de alarma sobre la situación de IPS y ESE, que advierten cuáles deberían entrar a Ley 550 o de reestructuración económica, cuáles deberían estar en proceso de liquidación y cuáles ameritan un control o intervención urgente de parte de la Superintendencia.
Igualmente, se está diseñando un modelo específico para las EPS indígenas, porque dada su particularidad y régimen especial, vienen presentando muchos problemas específicos; en rentas se está promoviendo el pago de transferencias a la salud con oportunidad, y para enfrentar la evasión y la elusión, después de la detección de unos $1.900 millones mensuales solo en salud en Bogotá mediante trabajo coordinado con el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Salud, se replicará la gestión a nivel nacional en las 5 líneas de empresas del sector real detectadas como las mayores evasoras, como las de vigilancia por ejemplo, para avanzar en el control. Y frente a las llamadas "agrupadoras" que se dedican a hacer múltiples afiliaciones, se han iniciado investigaciones junto con los organismos de seguridad, porque se encontró un verdadero "cartel" de las mismas que operaba en varias ciudades.
Recuperar 4 billones de pesos en liquidaciones
Esta sería más o menos la cifra de los recursos de la salud que podrían recuperarse en los 144 procesos de liquidación que está
adelantando la Superintendencia; una de las primeras gestiones de la doctora Triviño al llegar al cargo, fue constituir un grupo especial encargado del tema, toda vez que en las previsiones nunca se pensó que fuera necesario tenerlo, porque no se esperaba tanta inestabilidad en las empresas del sector salud, a menos de 10 años de constituidas dentro del nuevo esquema de la reforma.
De esos 4 billones de pesos, 2 billones corresponderían a dineros involucrados en casos de corrupción, que si bien se están investigando junto con la Oficina Anticorrupción de la Vicepresidencia de la República, serán más difíciles de recuperar por los procesos penales que implican y las órdenes de captura emitidas, pero cuyos casos no deben abandonarse porque faltaron a la fe pública de las personas que confiaron sus recursos a estas empresas, les prestaron unos servicios y ahora deben devolverlos, advirtió, sin dejar de reconocer que en la atención de estos casos, hace falta más capacidad técnica de la disponible actualmente en la Superintendencia.
Otras generalidades
La doctora Gloria Isabel Triviño, destacó el hecho de que la Ley 715 de 2001 hubiese ampliado el ámbito de control de la Superintendencia de Salud y la estructuración de sus competencias, además de la entrega de instrumentos frente a fiscales y funcionarios del orden territorial, de los cuales antes era imposible obtener registros o algún tipo de información.
En cuanto a recursos del régimen subsidiado a los cuales no se les dio un manejo óptimo, pero que nadie sabía en donde estaban, se logró obtener información en un 52% de lo requerido, que arrojó datos por $145.000 millones de los años 95 y 96; ahí se iniciaron
acciones ante Procuraduría y Fiscalía por sustracción de dineros y se inició proceso a más de 300 alcaldes por no haber enviado la información correspondiente.
De las IPS que tampoco presentaron información requerida por la Superintendencia con corte a 31 de marzo de este año, 1.771 fueron investigadas y cerca de unas 400 atendieron el requerimiento gracias a las nuevas facultades otorgadas por la ley. Otra facultad concedida por la Ley 715, fue la de poder cobrar las multas que decretaba, cuya suma ascendía a $11.000 millones, para lo cual se creó una oficina de cobro coactivo que recuperará esos dineros para el Fosyga o para el sector en todo caso.
Otro logro fue el primer cobro de la tasa a favor de la Superintendencia, realizado en abril pasado con más del 80% en dineros y respuesta del 60% de los vigilados, mucho más de lo presupuestado, a pesar de que se llevaban más de 3 años tratando de sacar adelante esta iniciativa, pero ahora se espera incluso, superar el 90% de la meta de recaudo.
Reestructuración del SIVC
A juicio de la Superintendente Gloria Triviño, la entidad recibió un espaldarazo con el decreto 1280 de 2002, recién expedido con facultades extraordinarias, porque a su juicio, cambia completamente los paradigmas de control que se venían exigiendo, principalmente en 3 aspectos esenciales.
Con un universo de 480.000 vigilados, no hay ninguna estructura que facilite la inmediatez en la relación de vigilancia y control, por lo que ahora se apostará a la vigilancia mediante 2 mecanismos: un control primario, una especie de autocontrol o autoevaluación, donde los vigilados deberán reportar a través de sus oficinas de control interno, auditorías y revisorías fiscales, la forma en que están actuando; y en segundo término, la Superintendencia asumirá la responsabilidad de esos agentes que hacen el control inicial, utilizando a las personas que cumplan las funciones de revisores fiscales o auditores en salud, porque los 7.000 revisores fiscales que se tienen en el sistema desde la Supersalud, cuestan mucho dinero y su trabajo apenas si se ve, por lo que ahora se le apostará al control interno.
El segundo cambio grande de paradigma consiste en que al tener el control primario, el control ya no va a ser sobre los agentes sino sobre los procesos, partiendo de los 3 grandes ejes temáticos en que el decreto divide al sistema: aseguramiento, financiamiento y prestación de servicios.
Y el tercer gran cambio de paradigma es determinar que en la medida en que se necesita una efectiva articulación, coordinación y funcionalidad, la Superintendencia se erigirá como el director o la piedra angular del sistema de control, con un direccionamiento bajo el Esquema de Gestión que se actualizará cada 2 años, con definición de competencias, instrumentos, resultados esperados y formas de medición de los resultados. La Supersalud quedará como la gran directora de obra y para ello dispondrá de una Red de Controladores operativa, integrada por los agentes de control y revisores fiscales, además de organismos como el Ministerio, el Invima, la misma Superintendencia, los cuales facilitarán que la información fluya para todos sin que existan eventos sueltos; dentro de eso, resta definir las competencias de los entes territoriales en la cadena. Este esquema de reestructuración se le dejará entonces al nuevo gobierno, para que entre a concertarlo con los vigilados y así obtenga una mayor acogida y efectividad.
La reestructuración de la Superintendencia va a adelantarse según este nuevo modelo, con 2 líneas de acción: una dedicada a los agentes de control, habilitación del control y operativización de la Red de Controladores, mientras la segunda gran rama estructurará los 3 macroprocesos por eje temático: aseguramiento, financiamiento y prestación de servicios, coordinados a través de una gran oficina que haría la interrelación constante con el gobierno y los usuarios.
Lo que también debe considerarse, es que todo el proceso demanda una gran transformación desde la Informática, que responda a las nuevas necesidades, para entrar a publicar informes de coyuntura y elaborar planes estratégicos que sean útiles a todo el sector, concluyó la Superintendente.
Ahora, la doctora Gloria Triviño dedicará todas sus energías y desvelos, a la constitución de una fundación que luche a brazo partido por la humanización del sector salud y la medicina en Colombia, indicó, porque después de conocer el sector de cerca, nadie puede quedarse manicruzado, esperando a que el sistema funcione por obra y gracia divina.

 



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