El gobierno nacional
ha urgido a las comisiones séptimas del Congreso y
el Senado para que se apresure la evaluación de los
temas propuestos. Sin embargo, según expuso para El
Pulso el ponente de dicha reforma, senador Bernardo Alejandro
Guerra Hoyos, no obstante la declaratoria de urgencia del
gobierno, "si en ese periodo no hay claridad en algunos
temas, seguramente el Congreso no va dar ni atribuciones y
eso necesitará una ampliación del proceso".
Los primeros debates en Cámara y Senado, han dejado
sinsabores entre congresistas y senadores, porque para algunos
el afán del gobierno está motivado en "querer
subsanar el desempleo y el problema de los recursos para pagar
las mesadas en los próximos años, pero lo único
que hay es un reajuste de normas, pero no la solución
al problema del desempleo en Colombia", como lo expreso
en sesión plenaria, el senador Omar Hernando Baquero.
A las divididas posiciones y los intereses que existen entre
los grupos políticos para avanzar en el debate, se
suma el enfrentamiento entre empresarios y trabajadores, porque
para los primeros las reformas pensional y laboral van en
la dirección correcta para flexibilizar y mejorar el
entorno de las compañías, mientras que para
los segundos, "lo que se está pensando en realidad
no es aumentar la cobertura ni mejorar las pensiones, sino
en resolver el problema fiscal del país".
El Ministro de Salud y Encargado de Trabajo, Juan Luis Londoño
de la Cuesta, ha reiterado que las propuestas laborales y
de pensiones integran reformas que buscan mejorar las condiciones
a empresarios y trabajadores, y reducir el desempleo al 10%
al finalizar el mandato de Uribe Vélez, pero aún
queda tela por cortar.
"Inicialmente como ponente, lo que considero es que se
debe escuchar a las personas interesadas, principalmente representadas
en las centrales obreras y la clase empresarial, a un gran
número de compatriotas desempleados. Al fin y al cabo,
el incremento de semanas de cotización, el incremento
de la edad pensional, el acabar con el régimen de transición
y acabar con los privilegios de algunos funcionarios del Estado,
necesita que haya una suficiente sustentación para
tomar las determinaciones mejores para el país",
sustentó Bernardo Alejandro Guerra Hoyos.
Por eso, el debate no podrá ser a pupitrazo, máxime
cuando varios de los ponentes han expresado que de no poder
realizar algunas modificaciones y ventilar otras alternativas
en foros, renunciarían a la ponencia.
Entre el tintero, están también las opiniones
de varios sectores económicos, que consideran que solo
se benefician con la propuesta pensional los fondos de pensiones
del país, y que el aumento de la edad de jubilación
no es promisoria en un país donde no se genera empleo
para jóvenes y viejos.
Más preocupante resulta ser la situación si
se tiene en cuenta que el envejecimiento demográfico
es una constante en aumento en el país, según
la "Agenda sobre Envejecimiento Colombia Siglo XXI"
que elaboró la Asociación Interdisciplinaria
de Gerontología.
Según los análisis realizados con la colaboración
de varias instituciones colombianas, anualmente unas 80.000
personas se adhieren a la población mayor a los sesenta
años y a finales del año 2030, el aumento a
la lista de los adultos mayores será cuatro veces mayor.
Ello, sumado a la expectativa de vida en el país estimada
en no superior a los sesenta años, supone que a un
viejo no le va a quedar tiempo de disfrutar de su pensión.
Remolino económico
Asimismo, la discusión de ambas reformas, la pensional
y la laboral, planteadas para disminuir los gastos laborales,
tiene un efecto remolino en una economía donde el mercado
interno está a ras con las posibilidades de la población,
pues cada vez son menores los ingresos y por consiguiente,
hay menor desarrollo económico.
Esto sin contar que el origen de las iniciativas está
inmerso en un ambiente enrarecido con unos pasivos pensionales
calculados en unos cuatrocientos billones de pesos y un desempleo
superior al 16%.
Por su parte, Julio Roberto Gómez, Secretario General
de la Confederación General de Trabajadores Democráticos
CGTD, dijo que "las reformas hacen parte del proyecto
fraguado el año pasado en Washington y el Gobierno
se vuelve a equivocar al distribuir la pobreza y no la riqueza
del país".
Los sindicatos, que señalan que no fueron consultados
por el gobierno nacional para esbozar las propuestas, están
dispuestos a no dar el brazo a torcer e hicieron un primer
paro cívico, al que le seguirá otro, y anunciaron
que a este último se sumarían otros sectores
distintos a los empleados públicos, pues consideran
que si bien hay que estudiar mas las iniciativas presentadas
por el gobierno nacional, la pelea contra las reformas la
darán jurídicamente y con el rechazo en manifestaciones
públicas y las plazas del país.
Por lo pronto, la intención del presidente Alvaro Uribe
Vélez es reformar la Ley 100 y dar continuidad a la
aspiración de hacer ajustes para el crecimiento del
país, que también había esbozado su antecesor.
"Ello, para poder crecer y no para darle gusto al FMI",
dijo el Ministro de Salud y Trabajo, al enfatizar que se buscan
reformas de responsabilidad fiscal con protección social.
Olav Gronlie, Jefe de la Misión del Fondo Monetario
Internacional en la visita realizada hace poco a Colombia,
dijo que la entidad a la que pertenece respalda la intención
del Gobierno nacional de aumentar la edad de pensiones, así
como el impuesto IVA y otros gravámenes.
Lo cierto es que han sido muchas las críticas, pero
a la vez pocas las contrapropuestas que han salido al aire,
y lo único claro es que en medio de la caótica
situación del país y el difícil entorno
económico colombiano, la futura vejez de quienes están
económicamente activos podría convertirse en
una pesadilla.
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