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HOSPITAL
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El Hospital
Universitario de San Vicente Fundación nuevamente es
ejemplo nacional al resolver la disposición final de
dos fuentes radioactivas de Cobalto-60 que utilizó por
años en su servicio de radioterapia, problema que deben
solucionar otras instituciones de Colombia. En algunos hospitales
del país todavía existen estas fuentes, porque
los primeros equipos de radiación ionizante con los que
se trataron enfermedades oncológicas usaban una fuente
de Cobalto-60, isótopo radioactivo usado en el mundo
desde los años 50 hasta los 80, pero en Colombia todavía
hay equipos funcionando con ellas para hacer radioterapia. |
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Norman
Harold Machado, físico con maestría en física
médica, experto en tratamiento del cáncer con
radiaciones ionizantes en el servicio de radioterapia del Hospital
Universitario de San Vicente Fundación, explicó
que la fuente de Cobalto-60 es una pastilla con un diámetro
de dos centímetros, que emite un haz de radiación
gamma de cobalto sobre el tumor del paciente. Cada pastilla
tiene 10.000 curios de actividad y cada 5.3 años pierde
la mitad de ella, decaimiento que afecta la duración
del tratamiento y obliga a cambiarla.
A buen recaudo
En Colombia la radioterapia con equipos de Cobalto-60
empezó en los años 60 y en esa época el
Hospital adquirió su primer equipo de Cobaltoterapia:
un Gammatron Siemens. En los años 70 llegaron al país
muchas fuentes de cobalto, pero la legislación no obligaba
a su poseedor a comprar la reexportación a la empresa
vendedora, cuando decayera su capacidad de radiación.
El Plan Nacional de Cáncer del gobierno dotó a
varios hospitales públicos de equipos de radioterapia
con sus fuentes de cobalto y le donó al Hospital San
Vicente de Paúl en 1978 un equipo canadiense denominado
Theratrón 780.
En el Hospital se importa trimestralmente una fuente pequeña
de Iridium 192 de 10 curios, usada para braquiterapia e implantes
para el cáncer de cérvix y próstata; estas
fuentes tienen licencia de exportación y reexportación.
Por eso el Hospital tramita ante Ingeominas la licencia de manejo
de material radioactivo, pero hace unos 2 años, Ingeominas
cuestionó la formalización del manejo de las dos
fuentes de Cobalto-60. |
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La
solución
Para resolver el problema, se contrataron los ingenieros
argentinos que instalaron el Gammatrón, para que lo desmontaran
y lo pusieran en lugar seguro, donde no dejara escapar radiación
a pesar de su baja actividad; y contrataron a Gemedco para desmontar
el Theratrón 780. Luego empacaron la cabeza completa
de los equipos en contenedores.
Ingeominas estipuló que la única forma de sacar
las fuentes radioactivas del Hospital era en contenedores Tipo
B (para transportar material radioactivo), resistentes a incendios,
impactos, inmersiones, etc. El Hospital contactó a los
fabricantes en el exterior y éstos se negaron a llevarse
las fuentes, y no quisieron alquilar o vender los contenedores
Tipo B.
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El Hospital
entonces, con ingeniería y mano de obra colombiana, y
con el visto bueno de Ingeominas, fabricó contenedores
Tipo B bajo especificaciones de Arreglos Especiales,
con muchas pruebas de resistencia. Luego se garantizó
el transporte desde Medellín hasta el búnker de
Ingeominas en Bogotá, con las debidas condiciones de
seguridad.
Ingeominas entregó la licencia para el traslado y puso
al Hospital Universitario de San Vicente Fundación como
modelo para instituciones del país que aún tienen
fuentes radioactivas. El pasado 19 de octubre, el Hospital hizo
el traslado de la primera fuente (cuyo contenedor pesaba 2 toneladas),
con una empresa experta en transporte de material radioactivo;
la segunda, que pesaba una tonelada, se envió el pasado
27 de octubre. Cada camión llevó los emblemas
de Naciones Unidas y los de material radioactivo, tuvo escoltas
de vigilancia y restricción de velocidad máxima
de 40 kilómetros por hora.
Vale destacar que el Hospital no escatimó esfuerzos durante
dos años, para lograr este cometido. Las fuentes llegaron
sin problemas a Bogotá y ahora Ingeominas las tendrá
en el búnker por 70 años; cuando decaiga totalmente
su actividad, serán depositadas como residuos normales,
tal como el material radioactivo de medicina nuclear en los
hospitales. |
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