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Medicina
y espiritualidad
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Éste, probablemente,
es el perfil del profesional de salud que requiere la post-guerra
en el país: un ser humano, cuya única y mejor
especialidad consistirá en diagnosticar secuelas físicas
y emocionales que deja el dolor de la violencia, y en tratar
dolencias del alma con herramientas tan desafiantes como el
perdón. |
Hace varios años,
iniciando mi servicio social obligatorio en el municipio de
Granada (Antioquia), recibí en el consultorio a una paciente
con múltiples síntomas, todos ellas sin ninguna
relación aparente: dolor de cabeza, dolor de espalda,
palpitaciones, insomnio, dolor en varias articulaciones, indigestión,
ardor en el estómago
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Mi frustración iba en aumento,
a medida que la mujer me iba relatando una lista de síntomas
que parecía infinita. Luego, procedí a examinarla,
y la encontré con presión arterial y frecuencia
cardíaca elevadas. Estaba confundido. Por fortuna, el
recuerdo de distintas páginas de textos de semiología
clínica vinieron en mi auxilio y pregunté: ¿Cuándo
aparecieron los síntomas?.
De repente, mi paciente rompió en llanto. Ello, aumentó
aún más mi extrañeza, que se transformó
en perplejidad e impotencia cuando aquella mujer me relató
que todo el cuadro clínico había iniciado semanas
después de la toma guerrillera en su municipio, en el
año 2000. Fui notando con el paso de los días,
como muchos pacientes experimentaban gran cantidad de síntomas
no solo psicológicos sino físicos, luego de la
racha violenta que cedió un poco, unos años después.
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Esta anécdota
que sin duda muchos de los lectores han vivido, puede servirnos
para reflexionar acerca del tipo de medicina que hemos de practicar
no sólo en medio de la guerra sino en un eventual post-conflicto.
De acuerdo con distintas investigaciones, la violencia ocasiona
secuelas como pérdida de sentido, sensación
de desesperanza e indefensión, tristeza, angustia, ansiedad
permanente, desconfianza, entre otros (López, 2014).
En ese sentido, los procesos de paz que han sido exitosos en
el mundo, no sólo hicieron una necesaria inversión
en infraestructura económica, sino también en
infraestructura psicológica y social que garantizaron
una paz duradera.
Como personal de salud, deberíamos ser más conscientes
de nuestro papel como promotores de perdón y reconciliación,
no sólo porque son aspectos fundamentales en la reconstrucción
de tejido social, sino porque son prácticas espirituales
que favorecen la salud. Pero, ¿deberíamos aprender
más sobre el perdón? |
Como personal de salud,
deberíamos
sermás conscientes de nuestro papel como
promotores de perdón y reconciliación, no sólo
porque son aspectos fundamentales en la reconstrucción
de tejido social, sino porque son prácticas
espirituales que favorecen la salud.
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Se sabe que el resentimiento
enferma tanto al espíritu como al cuerpo. En una investigación
publicada en Journal of Behavioral Medicine (2007), se tomó
un grupo de estudiantes a quienes se les pidió que recordaran
al mayor agresor de su vida. Luego eran evaluados y se les encontraba
un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión
arterial al experimentar ira y rencor. En aquellos que habían
tenido reacciones físicas más dramáticas,
se encontró elevación de la frecuencia cardíaca
y la presión arterial, semanas e incluso meses más
tarde, incluso sin que pudieran recordar el estímulo
inicial que había generado dicha respuesta fisiológica.
Nuestros pacientes y nosotros, somos maestros y aprendices en
el arte de la compasión y la empatía. Caminando
juntos, aprendemos sobre el perdón y la reconciliación.
Con ellos, aprendemos a ser más que técnicos
que reparan. Éste, probablemente, es el perfil
del profesional de salud que requiere la post-guerra en nuestro
país: un ser humano, cuya única y mejor especialidad
consistirá en diagnosticar las secuelas físicas
y emocionales que deja el dolor infligido por la violencia,
y en tratar las dolencias del alma con herramientas tan necesarias
y desafiantes como el perdón.
julian.ramirez.md@gmail.com
Textos recomendados:
- Forgiveness, Health, and Well-Being: A Review of Evidence
for Emotional Versus Decisional Forgiveness, Dispositional Forgivingness,
and Reduced Unforgiveness. J Behav Med (2007) 30:291302
- López López, W. El perdón como condición
para la construcción de una paz sostenible. Disponible
en el enlace: www.elespectador.com/noticias/paz/el-perdon-condicion-construccion-de-una-paz-sostenible-articulo-610768.
[Fuente consultada el 15 de enero de 2016]. |
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