MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 8    NO 97   OCTUBRE DEL AÑO 2006    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Ires y venires de una reforma tributaria improvisada
Juan Carlos Arboleda Z. - elpulso@elhospital.org.co
El presidente Uribe al instalar el Congreso, manifestó la necesidad de una reforma tributaria que estimule el crecimiento, mejore la equidad social, que sea estructural, ayude a recuperar el grado de inversión, simplifique la normatividad y contribuya a la formalización de la economía. Luego en el Consejo Comunal de Salud del 16 de septiembre, consideró que la implementación del sistema de información por parte del Ministerio de la Protección Social tendrá resultados equiparables con una reforma tributaria, por cuanto el sistema impedirá pagos diferenciales para salud, pensiones, riesgos profesionales y contribuciones parafiscales, limitando la elusión y la evasión, y aunque no se precisaron montos, pueden superar $1 billón.
El Presidente aclaró que la financiación del componente nacional para llegar a plena cobertura en salud, depende de la aprobación de las reformas tributaria, de la Ley 100 y del sistema de transferencias: ”Es imposible tomar una medida en la ley de salud para aumentar la cotización, con miras a garantizar financiación de la plena cobertura, si no tiene como soporte, normas de estímulo a la inversión en la reforma tributaria. Y a eso tiene que contribuir también la reforma de transferencias”.
Los principales objetivos de la reforma según el gobierno, son simplificar el Estatuto Tributario, para que sea equitativo, competitivo y genere estabilidad, sin aumentar el recaudo que se mantendría en 15,8% del PIB; bajar de 12 a 2 categorías el impuesto de renta y reducir su tarifa de 38,5 al 33 % en el primer año y a 32% en el segundo, para hacerla más competitiva regionalmente y atraer inversión extranjera, que también se beneficiaría con exención a las remesas; acaba la exención del 25% para los salarios y las rebajas en retención por pagos en vivienda, salud y educación; el IVA pasa de 9 tarifas existentes a sólo 3: Una tarifa del 10 ó del 12% para la canasta básica, la tarifa general subirla del 16 al 17% y una tarifa del 25% para bienes suntuarios.

Es difícil saber exactamente que puntos tocará la reforma tributaria, puesto que desde su presentación, prácticamente todos los días ha sufrido alguna modificación. Esta movilidad levantó comentarios de que existe improvisación del gobierno; sin embargo el senador Luis Guillermo Vélez, lo ve como un síntoma de madurez y participación democrática, al existir una posición flexible del gobierno hacia comentarios de los distintos sectores: cree que el someter la propuesta a discusiones, puede garantizar que corra mejor suerte que la pasada reforma que terminó hundida en las comisiones económicas.
Navegando en un mar de críticas
La primera crítica surge en torno de la neutralidad de la reforma anunciada. Según el analista Javier Fernández Riva, “neutral quiere decir que no aumentarían los ingresos, pero en realidad sí aumentan debido a que una serie de impuestos transitorios que llegarían solo hasta 2007, la reforma en la práctica los vuelve permanentes, y entonces la neutralidad tiene que entenderse respecto de lo que se recibe ahora, pero no hacia el futuro”. Además considera que se está perdiendo la oportunidad para corregir el déficit fiscal del país, ya que el momento preciso es ahora cuando la economía no necesita del estímulo fiscal porque la demanda privada es boyante: “Hay un enorme riesgo que en el futuro las cosas se compliquen, porque parte de los ingresos actuales son transitorios y puede surgir un periodo donde paradójicamente, cuando el gobierno ya no pueda hacerlo, sea cuando más se necesite que entren a apoyar la demanda agregada”.
Fernández Riva plantea que el principal golpe de la reforma tributaria será recibido por los empleados, mientras se favorece a las clases altas al quitar el impuesto de timbre, el impuesto de patrimonio, se rebaja la tarifa del impuesto de renta, se crean beneficios tributarios para la inversión; en cambio aumenta la tarifa para los asalariados y aumenta el IVA, con un agravante: ”Lo que se propone con el IVA es brutalmente regresivo, porque implica que la tarifa de 35% para objetos suntuarios como los autos de lujo o los yates, que solo adquieren las clases altas, se baja a 25 y en cambio se sube de 20 a 25% las tarifas para las motocicletas o de 16 a 25% en muchos otros productos que adquiere la mayoría de los colombianos; es totalmente regresiva”.
Según apreciaciones del experto Eduardo Sarmiento, la reforma es parte de un juego basado en las concepciones que han predominado en los últimos 20 años, y busca desmontar impuestos directos al patrimonio, renta y rentas de capital, para trasladarlas a las rentas del trabajo y extenderlo a toda la población mediante la ampliación del IVA: ”Eso es inadecuado en la realidad colombiana, en una economía en donde las ganancias empresariales ascienden al 40% y el salario real cae. No tiene pies ni cabeza y no se hace en ninguna parte: el único ejemplo fue George Bush que bajó los impuestos a los ricos, pero no se atrevió a transferirle la carga a la clase media y a los pobres”.
Agregó el doctor Sarmiento: “Según Planeación Nacional, el salario de los colombianos cayó en los últimos dos años, y si al menor salario le agregan mayores gravámenes a cambio de bajarle la tributación a los sectores altos, el gobierno está mostrando una estructura enormemente inequitativa en contra de los intereses de la sociedad. La reforma de Bush fue considerada por el New York Times como totalmente inadecuada al hacer a la sociedad norteamericana más inequitativa; seguir enriqueciendo a los mismos y quitarle a los que han bajado su nivel de vida, se le ocurre únicamente al presidente Uribe y al ministro Carrasquilla”. Añade el doctor Sarmiento su preocupación por el desconocimiento del gobierno de los pronunciamientos de la Corte Constitucional en contra de gravámenes a los bienes de primera necesidad, sobre la base de que la Constitución exige que la tributación sea justa y progresiva, y un impuesto que grava bienes de primera necesidad es regresivo.
Por su parte, el ex ministro Juan Camilo Restrepo resalta la simplificación de la acción tributaria, pero echa de menos que no se haya ocupado de la tributación departamental y municipal; a su vez, su opinión se une a las voces que consideran que va en contra de la equidad del sistema, al gravar severamente las rentas medias y generar aumentos inmoderados en el IVA, situación que confía termine moderando el Congreso.
Coletazos para la salud
Si bien la reforma tributaria no carga directamente al sector salud, indirectamente afecta aspectos como la importación de equipos y tecnología, la pérdida de exenciones sobre producción de software, mayor carga tributaria sobre los trabajadores ya afectados por la deslaboralizacion, se ponen en duda las exenciones sobre las proyectadas zonas francas hospitalarias, se afecta el desarrollo de medicamentos y nuevas patentes -hoy exentas de impuestos-, y además en varios de los insumos utilizados se darán alzas ocasionadas por el aumento del IVA.
En medicamentos -si bien no quedan gravados con IVA-, los droguistas han manifestado que prevén un agravamiento general de la situación, ya que el proyecto tributario no sólo es más gravoso para los trabajadores y ejecutivos, sino que afecta a las medianas empresas, donde están incluidas las droguerías; así lo manifestó el señor Maximio Visbal, presidente de Asocoldro, para quien la exclusión de los medicamentos del IVA obedece a que comparando su precio con el promedio de Latinoamérica, el costo puede ser bajo, pero en relación con el salario mínimo, es bastante elevado. Explicó: ”Si les colocaran IVA, hay que considerar que el primer cliente de la salud en Colombia es el Estado, y por tanto sería el primer gravado; y con la estructura tan endeble de los hospitales de este país, se agravaría hondamente la situación y generaría un gran problema social”.
Una reforma sin apoyo del Senado
El pulso en el Senado no parece favorable para el gobierno, como haría suponer el hecho de contar con las mayorías; el senador German Vargas Lleras, director de Cambio Radical, manifestó su desacuerdo con 16 puntos de la reforma y anunció que de no corregirse ciertos aspectos, la votación de su bancada será negativa. El Polo Democrático expresó criticas basadas en que la mayor carga impositiva caería sobre los trabajadores del país y fue calificada por el senador Jorge Robledo como “la más regresiva en mucho años”, mientras el representante a la Cámara por la misma colectividad, Germán Reyes, manifestó su preocupación por el desmonte de exenciones a las fundaciones y ONG's.
El Partido Liberal calificó al proyecto como “una colcha de retazos” y presentó una iniciativa propia al Congreso, donde según el vocero del partido, senador Juan Fernando Cristo, “se consignan las propuestas que creemos necesita el país para una reforma estructural, ya que la del gobierno es una reforma conservadora e irresponsable que no vale la pena estudiar". La senadora Cecilia López aseguró que los principales problemas de la propuesta del gobierno -y que han sido corregidos en la propuesta del partido liberal- son: “Es inequitativa, no aumenta los recaudos fiscales, y dado el déficit del gobierno y las demandas sociales del país, la reforma debe aumentar los recaudos; no aplica criterios de progresividad; rebaja los impuestos a los sectores de mayores ingresos y pone una carga muy pesada sobre las clases medias, que reciben un golpe muy duro mientras las personas naturales ricas no reciben ningún costo con la reforma”.
Por su parte, el senador conservador Gabriel Zapata destaca el hecho de rebajar de más de 1.100 artículos a 280 el estatuto tributario. Entretanto, el coordinador de ponentes, senador Alirio Villamizar, cree que a la propuesta le falta ser más equitativa y ve con preocupación la eliminación del 5% de IVA de los juegos de azar -incluyendo el chance- que producen $2 billones al año; el senador Villamizar aprovechó la discusión para proponer la eliminación de la intermediación en el régimen subsidiado de salud: “El gobierno aplica al sector salud $19 billones, de los que $8 billones van a las ARS y EPS que administran recursos del subsidiado, y lo único que hacen es administración financiera, porque el servicio lo prestan los hospitales y eso no tiene sentido; para atender la salud no se necesita intermediación y los recursos pueden aplicarse directamente a los prestadores en una contratación con el gobierno, con todos los controles, para que se beneficie la red hospitalaria y se logre mayor cobertura”.
Educación superior perdería sus benefactores
Las universidades públicas y privadas están preocupadas por las consecuencias que tendrá la reforma para la educación superior, al eliminar la devolución del IVA: grava la importación de equipos de desarrollo científico y tecnológico, así como las asesorías y consultorías hasta en un 32% -actividades que ayudan a la formación en pre y postgrado y genera algunas ganancias para las universidades-, afecta las bibliotecas al gravarse la compra de libros y elimina la exención de impuestos en la producción de software. El rector de la Universidad de Antioquia, doctor Alberto Uribe, ve también con preocupación la supresión de incentivos para quienes invierten en innovación, investigación o educación superior, así como los existentes para las cooperativas, que las motivaba a invertir un 20% de sus excedentes en la educación formal: “La Universidad de Antioquia logró en 2005 con las cooperativas, $1.970 millones, y en lo que va de este año $2.200 millones que se invierten en frenar la deserción, beneficiando a 1.800 estudiantes”. Aunque el ministro de Hacienda argumenta que el impacto ha sido mínimo, algunas cifras de la Universidad de Antioquia muestran el impacto real, explicó el rector: “En 10 años, en IVA a la universidad le han devuelto $57.000 millones, en donaciones han ingresado $23.000 millones. ¿Qué pasa al sumar las 302 instituciones de educación superior del país?”.
Los opositores a la reforma tributaria y muchos colombianos, no dejan de extrañarse que el fuerte de carga impositiva recaiga sobre las clases trabajadoras, y más cuando las cifras de Planeación Nacional en informe del 4 de septiembre, mostraban que en los últimos dos años cayeron los ingresos de los trabajadores en 10,6%, aunque dos días después, el subdirector de Planeación salió a desmentir la cifra cambiándola por un incremento de 8%, situación que no sólo no convenció a nadie, sino que evidenció una vez más la necesidad del gobierno de manejar ciertas cifras en medio de la discusión en el Congreso.

 



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