MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 297 JUNIO DEL AÑO 2023 ISNN 0124-4388
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La Inteligencia Artificial (IA) cada vez ha tomado mayor relevancia en las prácticas médicas generando un impacto sobre la salud. Se estima que las inversiones en IA (en el sector), se acercarán a los USD 36 mil millones para 2025, “lo que sería un crecimiento del 50 % con respecto a 2018. En combinación con la telemedicina, la IA puede desempeñar un papel importante en la mejora y ampliación del acceso de la población al sistema de salud pública”, según lo expuso el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
En esa misma línea, y de acuerdo con un informe del 2016 elaborado por CB Insights, aproximadamente el 86 % de las organizaciones proveedoras de asistencia sanitaria, para ese entonces, ya utilizaban de algún modo la IA. En ese mismo sentido, por ejemplo, en un artículo publicado por la Academia Nacional de Medicina de Colombia, señalaban que al buscar la frase “artificial intelligence” en el Journal of medical Internet Research (JMIR), se pueden encontrar casi 500 proyectos que usan la IA en medicina alrededor del mundo.
Frente a ello, es de señalar que la Inteligencia Artificial en medicina se refiere al uso de algoritmos y modelos de aprendizaje automático para analizar grandes cantidades de datos médicos, como imágenes médicas, registros electrónicos de salud, informes de laboratorio y publicaciones científicas. Estos algoritmos pueden detectar patrones, realizar diagnósticos, predecir resultados y ayudar a los médicos en la toma de decisiones clínicas.
En el caso de Colombia, la Inteligencia Artificial está ganando cada vez más atención, tanto en el sector público como en el privado. El país se encuentra en una fase de crecimiento y desarrollo en términos de adopción de tecnología y transformación digital.
En la tarea de introducirnos en las nuevas herramientas que ofrece la Inteligencia Artificial en este momento, utilizamos una de las que más ha cobrado renombre en los entornos estudiantiles, ChatGPT, y le preguntamos cómo se está desarrollando específicamente en Colombia la IA en medicina, esto es un fragmento de lo que respondió: “Se están utilizando algoritmos de aprendizaje automático para mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, así como para la gestión de registros médicos electrónicos y la optimización de la atención médica. Esto tiene el potencial de mejorar la calidad de la atención médica y reducir costos”.
No obstante, para el doctor Andrés Eduardo Rico, especialista en Medicina Interna, director ejecutivo de un tanque de pensamiento llamado AIpocrates, cuyo objetivo es optimizar la IA desde la medicina: “Hasta ahora hay algunos laboratorios que están empezando a hacer una serie de desarrollos, una de las cosas más fuertes es la analítica de datos, donde se toman grandes datos en salud y se comienza a estructurar relaciones que de pronto para los métodos estadísticos están ocultos. Esto tiene, en este momento, un mayor impacto en la parte de la investigación clínica. Desde el punto de vista de la atención, no hay un modelo que sea ampliamente difundido y prospectivo. Estamos ansiosos y a la espera de que esto comience a ocurrir en el país”.
De igual forma, hay un punto de la información proporcionada por ChatGPT que sí se está aplicando en Colombia: la optimización. Deisy Rúa Castro, ingeniera industrial de la Universidad de Antioquia, directora comercial de COCO Tecnologías, señala que la empresa trabaja para transformar digitalmente las instituciones de salud y mejorar el acceso a los usuarios, y así lograr la automatización y la optimización de los recursos, entonces, por ejemplo, “desde el uso de la Inteligencia Artificial, COCO ofrece citas disponibles, sabe qué está cancelado, conoce las probabilidades de recuperar las citas. Así, estamos entregando citas más oportunas porque, como sabemos, pedir una es un poco complejo en nuestro país, a veces es una odisea, sabiendo que podemos hacerlo con tecnología”.
A pesar de todos los beneficios que puede traer, la implementación de la IA en el sector salud no está exenta de desafíos. El doctor Rico explica que algunas de las desventajas son, primero, la falta de una regulación y unos marcos éticos claros “que permitan a los desarrolladores determinar qué está bien o mal hecho, o cómo poder solventar algunas dificultades como los efectos de “caja negra” o black box”, que es la circunstancia donde no se pueda explicar cómo el algoritmo o el software dio determinada relación o por qué sugirió determinada cosa.
Segundo, el uso extendido de este tipo de herramientas entre personas que no conocen del sector salud, es decir, salieron varios artículos publicados donde señalaban que “menos del 5 % de las aplicaciones que se están dando ahora, que se relacionan con salud, tuvieron algún tipo de asesoría o participación por parte del sector sanitario, y dan recomendaciones sobre salud”, agrega el director ejecutivo de AIpocrates. Ante las preocupaciones sobre los desafíos éticos y de la privacidad de datos, Colombia ha venido trabajando no solo en promover el uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial, sino en establecer, también, un marco legal y regulaciones sólidas para garantizar los derechos de los individuos. En el 2019, se publicó la Política Nacional para la Transformación Digital e Inteligencia Artificial (documento CONPES 3975), y en el 2021, el Marco Ético para la Inteligencia Artificial en Colombia, documento elaborado con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina CAF y el Banco Interamericano de Desarrollo.
“Nosotros, los clínicos, debemos comenzar a hacer equipo con los ingenieros de sistemas, los desarrolladores, los programadores para empezar a generar nuestros propios modelos de Inteligencia Artificial. Si dejamos pasar estos momentos de efervescencia y calor, nos vamos a convertir en consumidores de tecnologías, y en el mediano y largo plazo, lo que vamos a terminar haciendo es importando modelos extranjeros y tratando de adaptarlos a Colombia”, reflexiona el doctor Rico.
Día tras día, aparecen nuevas herramientas de IA, no solo para sectores especializados sino para la población en general. No es extraño encontrar en internet y en las redes sociales, artículos relacionados sobre cómo utilizarlas y enumerando para qué sirven cada una de estas. Así, la Inteligencia Artificial se ha convertido en una conversación cotidiana, introduciéndose cada vez más rápido en la sociedad.
No obstante, la ingeniera Rúa ha encontrado oposición por parte de las instituciones: “Yo creo que es un cambio, y todo cambio en un reto”, sin embargo, hace una invitación para que se deje el miedo atrás y se pueda avanzar conforme al mercado, “yo sé que mis pacientes ya son más conectados, que quieren las cosas al instante, que incluso una llamada no les gusta. Entonces debemos ir adaptándonos y ya tenemos la tecnología, lo que tenemos que hacer es que suceda”. Para que Colombia no se quede atrás en un cambio que ya empezó globalmente, es necesario fortalecer la educación, como señala el doctor Rico: “La idea es que todos aprendamos de Inteligencia Artificial, no para convertirnos en programadores expertos, pero sí para que podamos tener un lenguaje en común con los programadores y diseñadores de software, para que generemos equipos que sean exponenciales y mejoren los desenlaces en salud, no como individuos, sino como equipo”.
De acuerdo con los profesionales y con la misma herramienta ChatGPT, la adopción de la IA puede impulsar la innovación, mejorar la eficiencia de los procesos, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y contribuir al crecimiento económico del país.
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