Uno de los columnistas
del periódico El Pulso, el escritor Iván Darío
Arroyave Zuluaga, con su obra El condenado, fue el ganador del
Concurso El Cuento en Antioquia 2004, en el que participaron
más de 800 autores, entre noveles y reconocidos, de diferentes
regiones del departamento.
El jurado del premio estuvo conformado por el mejicano Adolfo
Castañón, el cubano Rolando González, y
el barranquillero Ramón Illán Bacca.
El reconocimiento se realizó el pasado 23 de abril en
el auditorio del Instituto para el Desarrollo de Antioquia -IDEA-,
junto con la presentación del CD interactivo y de multimedia
Literatura antioqueña clásica y contemporánea,
que reúne más de 600 tomos de las principales
obras de la literatura de los siglos XVIII, XIX y XX, en un
afán por preservar y proteger el patrimonio cultural
y educativo del departamento de Antioquia. De este CD se distribuirán
en el mes de junio, 10.000 unidades entre las bibliotecas y
escuelas del departamento.
Arroyave Zuluaga nació en Medellín a principios
de los años 70, es hijo de dos maestros de escuela y
nunca había participado en concursos literarios. El condenado
es una obra de surrealismo onírico que el autor considera
de pronto un poco pasado de moda para estos tiempos, pero que
todavía tiene filones por explotar: Los latinoamericanos
no podemos escribir sino de realismo. Sea surrealismo, realismo
mágico o realismo clásico o ultra-realismo o naturalismo,
no podemos escribir sino de eso, porque no nos sale nada más.
El escritor afirma que viene dedicado a esta tarea desde hace
4 años; en los últimos 2 años escribió
varios artículos en el periódico El Pulso, al
cual considera en cierta forma su escuela básica en materia
de estilo, y en el aprendizaje de escribir de manera clara y
objetiva, aunque ahora vuelca su subjetividad en la creación
literaria.
José Xedroc (seudónimo que lo identifica), destacó
del concurso el hecho de que no se pusiera límite de
extensión, de género, de tema, porque considera
que tener esas limitantes es pedirle a un artista una obra por
encargo, lo cual deja de ser arte: Eso fue determinante
para participar, porque no puedo ser un costumbrista o alguna
otra cosa . |