MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 320 MAYO DEL AÑO 2025 ISNN 0124-4388
Antioquia, Meta, Valle del Cauca, Norte de Santander y Bogotá son algunos de los departamentos del país que vienen experimentando mayores desafíos en torno a los efectos de la desfinanciación del sistema de salud y la deuda de las EPS a sus prestadores en la red de baja complejidad, donde los más afectados son los hospitales públicos de primer nivel, centros de salud e IPS.
El hospital de Puerto Gaitán, Meta, referente para este departamento y con impacto en la atención de alrededor de 23 resguardos indígenas cercanos, es uno de los centros médicos que ha venido cerrando servicios y remitiendo pacientes al Hospital de Villavicencio, donde también se ha desbordado la atención. Sobre este caso se pronunció el Ministerio de Salud y Protección Social, asegurando que se trabaja con decisión en el fortalecimiento del primer nivel de atención del hospital, con el fin de garantizar la prestación oportuna de servicios en el municipio y evitar “traslados innecesarios, que ponen en riesgo la vida de los pacientes”.
Sin embargo, este es uno de los hospitales donde es necesario recuperar y habilitar diversas zonas en desuso; se precisa una reestructuración para que pueda prestar servicios de segundo nivel. El municipio de Puerto Gaitán también manifestó su interés en avanzar hacia la descentralización del hospital, que actualmente pertenece a la ESE Solución Salud y es administrado desde Villavicencio.
A raíz de la intervención de ocho de las 11 EPS que prestan servicios en el Valle del Cauca, y con una deuda que supera el billón de pesos, se han cerrado servicios esenciales en hospitales y clínicas, como es el caso de la Clínica Farallones de Cali.
El impacto de estos cierres pone en riesgo la atención en salud de la población y deja la capacidad de respuesta en las instituciones de alta complejidad, además de afectar la disponibilidad de insumos médicos, tecnología y personal sanitario, lo que lleva a que los usuarios busquen atención en otras ciudades.
La Secretaría de Salud del Valle advertió sobre el desfinanciamiento absoluto del sistema, afectando también servicios como maternidad, urgencias y pediatría, los cuales requieren atención 24 horas al día con personal especializado. Esto mientras hay pacientes esperando más de seis meses por una cita médica y otros, hasta dos años para una cirugía.
La red de baja complejidad en Antioquia continúa afrontando una crisis de liquidez. Hospitales pequeños de municipios como Armenia Mantequilla, Angelópolis e Hispania están en la cuerda floja, ya que no cuentan con capacidad financiera ni tecnológica, y necesitan ser financiados en un 100 % porque con su facturación no alcanzan a cubrir los costos de operación, comprar medicamentos ni dispositivos médicos.
La razón para el cierre de servicios, argumenta Luis Hernán Sánchez, director de la Asociación de Hospitales Públicos de Antioquia (AESA), es que las EPS no pagan oportunamente, en especial los pagos por evento, que han disminuido en un 30 %, generando que los hospitales se atrasen con la nómina y el pago a proveedores, “y son hospitales que necesitan tener liquidez continua”. En Antioquia las principales deudoras son Nueva EPS y Coosalud.
Según Sánchez, “las EPS tampoco están pagando a la mediana ni a la alta complejidad”. Agrega que “este tema es generalizado, no hay un departamento en el país que no se encuentre en la misma situación”.
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