MEDELLÍN, COLOMBIA, SURAMERICA No. 243 DICIEMBRE DEL AÑO 2018 ISNN 0124-4388 elpulso@sanvicentefundacion.com
S alvar a Savia Salud se ha hecho cada vez más difícil, y eso lo sabe bien Juan David Arteaga, gerente de la EPS mixta, quien hace pocas semanas estuvo en las Asamblea de Antioquia rindiendo cuentas de la lamentable situación de la EPS.
Si no hay capitalización Savia se acabará. Esa es la principal conclusión de su intervención. “Savia Salud no está en condiciones de dar utilidades desde el punto de vista financiero, sólo pérdidas en los próximos 5 años”, señaló el directivo, y si bien la EPS no fue creada para dar réditos económicos si debe ser sólida financieramente para poder pagar los 800.000 millones de pesos que adeuda.
Así que la solución que tiene a la mano Arteaga es que los acreedores capitalicen la EPS, por ello envió a los hospitales y clínicas a los que se les deben más de 500 millones de pesos una propuesta de capitalización parcial o total de las acreencias que actualmente Savia Salud EPS tiene con ellos.
Lo primero es el descuento del 25 % en la deuda total, es decir que la deuda sea solo el 75 % de lo que realmente es, sobre ese total el 50 % sea capitalizado en la EPS, quiere decir que el hospital o la clínica pase a ser propietario de algunas acciones de Savia a cambio de no cobrar esa deuda.
El 50 % restante se pagará en el mediano y largo plazo, iniciando con un abono del 10 % en diciembre de 2018 si la Gobernación paga 70.000 millones de pesos que adeuda del antiguo NO POS y que se ha negado a pagar de manera reiterada; otro 10 % en el segundo semestre de 2019 cuando la Nación le aporte a Savia 120.000 millones de pesos; el 80% restante los pagaría la EPS en cuotas iguales durante 60 meses a partir de enero del 2020.
Esta propuesta recuerda la situación de Unimec, una EPS que a finales de los 90 empezó a mostrar problemas de solvencia económica, y en marzo de 2001 fue capitalizada por sus acreedores lo que había significado la vinculación de 1.642 nuevos accionistas, la mayoría de ellos pequeñas IPS, con inversiones por valor de 30.000 millones de pesos, sin embargo, en julio de ese mismo año fue liquidada por la Superintendencia de Salud. Las IPS, nuevas socias de la compañía, tuvieron que sacar esas acciones de sus estados financieros y perdieron el dinero que les adeudaban.
Por eso, para Diego Montoya, gerente del Hospital de Girardota, la propuesta que Savia le hace a varios de sus colegas (a él no porque la deuda es de 240 millones de pesos) es un poco disparatada, “¿dónde va a estar el capital? Si los hospitales capitalizan con la deuda, Savia continuará sin recursos para trabajar y al cabo de dos o tres años acumulará una nueva deuda similar a la que tiene hoy”.
Y en eso coincide Luis Hernán Sánchez, gerente del hospital de Vegachí y presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Empresas Sociales del Estado de Antioquia (Aesa), “no se lograron consolidar los BOCAS (bonos convertibles en acciones) entonces no hay recursos frescos, y ninguno de los accionistas (Gobernación de Antioquia, Alcaldía de Medellín y Comfama) han querido capitalizar a la empresa, así que la única salida que le queda a Savia es capitalizar la deuda”.
Sin bien para Sánchez esta es una propuesta muy arriesgada, “si es para salvar a la empresa bien vale la pena el esfuerzo, porque Savia es la que está sosteniendo a la red pública y es mejor esa empresa que cualquier otra. Hay muchas EPS perversas que están esperando la salida de Savia Salud con condiciones muy desventajosas para los hospitales”.
De acuerdo con el presidente de la junta de Aesa, “cada hospital debería mirar esta propuesta con detalle, revisar esa deuda qué representa para sus estados financieros y el tamaño de la deuda qué participación real le daría como accionista de Savia, algunos hospitales podrían convertirse en socios mayoritarios. Ahora hay que mirar si los socios originales estarían dispuestos a entregar el control de la compañía”.
Sin embargo, para Luis Alberto Martínez, presidente de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi), “esta propuesta puede ser muy útil para la EPS pero no para el sistema. Si no se paga de manera efectiva a los hospitales estos deben disminuir los servicios a los pacientes”.
Y además, recalcó, que los hospitales públicos no pueden aceptar dicha propuesta porque sería un detrimento patrimonial, tal como ocurrió con Unimec.
“Se necesita una solución de fondo que le permita a la EPS tener liquidez, así les perdonen toda la deuda Savia no tendrá liquidez sin recursos nuevos. Se necesita la participación directa en el órgano directivo por parte del Gobierno Nacional, de lo contrario pasará lo mismo que con Comfenalco, Comfama, Cafesalud y Caprecom”, señaló Martínez.
Por su parte, Sánchez agregó que es necesario que Savia se sincere ante esta propuesta y cuente en realidad cuál es su situación, si puede salvarse o no capitalizando la deuda, y establecer con claridad cuál es el valor real de la empresa, “porque nadie se mete en un negocio para perder”.
Aunque no es explícito, la Superintendencia Nacional de Salud prepara un plan por si llega a ser necesaria la liquidación de Savia Salud. El primer paso fue limitar las nuevas afiliaciones a la EPS antioqueña, a través de la Resolución 10006 del 28 de septiembre pasado, lo que traerá una merma significativa en el número de usuarios. Hoy ya Savia no cuenta con 1,7 millones de usuarios, sino con 1.698.000 y se estima que seguirá disminuyendo hasta 1.650.000. “Las pérdidas podrían ser de 80.000 a 100.000 millones de pesos en 2019”, según detalló Arteaga en la Asamblea.
Además, Savia también se verá perjudicada por el vencimiento de la Resolución 5268 de 2017 del Ministerio de Salud y Protección Social que estipula “una prima adicional en el régimen subsidiado para las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, en desarrollo de la prueba piloto que iguala la unidad de pago por capitación del régimen subsidiado al contributivo, para el año 2017 en $801.788,40 y para el año 2018 en $864.568,80”.
Y si a esto se le suma que Coosalud, una EPS de la Costa Norte que estuvo interesada en hacerse socia de Savia cuando la gobernación iba a enajenar sus acciones, fue autorizada por la Superintendencia para afiliar en Antioquia 600.000 personas, de ellas 100.000 en Medellín, lo que se puede ver es todo un plan para soportar la situación cuando no haya más salida.
“Esta es una empresa reventada a la que le están quitando el oxígeno. Si lo que necesita es más afiliados para tener mayor flujo de caja y no la dejan crecer, Savia terminará por acabarse”, sentenció Sánchez.
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