MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 12    No. 150  MARZO DEL AÑO 2011    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 


Trasplantes de colombianos y
extranjeros: cuestión de humanidad

Hernando Guzmán Paniagua- Periodista - elpulso@elhospital.org.co

Jesús, en la parábola del buen samaritano, enseñó que el prójimo no tiene nacionalidad y que más grande que la letra de la ley es su espíritu: la misericordia. Y la Corte Constitucional dijo: "Tienen los derechos llamados fundamentales una validez universal que no conoce de fronteras, por su carácter de inherente al ser humano".

Andrés Góndola, un camionero de Panamá que casi muere de cirrosis hepática, le salvó la vida un trasplante de hígado en el Hospital Universitario San Vicente de Paúl de Medellín - Colombia. "No tengo con qué pagarles lo que hicieron por mí -dijo- y quiero que le sigan dando la misma oportunidad a todos los extranjeros. Soy panameño, pero me voy con el hígado colombiano, y hasta con el corazón, por la gratitud". Muchos otros no contaron con igual suerte. Mientras fallecen personas en Colombia y Latinoamérica por falta de órganos, muchos de éstos se pierden por una medicina inhumana.

En Colombia no hay turismo de trasplantes, ni la mayoría de los pacientes extranjeros son ricos como creen algunos. Esta nueva xenofobia está ocultando una negación generalizada de estas cirugías a los más pobres, nacionales y foráneos, los que más mueren por falta de un órgano, porque el negocio no es hacer trasplantes sino negarlos. Mejor dicho: son más rentables para las aseguradoras los tratamiento prolongados a pacientes, incluso con enfermedades terminales, que darles una opción de vida definitiva y humanista: el trasplante, sobre todo cuando esos tratamientos largos los costea el Estado, mientras que la medicación del trasplantado corre por cuenta de las EPS.
De chico, Andrés Góndola jugaba béisbol en Panamá y se refrescaba con cerveza. "Cuando decidí dejarla -narra- tenía como 35 años y 5 años después me enfermé del hígado, mi señora se puso a buscar hospitales por internet, me negaban, me hacían diálisis cada semana, y transfusiones pues perdía mucha sangre, me dio encefalopatía, perdí la memoria varias veces, no me acordaba dónde estaba ni con quién, una trabajadora social me habló de una familia Valbuena que tenía el mismo problema mío, el gastroenterólogo Norberto Carreño me mantuvo hasta que llegué a Medellín el 16 de mayo de 2010, conocí al abogado Julio León Escobar Castañeda, quien me ayudó a poner la tutela. Lo único que me acongoja es que el Ministerio de la Protección Social me negó dos veces el órgano; aunque gané la tutela, estuve a punto de morir, pero gracias al Señor, al buen corazón de la gente del Hospital de San Vicente, y a mi gobierno, el cual me costeó el trasplante, estoy muy bien".
Bielca de Góndola, esposa de Andrés, es secretaria de una perfumería en Panamá. Ella ha vivido este drama al lado de su lado, y relata: "Yo le presenté el problema al Presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, y él nos ayudó con el costo del trasplante. Yo no gano mucho, para reunir el pasaje a Colombia tuve que cobrar el cheque de las vacaciones. Tengo tres hijos: el grande tiene 25 años y dos niñas de 13 y 17; ahora mismo tuve que pagar una señora para que se quede con ellas y dejar dinero para que coman; vea, la chiquita se me reprobó tres materias, en el colegio los profesores me decían: 'es porque tú no estás con ella' . Cuando la llamo para que nos oiga, ella llora y me dice: 'Mami, regresa'. Aquí los vecinos, el abogado y otras personas nos ayudan con la alimentación, debemos casi US$11.000 dólares al dueño del edificio por arrendamiento, alimento y servicios públicos, y cada tres meses tenemos que regresar a Medellín. Andrés hospitalizado, tuvo varias recaídas, nos pusieron en lista de espera, siempre nos dijeron que el próximo órgano era para él, pero cuando venían los órganos, decían que lo mandaran para Cali o para otro lado, pusimos un desacato del fallo de tutela, y ni así llegaba el hígado… Andrés se puso mal. ¡Por favor, pido que no les cierren las puertas al extranjero, porque eso es cerrarles la vida!".
"Uno parece un globo"
"La operación fue un poco dolorosa -cuenta Andrés Góndola- pero el doctor Jorge Gutiérrez es muy buen cirujano, se lo recomiendo a cualquiera, hizo un trabajo excelente. El 6 de diciembre de 2010, me metieron a la sala a las 7:00 de la mañana y como las 10:00 de la noche yo estaba despertando. A lo primero, se le hincha todo el cuerpo, uno parece un globo, pero poco a poco va bajando, tiene dolores pero no como de morir. Y vea, cosa rara: a mí no me gustaba el arroz y ya me gusta, y antes me gustaba la sopa de verduras y ya no. El Señor me ayudó a regresar a Panamá con una nueva vida".
A Julio León Escobar Castañeda, abogado, ex juez y catedrático universitario, también le trasplantaron el hígado. Él ha sido el lazarillo de muchos colombianos y extranjeros, con las acciones de tutela, ante las negaciones reiteradas de trasplantes: "Estoy viviendo una segunda etapa de mi vida, pues desde el 3 de febrero de 2005 fui trasplantado de hígado en el Hospital San Vicente de Paúl, al cual agradezco mucho toda la atención y gentileza que tuvo conmigo, a mi amigo y compañero de estudio el doctor Julio Ernesto Toro, a los doctores Gonzalo Guevara, Jorge Gutiérrez, Germán Lenis, a un doctor Fuminaga que también hizo parte del equipo de trasplantes, a María Eugenia la Jefe de Enfermeras y a todo su equipo tan especial. Ya llevo seis años de existencia digna, porque el trasplante genera la oportunidad de vivir una nueva vida y a nadie le deseo esa enfermedad tan degradante y humillante que es la cirrosis".
"Yo tenía cirrosis hepática -agrega- y después de consultar con la EPS de Cajanal, de remitirme a la IPS de Comfama, de citas con varios internistas y con el hepatólogo Juan Carlos Guevara, me remitieron al Hospital de San Vicente de Paúl porque estaba al borde de la muerte; la EPS me negó el trasplante, acudí a la tutela y el juzgado le ordenó la intervención. Previos protocolos, entré a la lista de espera y por fortuna me tocó un donante cadavérico compatible conmigo, por muerte cerebral. Me fue muy bien gracias a Dios, a los cuidados que he tenido y a mi familia. Estando en el Hospital de San Vicente, vi el dolor de todas las personas que como yo padecían esta enfermedad, y me hice a la idea de que podía ser útil; sin consultar con nadie, me puse a ayudarles a todos los pacientes del pabellón de trasplantes, con derechos de petición y tutelas. La primera tutela que hice fue para un trasplante de tráquea de un señor Nevardo Velásquez, de Jardín (Ant.), el juez la negó, apelamos, el señor fue trasplantado, sobrevivió pero luego no se cuidó y lo mató una virosis. El segundo caso de tutela fue del boliviano José Florero Ortún, quien venía para trasplante de riñón en 2005, vivía en el Hogar de Paso de la Hermana Roberta, que es para personas de escasos recursos; yo estaba convencido de que los seres humanos, en cualquier parte donde estemos, tenemos derecho a vivir, lo que nos hace iguales es la racionalidad, no una nacionalidad. Estando aún convaleciente, le hice la tutela, la ganamos, vino a los exámenes en el Hospital, le salieron buenos y el Hospital de San Vicente le devolvió la plata, pues no hubo necesidad de trasplante, pero esa tutela abrió el camino. Yo, pensionado, me dediqué a colaborar con la gente, me mantenía más tiempo en el Hospital que en la casa, mirando que al uno le negó la EPS una droga, al otro un aparato... y gratuitamente, como lo hago aún, les hacía las tutelas (hasta ahora todas las he ganado gracias a Dios) y los derechos de petición", expresa el doctor Escobar.
Negar, negar y negar
"Las EPS les niegan los medicamentos a los trasplantados -prosigue el jurista- o se las cambian a sabiendas de que es peligroso y absolutamente mortal el cambio de medicamentos específicos por genéricos. Unos pacientes me buscan, otros van a la Personería, a la Defensoría del Pueblo, yo les hago la tutelita o el derecho. Esto mismo sucede con los trasplantes, por eso empecé a hacer las tutelas a los pacientes COLOMBIANOS, porque las EPS los negaban rotundamente, el juzgado ordenaba hacerlos, la EPS desacataba el fallo de tutela: 'que no tengo contrato con ninguno de los hospitales, sólo con entidades que hacen diálisis; que los hepáticos no los tengo contratados...'. Tenía más problemas con Saludcoop, Cruz Blanca, con la gente del Sisbén, Solsalud, Emdisalud, Caprecom, y con Salud Total que teniendo aquí los recursos, enviaba a trasplantar en Bogotá a una niña Johana de Urrao (Ant.) y a un joven Juan Carlos, de allá los devolvían, llevan 7 años en eso y la respuesta que dan es que en Medellín no tenían contrato con nadie. Yo tengo un listado de más de cien tutelas a colombianos. En vista de esas negaciones y de que llegaban también extranjeros, a éstos no se los podía trasplantar porque el decreto 2493/2004 en su artículo 40 dice que sólo se podrá colocar órganos a extranjeros, si no hay un solo aspirante en lista de espera. Las EPS niegan el trasplante al colombiano por no tener contrato, y no lo permiten al extranjero por haber colombianos en lista de espera: entonces ni para el uno ni para el otro, los órganos se pierden todavía, yo creo que un 40% de los órganos en Colombia se pierden: hígado, riñones, corazón, páncreas, intestinos... No sé cuál es el objetivo de las EPS: pienso que les es más rentable sostener una persona en diálisis indefinida que trasplantarle un riñón, aunque el trasplante da una mejor calidad de vida; si a la persona la siguen dializando, el Estado asume esos costos, pero si la trasplantan, es la EPS la que tiene que asumir el costo de los medicamentos que necesitará de por vida para conservar el órgano trasplantado".
Si en Colombia, con su cultura de donaciones y con el avance de la cirugía de trasplantes, mueren personas por falta de un órgano, ¿qué decir de otros países que no poseen estas ventajas? Andrés Góndola da un testimonio elocuente de Panamá: "A veces estábamos en la sala, en el Hospital Amador de Colón, todos juntos; cuando amanecía, la cama vacía y el compañero muerto, le preguntaba a la enfermera: -¿Y el compañero? -Ay, él murió, señor Góndola... Vea, en el poco tiempo que estuve en el Amador, vi morir a más de 20 enfermitos por falta de atención. Muchos de ellos tenían meses de estar ahí sufriendo antes de que yo llegara, uno llevaba casi un año ahí, entraba, salía, entraba, salía…lo mandaron a Ciudad de Panamá, duró como dos o tres días y murió también. Yo quedaba asustado, le oraba mucho al Señor y le pedía la fuerza para seguir adelante; Dios y el ánimo que me daba mi esposa, me mantuvieron con vida".
Colombia, opción de vida
El doctor Germán Lenis Duque, cirujano de trasplantes del Hospital Universitario de San Vicente Fundación (antes San Vicente de Paúl), de Medellín, indicó que el desigual desarrollo científico en cirugía de trasplantes, va asociado de alguna manera al bajo desarrollo de la cultura de donaciones en Centroamérica y en algunos países suramericanos.
Precisó que, según datos de la revista del Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplante (Vol. III, No. 1, diciembre/09), Cuba y Costa Rica tienen tasas de 16.6 y 0.6 donantes, respectivamente, por millón de habitantes, Panamá 1.8 y el resto de Centroamérica tiene índice cero. En Suramérica, los índices de donaciones son: Uruguay 19.1 donantes/millón de habitantes, Argentina 13.1, Colombia 9.6, Brasil y Chile 7.2. Medellín, la Meca de los trasplantes, tiene una tasa de 42.9 donantes por millón de habitantes, una de las más altas del mundo. "Es notorio -advirtió el galeno- que Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay y Venezuela estén por debajo de 3.1 donantes por millón de habitantes, lo cual significa que la posibilidad de acceso a un trasplante en esos países es muy baja. En enfermedad renal crónica terminal pueden llegar a diálisis, pero en enfermedad hepática aguda fulminante o crónica terminal, la mortalidad de sus habitantes está por encima de 90%, cifra que marca una gran inequidad con el resto de las regiones. Lo mismo sucede con el trasplante de riñón-páncreas, el cual sólo se practica en Cuba, Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay; el trasplante hepático se realiza en forma regular sólo en Cuba, Colombia, Brasil, Argentina y Chile, y hay grupos que se inician en Uruguay, Ecuador y Perú. El de intestino sólo lo hacen en Argentina, Brasil y Colombia, y los trasplantes de corazón y de pulmón, en Colombia, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay", concluyó el doctor Lenis.
Disputa médica y jurídica
El abogado Julio Escobar Castañeda, narra cómo continuó su labor humanitaria: "Viendo que se perdían órganos, algunos extranjeros me buscaron aquí y les hice las tutelas sin costo; puedo citar casos de Panamá, República Dominicana, Venezuela, Bolivia... Freddy Valbuena, de Panamá, llegó en 2010 porque el gobierno panameño solicitó al ex viceministro de Salud, Carlos Ignacio Cuervo Valencia, hacer un acto humanitario con ese señor que se iba morir, pero el director del Instituto Nacional de Salud, Juan Gonzalo López Casas, se negó rotundamente y esgrimió el decreto 2493/04, ganamos la tutela y aún así le negaron el órgano en dos ocasiones, hasta que el Hospital Pablo Tobón Uribe decidió trasplantarlo, porque el artículo 95 de la Constitución obliga a realizar actos humanitarios para salvar la vida de las PERSONAS, sean o no colombianos, le pusieron el órgano pero no funcionó, hubo necesidad de un re-trasplante, pero el Instituto y la Red Nacional de Trasplantes negaron la autorización, al fin lo re-trasplantaron y hoy día ese señor está feliz, es un hombre totalmente nuevo".
Sobre este incidente, el director del Instituto Nacional de Salud, Juan Gonzalo López Casas, dijo a EL PULSO: "Respecto a la cita que hace del señor ex viceministro, no se encuentra relación alguna entre ésta y el artículo que pretende escribir; por el contrario, no es objetivo afirmar o presentar frases sin evidencia y descontextualizadas, y a renglón seguido cuestionar el cumplimiento de la norma por parte de una entidad adscrita al Ministerio de la Protección Social".
A propósito de esa coyuntura, el ex viceministro de Salud, Carlos Ignacio Cuervo Valencia, declaró a EL PULSO: "Yo recibí una llamada del gobierno panameño a través de su embajador y como eso se llevó a una política de relaciones internacionales, sugerimos tramitar eso como una solicitud de un país amigo, en virtud de unos convenios firmados, para que un nacional panameño pudiese ser incluido en la lista de espera. Mi posición es que se deben priorizar obviamente los colombianos, pero de ninguna manera negar a los extranjeros la posibilidad de estar en la lista de posibles trasplantados". Y anotó: "En el caso de Israel, cuando por los canales diplomáticos también se me solicitaba ayuda en ese sentido, sugerimos a la Cancillería y a las embajadas que avanzaran en la firma de un tratado internacional donde uno de los componentes fuera la cooperación técnico-científica en el área de salud que posibilitara trasplantes, porque en el fondo lo que se quiere es que no hubiera tráfico de órganos, que particulares se enriquecieran. Colombia tiene una experticia y una comunidad científica muy calificadas, y no dejamos de promover una cultura de trasplantes, aunque el procedimiento se haga acá. Queríamos posibilitar esa ayuda humanitaria entre países por vía de tratados bilaterales, como una de las posibles contraprestaciones de las relaciones directas donde un país amigo le pide a otro ayuda para sus pacientes. Con Panamá y con Israel, todo se hizo por los canales diplomáticos".
Agregó Cuervo Valencia: "Si bien el fallo de tutela es una decisión judicial que ningún servidor público debe desconocer, y la tutela cobija no sólo a los nacionales sino también a los extranjeros cuando un derecho fundamental como el de la salud está comprometido, no tengo conocimiento de que el Instituto Nacional de Salud hubiese actuado así".
Por su parte, el abogado Escobar aseveró: "Cuando una EPS se niega a cumplir una orden de un juez, o cuando el Instituto Nacional de Salud y la Red de Trasplantes se niegan a cumplir una tutela para autorizar un trasplante, están provocando indirectamente esa muerte, no dolosamente, pero en forma culposa, por falta de previsión, por no pensar en las consecuencias que eso puede traer. En ese caso, sería un homicidio culposo. Escribimos a la Superintendencia de Salud y nos contestó: 'No, la EPS no ha negado nada, está cumpliendo'. Eso no es cumplir, la Supersalud debiera ser más tajante y decir: 'Si está ofreciendo el servicio en Medellín, contrate con Medellín y se acabó'. No entiendo por qué el Instituto Nacional de Salud insiste en aplicar el decreto 2493 y en no cumplir con los fallos de tutela, como en el caso del panameño Freddy Valbuena. Yo he hecho unos 10 incidentes de desacato a extranjeros, y el artículo 453 del Código Penal convierte en delito la desatención de una orden judicial. Aquí tengo 8 fallos del Tribunal Superior de Medellín donde ordena que a los extranjeros no se les puede negar esos trasplantes, y el último de ellos, suscrito por los doctores Rafael María Delgado y Oscar Bustamante Hernández (Acta 008, enero 27/2011, folio 9) dice: "...si bien no es la acción de tutela el mecanismo idóneo para excluir del sistema jurídico el artículo 40 del decreto 2493 de 2004, se le sugiere al Ministerio de la Protección Social agotar todos los mecanismos a su alcance en orden a excluir dicha normatividad del ordenamiento jurídico, teniendo en cuenta que ésta es totalmente contraria a la Constitución Nacional, para que, de esta manera, tanto un nacional colombiano, como un extranjero, puedan engrosar la lista regional y nacional de espera para trasplante de órganos en aplicación al derecho a la igualdad, ampliamente protegido por la Constitución. ¿Qué pretende el INS al desconocer no sólo la Constitución, sino la reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional y del Tribunal Superior de Medellín?".
INS defiende sus actuaciones
Ante las críticas precedentes, el director del Instituto Nacional de Salud, Juan Gonzalo López Casas, defendió así las actuaciones de la entidad: "El Instituto Nacional de Salud (INS) en su condición de coordinador nacional de la Red de Donación y Trasplantes no es generador de políticas. El papel del INS se limita exclusivamente a dar estricto cumplimiento a la normatividad vigente que sobre la materia han expedido tanto el Legislador, a través de las leyes 9ª de 1979 y 919 de 2004, así como el Ejecutivo, mediante el decreto 2493 de 2004 y sus actos reglamentarios".
Y agregó: "Con relación a la política en trasplantes, invitamos en este punto a participar en la propuesta de política sobre donación de componentes anatómicos y trasplantes que se está elaborando en este momento y que está dirigida a aumentar las tasas de donación, disminuir las negativas familiares, fortalecer el recurso humano, y crear un modelo organizativo de la red y acceso a trasplantes. En este momento la invitación se encuentra publicada en la página web del INS en el marco de la construcción de democracia en línea: www.ins.gov.co
Ante los cuestionamientos relacionados con negaciones de trasplantes, el vocero del INS expresó: "Carece de toda verdad afirmar que el INS ha desaprobado la práctica de trasplantes contraviniendo preceptos constitucionales. Específicamente en este punto, la entidad a mi cargo, durante los últimos dos años en ejercicio de sus competencias, ha tenido que asumir la defensa de los intereses de los nacionales y extranjeros residentes en Colombia respecto a las pretensiones de los pacientes extranjeros no residentes en nuestro país, quienes acudiendo al amparo constitucional de tutela han venido a nuestro país con el propósito de obtener de manera rápida y sin sometimiento a los requisitos legales, la inclusión en lista de espera y realización del procedimiento de trasplante requerido. En ese ejercicio jurisdiccional los diferentes despachos han emitido fallos que conllevan a la no aplicación del artículo 40 del decreto 2493 de 2004 y citando jurisprudencia de la Corte Constitucional".
"En este sentido -prosiguió López Casas- el Honorable Consejo de Estado, mediante Sentencia del 8 de abril de 2010 declaró la legalidad del artículo 40 del decreto 2493 de 2004, providencia que debe ser acatada por los despachos judiciales del país. En cuanto a la sugerencia elevada por el Tribunal de Medellín hacia el Ministerio de la Protección Social (MPS) para que se excluya dicha normatividad del ordenamiento jurídico, es el MPS quien debe pronunciarse en torno a esta solicitud. Sin embargo, es importante resaltar que uno de los magistrados salvó su voto en este fallo. En este control se identificaron diferentes irregularidades en el proceso de trasplante a extranjeros. Como parte de su misión, el INS dio traslado a las autoridades competentes: Fiscalía, Consejo Superior de la Judicatura y DAS, para que procedan de acuerdo con lo informado por el INS para proteger los intereses de los nacionales y residentes e igualmente, eliminar el turismo de trasplante y el tráfico de órganos y tejidos. Como representante legal del INS me he caracterizado por ser respetuoso y cumplidor de la ley así como también de las decisiones judiciales. Por lo anterior, con mi actuar jamás he incurrido en desacato alguno; valga la pena aclarar que la sola afirmación o intención de un accionante de solicitar a un juez la declaración de desacato en contra del representante legal de una entidad, no es más que eso; se requiere entonces de un trámite incidental ante el despacho judicial donde finalmente el señor juez se pronuncia o bien declarando el desacato con sus consecuencias o bien archivando la petición, como ha sucedido todas las veces frente a las solicitudes que en mi contra se ha pretendido fraguar. Así lo demostré en el año 2010 ante el fiscal seccional 218 como consecuencia de la denuncia que en este sentido hizo el Dr. Jorge I. Gutiérrez M., cirujano de trasplantes del HUSVP".
La Corte se pronuncia
Para ilustración de los lectores sobre los pormenores de la doctrina vigente al respecto, es pertinente la consideración de la Corte Constitucional en su Sentencia T-215/96: "...bajo el nuevo marco constitucional, en ningún caso el legislador está habilitado y mucho menos la autoridad administrativa, ni siquiera por vía del reglamento como es el caso de los decretos 2268 de 1995 y 2241 de 1993, para desconocer la vigencia y el alcance de los derechos fundamentales ni de los derechos inherentes a la persona humana garantizados en la Carta Política y en los tratados internacionales en el caso de los extranjeros, así aquellos se encuentren en condiciones de permanencia irregular". (Folio 6).
A raíz de todo este debate, una de las tutelas llegó hasta la Corte Constitucional, la cual en la sentencia T-269/08 dijo categóricamente que el derecho a la vida no tiene fronteras, el 11 de marzo /2008, en un fallo de los magistrados Jaime Araújo Rentería, Manuel José Cepeda y Jaime Córdoba Treviño, ante el caso de la señora Teodora Irene Seligmann Klein, ecuatoriana de ascendencia judío-alemana. En la página 15 de su fallo señaló que el decreto 2493/04 condiciona y limita el trasplante de extranjeros y que el derecho a la vida no puede tener condicionantes ni limitantes, por mínimos que sean. El doctor Julio Escobar indicó que abogados como el doctor Ignacio Mejía Velásquez presentaron una demanda de nulidad ante el Consejo de Estado, considerando que el gobierno había excedido las facultades que le dieron para legislar sobre salud. El Consejo de Estado consideró que si bien el decreto es legal, se expidió dentro de las facultades y tiene todas las formalidades de ley, de todas maneras es inconstitucional, pero no podía fallar en este sentido porque la demanda no era de inconstitucionalidad; y el mismo organismo dijo en la sentencia: "Tenemos, para la aplicación de ese decreto, que acudir a la sentencia T-269 de la Corte Constitucional, que dice que el decreto hay que inaplicarlo...", para el caso concreto de la señora Seligmann.
La misma Corte Constitucional advierte en la Sentencia T-269/08 que el decreto 2493/04 en su artículo 40 "...en principio no parece tener reparo. Pero si en concreto se mira lo señalado en esa disposición, además reglamentaria de unas leyes, se advierte que la prestación de servicios de trasplante de órganos cuando se trata de un sujeto EXTRANJERO NO RESIDENTE en Colombia, se halla condicionada o aún más, limitada a que no existan receptores nacionales o extranjeros residentes en Colombia en lista regional y nacional de espera, teniendo en cuenta criterios únicos técnico-científicos de asignación y selección". Luego, si existe esa limitante o condición, dice la Corte, no existe una limitación objetiva y razonable que le permita esa limitación, porque de por medio está la inminencia de muerte de la señora Seligmann.
¿Turismo de pobres?
"Yo considero que no existe turismo de trasplantes -aseveró el abogado Escobar Castañeda-, yo no he salido nunca del país, los extranjeros vienen porque antes de 2004 en los hospitales trasplantaban normalmente por no existir el decreto que los limitara, ellos en sus países de origen fueron difundiendo el éxito de los trasplantes y la gente fue llegando, yo no llamo ni ellos me llaman, y que yo sepa, en Colombia no hay ninguna empresa que traiga extranjeros, que eso sería el turismo de trasplantes. Además, muchas personas son supremamente pobres, el caso de Andrés Góndola es muy especial, el de los otros panameños y el de la señora Delca Pittí quien murió aquí: yo mismo a Alejandro, su esposo, le daba el desayuno en la cafetería del Hospital de San Vicente; a Andrés Góndola y a Vivián Iveth tuve que darles con qué devolverse, aquí me han visto llevando a desayunar viejitas que dializan, ya casi ciegas, las llevo al Centro Administrativo La Alpujarra a poner la tutelita". Y el camionero panameño trasplantado, refiere: "Yo he conocido a muchos otros enfermos, a todos nos ha unido esta situación como hermanos, al grado que tengo un compañero que fue trasplantado también de hígado, de nombre Gabriel, que es como italiano con venezolano, y él me ha cubierto mucha alimentación a mí. Y la esposa de un señor Orlando Simanca, de Venezuela, que lo operaron aquí, nos ayuda con medicamentos".
Añade el jurista: "El flujo no es numeroso. No sólo vienen por no haber condiciones en sus países para los trasplantes, sino que aunque haya, las enfermedades que tienen son apremiantes, como en el caso de Brasil que siendo un país tan poblado, las listas son muy largas y los donantes muy pocos, mientras que en Colombia hay más donantes y listas menos largas y por eso los médicos de allá los mandan para acá, muchas veces directamente al San Vicente. ¿Por qué no se le puede hacer un favor a la humanidad? ¿Por qué, al llegar a Colombia un ser humano dotado de entendimiento, pierde todas sus cualidades y se le discrimina? Además, esto le brinda un prestigio a Colombia en el exterior. Colombia debe pensar en humanizar la salud, muchos procedimientos de salud están deshumanizados, el ser humano nada vale para las aseguradoras, como organizaciones económicas que son".
Ante dos notas del programa "Séptimo Día" de Caracol TV, cargadas de inexactitudes sobre el tema, el director del Hospital San Vicente de Paúl, Julio Ernesto Toro, dijo en carta abierta que la información entregada por el centro a ese medio "fue inadecuadamente manejada, a tal punto que se generaron señalamientos tendenciosos". Anotó que los trasplantes a extranjeros hechos en 2009 y 2010, "fueron obedeciendo tutela y autorizados por el instituto Nacional de Salud", y resaltó que el precio cobrado en esos casos no fue mayor que el cobrado a pacientes colombianos.
No cabe duda: el trasplante es cuestión de humanidad, como lo es la buena medicina. Y ante esta verdad, todas las normas jurídicas deben amoldarse a la realidad del sufrimiento humano. ¿Qué tal que el buen samaritano hubiese condicionado su misericordia a que el judío fuese "residente" en Samaria, que lo hubiera puesto en lista de espera en las urgencias de Jerusalén o que lo hubiera remitido a una EPS?.

 
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